CONTENIDOS
COMUNICACIÓN:
1. Textos de la vida cotidiana
1. Textos de la vida cotidiana
La comunicación, como se ha visto a lo largo del curso,
es un proceso esencial en nuestras
vidas, ya que somos seres sociales que necesitamos tener relación con nuestro
entorno y con la gente que nos rodea. Pensemos por un momento lo que sería
nuestras vidas sin poder comunicarnos. ¿Cómo viviríamos? ¿Cambiaría nuestra
forma de comportarnos? Con toda seguridad, sí, todo sería muy distinto. Tengamos
en cuenta que nos comunicamos continuamente y muchas veces no nos damos ni
cuenta de ello. Y una de las formas que tenemos de comunicarnos (aunque no la
única) es a través de nuestra lengua. Podemos emplear una comunicación no
verbal pero la comunicación verbal (la que emplea la palabra) es fundamental en
nuestras vidas: hablamos, intercambiamos informaciones, sentimientos, ideas,
expresamos nuestras dudas y nuestras alegrías... Y manejamos continuamente
textos orales y escritos. El texto constituye la unidad máxima de comunicación
y transmite un mensaje completo. Pero los textos no son todos iguales, ni
muchísimo menos. Los textos pueden ir desde una sola palabra a una gran obra
completa. Y, claro, cada texto responde a una finalidad diferente (un texto que
pretende instruir será diferente de otro que busca convencer, por ejemplo).
Se pueden distinguir:
1.- Textos de
la vida cotidiana y las relaciones sociales: son textos que se emplean en
un contexto familiar y social: cartas, avisos, notas...
2.- Textos de
la vida académica: empleados en un ámbito escolar en el que la finalidad es
aprender nuevos conocimientos: libros de textos, enciclopedias, resúmenes...
3.- Textos de
los medios de comunicación: empleados en un contexto mucho más amplio, ya
que los medios de comunicación se dirigen a un público extenso, anónimo y
heterogéneo. Estos mensajes se difunden a través del periódico, la radio o la
televisión.
Esta clasificación es sólo una de la posibles
clasificaciones que se pueden realizar de los textos, ya que los textos son tan
variados que las clasificaciones pueden ser múltiples.
1.1. Tipos de textos cotidianos.
En los textos de la vida cotidiana y las relaciones
sociales, podemos distinguir:
* AVISOS: Son escritos que tienen la finalidad de alertar o prevenir. Pueden aparecer en lugares
públicos ("Acceso cerrado de 10:00 a 12:00 horas") o en lugares privados
("Mamá, vendré a las siete de la tarde"). El primer ejemplo tiene un
significado más general, mientras que el segundo es más familiar y está
redactado con un lenguaje más informal.
* NOTAS: Las notas responden a distintas finalidades: informar, rogar, agradecer, disculparse,
comentar... También hay notas públicas ("Se comunica al alumnado, que
con motivo de las obras, la puerta principal del centro permanecerá
cerrada") y privadas ("Estimado profesor, muchas gracias por todo lo
que me has enseñado en este curso y por preocuparte tanto de mí").
* CARTAS: La carta es uno de las formas de comunicación más cercanas y cotidianas. El escribir
una carta personal a un ser
querido era algo muy especial, porque en las palabras que se redactan en esas
cartas son capaces de reflejar nuestros deseos, nuestras ilusiones y nuestros
proyectos. Antes, enviar una carta personal suponía seguir todo un proceso:
escribirla con nuestro puño y letra, meterla en un sobre, pegarle un sello,
echarla en el buzón y esperar pacientemente a que el cartero llegara con una
carta de respuesta. Y qué ilusión cuando llegaba esa carta que tanto estábamos
esperando, ¡qué impaciencia por abrirla, leerla y saber qué tal le iba a
nuestro amigo, a nuestro novio o algún familiar...!
Actualmente, el encanto de la misiva escrita se ha
perdido con el desarrollo de las nuevas tecnologías. Ahora tenemos opciones
mucho más rápidas y cómodas como el correo electrónico, el mensaje a móviles,
los whatsapp...Todos estos medios que nos permiten una comunicación más
interactiva y veloz, ha desterrado la carta tradicional de nuestras
relaciones cotidianas.
Existen otro tipo de cartas que se deben tener en
cuenta: las cartas formales. Estas
comunicaciones, están destinadas a las relaciones comerciales (facturas, extractos bancarios, avisos, publicidad,
etc.), institucionales
(notificaciones oficiales, administrativas, académicas, etc.).
* NORMAS: Son reglas
que establecen cómo ha de ser o cómo debe hacerse algo. Hay normas que se
recogen en reglamentos y leyes y son de cumplimiento obligatorio. Por ejemplo,
hay que cumplir las normas del instituto. También hay notas de carácter
privado, en el que se avisa de algo o se deja algún mensaje.
* INSTRUCCIONES: Son indicaciones
que orientan acerca de la manera de hacer o usar algo. No son de obligado
cumplimiento como las normas pero si no las seguimos no realizaremos bien la
actividad en la que pretende orientarnos esas instrucciones. Por ejemplo, una
receta de cocina es un texto que aporta instrucciones para hacer una comida, si
no respetamos esas indicaciones el resultado final puede ser distinto del
esperado. Tanto las normas como las instrucciones se escriben en un lenguaje
más formal.
Un ejemplo de este tipo de texto, son estas curiosas instrucciones de Julio Cortázar: "(...) Las escaleras se suben de frente,
pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud
natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la
cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños
inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente.
Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a
la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo
excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha
parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la
izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes
citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en
el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero
descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta
adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el
pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo
tiempo el pie y el pie) (...)".
* DIARIO PERSONAL:
Se trata de un tipo de documento donde
se cuentan hechos reales y cotidianos día a día. Pueden ser tan variados
como las personas que los escriben: diario de viajes, cuadernos de bitácora,
blogs personales, etc.
Algunos de los textos
cotidianos y relacionados con la vida académica son:
* DICCIONARIOS, ENCICLOPEDIAS, LIBROS DE TEXTO... Todos estos textos nos permiten ampliar
nuestros conocimientos y se suelen emplear en el ámbito académico (aunque
no exclusivamente). El diccionario es el mejor aliado para conocer las palabras
de nuestro idioma. Las enciclopedias nos
permiten una información más completa combinando distintos recursos (imágenes,
gráficos, esquemas...) y los libros de textos aportan conocimientos
especializándose en una materia determinada. Actualmente, existe la posibilidad
de consultar el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española a través
de la red. Se puede acceder haciendo clic aquí.
* RESÚMENES, ESQUEMAS, EXPLICACIONES...Son también
grandes aliados para tener éxito en el desarrollo de vida académica de una
persona. Las técnicas de estudio (subrayado, esquemas, resúmenes, cuadros
sinópticos...) nos permiten asimilar mejor los contenidos, en menos tiempo y
con menor esfuerzo. Resúmenes y esquemas nos permiten abreviar los contenidos y
quedarnos con lo fundamental, separando lo importante de lo secundario.
GRAMÁTICA:
2. La oración simple:
En unidades anteriores se ha visto que la oración simple es un enunciado que lleva un verbo en forma personal y está formado por dos elementos básicos: un sintagma nominal en función de sujeto y un sintagma verbal en función de predicado.
2. La oración simple:
En unidades anteriores se ha visto que la oración simple es un enunciado que lleva un verbo en forma personal y está formado por dos elementos básicos: un sintagma nominal en función de sujeto y un sintagma verbal en función de predicado.
El electricista
|
reparó el generador
|
Sintagma nominal-sujeto
|
Sintagma verbal predicado
|
2.1. El sujeto
El sujeto es un sintagma nominal que designa a la persona, animal o cosa que realiza, experimenta o padece la acción verbal.
El sujeto es un sintagma nominal que designa a la persona, animal o cosa que realiza, experimenta o padece la acción verbal.
Para reconocer el sujeto de
una oración hay que tener en cuenta que el núcleo del sintagma nominal-sujeto y
el núcleo del sintagma verbal-predicado concuerdan en número y persona.
Si cambiamos el número o la persona del verbo, el sujeto también cambiará:
Ejemplo:
El electricista reparó el
generador (verbo en tercera persona del singular).
Los electricistas repararon
el generador (verbo en tercera persona del plural).
Clases de sujeto
El sujeto se puede
clasificar atendiendo a dos criterios:
Por su
presencia en la oración
|
Sujeto explícito:
aparece de forma expresa en la oración
|
María opera al paciente
|
Sujeto omitido o elíptico:
no aparece expresamente en la oración, pero se puede deducir por las
desinencias verbales
|
Operó al paciente. (Sujeto: él
o ella) 3ª persona del singular.
|
|
Por su
participación en la acción verbal
|
Sujeto agente: es
quien realiza la acción verbal y aparece en las oraciones activas.
|
María operó al paciente
|
Sujeto paciente:
nombra a quién recibe o padece la oración verbal. Aparece en las oraciones
pasivas que se forman con el verbo auxiliar ser y el participio del verbo
conjugado.
|
El paciente fue operado por María
|
2. 2. El predicado
El predicado es un
sintagma verbal que expresan lo que en la oración se dice del sujeto, es decir,
indica la acción que realiza, experimenta o padece el sujeto.
El núcleo del sintagma
verbal-predicado es un verbo en forma personal que concuerda en número y
persona con el núcleo del sintagma nominal-sujeto.
El mecánico
|
reparó el coche
|
N
|
N
|
Sintagma nominal-sujeto
|
Sintagma verbal predicado
|
Clases de predicado
Existen dos tipos de predicado
según el tipo de verbo y de complementos que aparezcan:
a.-) Predicado nominal
(PN): está formado por un verbo copulativo (ser, estar, padecer) y
el atributo. Las oraciones de predicado nominal se llaman oraciones
copulativas o atributivas.
PN=
|
Verbo
copulativo +
|
Atributo
|
El atributo aporta el
significado a la oración, mientras que el verba solo sirve de enlace o cópula
entre el sujeto y el atributo. Además del atributo, el predicado nominal también
puede llevar otros complementos.
Adela
|
es mecánico
|
N
|
N(cópula) Atributo
|
SN-Sujeto
|
SV- Predicado Nominal
|
b.-) Predicado verbal
(PV): el núcleo del predicado es un verbo predicativo (cualquier
verbo que no sea copulativo) y puede ir acompañado de complementos. Las
oraciones predicado verbal reciben el nombre de oraciones predicativas.
PV =
|
Verbo predicativo
+
|
(complementos)
CD
CI
CC
CRég
CAg
CPred
|
Tu hermano
|
viajó
|
a la Patagonia
|
N
|
Compl
|
|
SN-Sujeto
|
SV- Predicado Verbal
|
Los complementos del predicado
Atributo (Atr)
- Definición: Atribuye una cualidad o estado al sujeto y es propio de las oraciones copulativas.
- Forma:
- Sintagma adjetival: María Jesús es muy alta.
- Sintagma nominal: Manuel es electricista.
- Sintagma adverbial: El tornillo está allí.
- Sintagma preposicional: El frasco parece de plástico.
- Reconocimiento:
- Aparece en los verbos copulativos y concuerda con el núcleo del sujeto: María Jesús es muy alta
- Se sustituye por lo: María Jesús lo es
Complemento directo (CD)
- Definición: Indica sobre quién o qué recae la acción del verbo.
- Forma:
- Sintagma nominal: El juez condenó al delincuente
- Sintagma preposicional= a + sintagma nominal (persona): Mañana veré a Josefina.
- Reconocimiento:
- Aparece con verbos predicativos en voz activa.
- Se sustituye por lo, la, los, las: El juez lo condenó
- Es sujeto paciente de la oración pasiva: El delincuente fue condenado por el juez
Complemento indirecto (CI)
- Definición: Destinatario de la acción verbal.
- Forma:
- Sintagma preposicional= a + sintagma nominal (persona): Prestaré el coche a un amigo.
- Reconocimiento:
- Aparece con verbos predicativos y copulativos en voz activa o pasiva
- Se sustituye por le, les, (se): Le prestaré el coche
Complemento de régimen (CRég)
- Definición: Complementa el significado de un verbo que exige preposición.
- Forma:
- Sintagma preposicional: Pienso en Manuel
- Reconocimiento:
- La preposición viene exigida por las características del verbo. La oración no se puede construir sin la preposición: Pienso en ella, Pienso en tus circunstancias, etc.
- Se sustituye por un pronombre tónico, preso siempre se mantiene la preposición: Pienso en ella.
Complemento Agente (CAg)
- Definición: Nombra al ser que realiza la acción en las oraciones pasivas.
- Forma:
- Sintagma preposicional = por + sintagma nominal: El motor de combustión de alto rendimiento fue inventado por Rudof Diesel
- Reconocimiento:
- Aparece con verbos predicativos en voz pasiva
- Es el sujeto en las oración activa: Rudof Diesel inventó el motor de combustión de alto rendimiento
Complemento circunstancial (CC)
- Definición: Expresa circunstancias diversas: modo, tiempo, lugar, cantidad, causa, finalidad, instrumento y compañía.
- Forma:
- Sintagma nominal: Me baño todos los días
- Sintagma preposicional: Vive en Gijón
- Sintagma adverbial: Tu perro ladra mucho
- Reconocimiento:
- Aparece con verbos predicativos y predicativos en voz activa o pasiva.
- Algunos complementos circunstanciales se pueden sustituir por un adverbio que expresa la misma circunstancia: Vive en Gijón -- Vive allí
- Se puede suprimir sin que deje huella: Me baño todos los días -- Me baño
- Suele responder a esta preguntas: ¿Cuándo?¿Dónde?¿Por qué?, etc. Vive en Gijón -- ¿Dónde vive? en Gijón.
Complemento Predicativo (CPred)
- Definición: Nombra una cualidad o estado del sujeto o del complemento directo en oraciones predicativas.
- Forma:
- Sintagma adjetival: El alumno llegó tarde
- Sintagma nominal: Nombraron directora a Eva
- Reconocimiento:
- Aparece con verbos predicativos en voz pasiva
- Concuerda en género y número con el núcleo del sujeto o del complemento directo: El alumno (Sujeto) llegó tarde (CPred) // Nombraron directora (CPred) a Eva (CD)
Leísmo, laísmo, loísmo
masculino
|
femenino
|
|||||||||||
CD
|
lo (le)
|
los
|
la
|
las
|
||||||||
CI
|
le (se)
|
les (se)
|
le (se)
|
les (se)
|
||||||||
singular
|
plural
|
singular
|
plural
|
|||||||||
Se conocen como leísmo, laísmo y loísmo
los fenómenos gramaticales consistentes en el uso de estos pronombres en una
función sintáctica que lo les corresponde.
Leísmo
Se produce leísmo cuando se utilizan las formas le / les como
CD. Hay distintos casos de leísmo:
a) Leísmo de persona masculino: se trata de usar le / les como CD. Solo
está permitido si es en singular
BIEN (admitido)
|
MAL
|
- Vi a tu
amigo Le vi
|
- Vi a
tus amigos *Les vi
|
b) Leísmo de
persona femenino: se trata de usar le /les como CD en personas femeninas
BIEN
|
MAL
|
|
- Saludé a tu novia La saludé
|
- Saludé
a tu novia *Le saludé
|
|
- Llaman a Lara por teléfono La llaman
|
- Llaman
a Lara por teléfono *Le llaman
|
|
c) Leísmo de cosa: consiste en usar le /les como CD de cosa.
|
||
BIEN
|
MAL
|
|
- Concededle el premio
Concedédselo.
|
- Concededle
el premio *Concedédsele
|
|
- Ese libro lo leí este verano
|
- *Ese libro le leí este verano
|
|
Solo está admitido por las Academias el leísmo de
persona masculino singular; los demás leísmos se consideran incorrectos. La
razón por la que no se censura el leísmo de persona masculino en singular es porque
aparece en grandes autores de la literatura española y se ha mantenido en
muchas zonas de España y América en lengua culta.
Un caso especial: el leísmo de cortesía
Se trata del uso de le / les por lo(s)
o la(s) cuando sustituye a usted. Este uso está muy extendido en América,
incluso cuando se trata de una mujer:
-
Le
saluda (a Ud.) con afecto.
-
Me
gustaría acompañarles (a Uds.) en el viaje.
Laísmo
Es mucho menos frecuente que el leísmo, está
menos extendido y, frente a este último, no es propio de la lengua culta. Se
suelen distinguir dos clases de laísmo:
a) Laísmo de persona: Se trata del uso del pronombre la como CI
para referirse a sustantivos femeninos de persona.
BIEN
|
MAL
|
- Le dije la verdad (a ella)
|
- *La dije la verdad
|
- Le regalé a María un libro
|
- *La regalé a María un libro
|
- A Laura no le gusta Mario
|
- *A Laura no la gusta Mario
|
b) Laísmo de cosa
Es el uso de pronombre la como CI cuando
se refiere a un sustantivo femenino de cosa
BIEN
|
MAL
|
- A esa chaqueta le cosí yo los botones
|
- *A esa chaqueta la cosí yo los botones
|
- Le pegó una patada a la puerta
|
- *La pegó una patada a la puerta
|
Loísmo
Es el uso desviado de los pronombres lo /los,
utilizándolos en función de CI. Se trata e un fenómeno análogo al laísmo, ya
que en ambos casos el hablante anula la distinción de la función y la
sustituyen por una distinción de género.
a)
|
Loísmo de persona: es el uso del pronombre lo como CI con
sustantivos masculinos de
|
||
persona.
|
|||
BIEN
|
MAL
|
||
- No le dieron tiempo a reaccionar
|
- No lo dieron tiempo a reaccionar
|
||
- Le dio una bofetada
|
- Lo dio una bofeteda
|
||
b)
|
Loísmo de cosa: es el uso del pronombre lo como CI para
referirse a sustantivos masculinos
|
||
de cosa.
|
|||
BIEN
|
MAL
|
||
- No hay que darles más vueltas al asunto
|
- No hay que darlo más vueltas al asunto
|
||
- Al guiso le
echo cebolla
|
- Al guiso lo echo cebolla
|
||
Definiciones de la Real Academia Española
Diccionario Panihispánico de dudas:
LEÍSMO. 1. Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
LAÍSMO. 1. Es el uso impropio de la(s) en función de complemento indirecto femenino, en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
LOÍSMO. 1. Es el uso impropio de lo(s) en función de complemento indirecto masculino (de persona o de cosa) o neutro (cuando el antecedente es un pronombre neutro o toda una oración), en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
LITERATURA:
3. Historia de la literatura.
LEÍSMO. 1. Es el uso impropio de le(s) en función de complemento directo, en lugar de lo (para el masculino singular o neutro), los (para el masculino plural) y la(s) (para el femenino), que son las formas a las que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
LAÍSMO. 1. Es el uso impropio de la(s) en función de complemento indirecto femenino, en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
LOÍSMO. 1. Es el uso impropio de lo(s) en función de complemento indirecto masculino (de persona o de cosa) o neutro (cuando el antecedente es un pronombre neutro o toda una oración), en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
LITERATURA:
3. Historia de la literatura.
El
desarrollo de la prosa en castellano continúa con vigor durante el siglo XVI.
En este periodo se suelen distinguir de manera general entre una prosa de carácter didáctico y una prosa de tipo narrativo.
La prosa didáctica:
El
modelo formal más utilizado en los textos en prosa del siglo XVI es el del diálogo. En los diálogos, dos o más
interlocutores abordan cualquier asunto presentando sobre él diversos puntos de
vista. Ello permite un tono coloquial y una lectura agradable como vehículo
para transmitir determinadas enseñanzas.
Entre
los numerosos diálogos del siglo XVI cabe destacar los de los erasmistas Juan y Alfonso de Valdés. Juan de Valdés escribió el famoso Diálogo
de la lengua, donde expone el ideal renacentista de la lengua sencilla,
pero cuidada. Su hermano, Alfonso de
Valdés, escribió Diálogo de las cosas ocurridas en Roma,
una apasionada defensa de la política imperial de Carlos I y un violento ataque
contra las costumbres del papado, y Diálogo
de Mercurio y Carón, donde expone el ideal erasmista de un Estado
universal fuerte y pacífico y sus deseos de reformas religiosas.
Además
de los diálogos, otros muchos modelos prosísticos se utilizan en el siglo XVI:
epístolas, historias, relatos, facecias, apotegmas, misceláneas, etc. Destaca además
la inmensa variedad de temas. Es muy interesante el libro de Huarte de San Juan, Examen
de ingenios, que anticipa lo que sería la psicología experimental. La
prosa histórica tiene también un gran desarrollo, en especial los historiadores
de Indias (Bartolomé de las Casas, Diego
Hurtado de Mendoza o Jerónimo Zurita).
Finalmente,
abundan a lo largo del siglo los libros de carácter moral o religioso. El autor
más leído del siglo fue el franciscano Antonio
de Guevara, autor del Libro áureo de Marco Aurelio, de Epístolas
familiares y de Menosprecio de corte y alabanza de aldea.
Muy
numerosos también los libros en prosa de escritores ascéticos y místicos como,
los ya mencionados de fray Luis de León,
Juan de la Cruz, Teresa de Jesús o fray
Luis de Granada autor de la Introducción del símbolo de la fe (1582).
La prosa narrativa:
La
prosa del XVI se caracteriza por su enorme
variedad tanto en géneros como en temas. Todavía gran parte de las
narraciones son breves y se recogen dentro de otros modelos literarios sin
tener carácter autónomo. No puede hablarse de novela en el sentido actual del
término, sí se utiliza para referirse a narraciones breves. Los relatos más
extensos se denominan de modo muy variado: libro, historia, tratado, vida,
etcétera.
Siguen
editándose y siendo muy leídos los
relatos sentimentales y los libros de caballerías del siglo anterior, e
incluso se publican muchos nuevos, como la versión refundida del Amadís
de Gaula de Garci Rodríguez de
Montalvo (1508).
Aparecen
nuevos géneros narrativos como los libros
de pastores. La narrativa pastoril está relacionada con el auge de la
literatura bucólica. Estos libros de pastores presentan utópicamente la vida
primitiva rústica en una naturaleza idealizada en donde se desarrollan
historias de amor entre pastores. Muestran una actitud escapista ante una
sociedad conflictiva que hace añorar los míticos tiempos de la edad de oro.
La
obra pastoril más destacada es Los siete libros de la Diana (1559)
de Jorge de Montemayor. Continuadora
suya será la Diana enamorada (1564) de Gaspar
Gil Polo. Autores muy notables escribirán obras en la estela pastoril: La
Galatea de Cervantes y La
Arcadia de Lope de Vega.
Un
curioso tipo de narraciones son las de tema
morisco. En ellas, en un ambiente idealizado se presenta estilizada la
figura del moro, a veces en tolerante convivencia con los cristianos. Destaca
la Historia
del Abencerraje y de la hermosa Jarifa, de autor desconocido, o las Guerras
Civiles de Granada de Ginés
Pérez de Hita.
LAZARILLO DE TORMES.
Texto, fecha.
Autor.
a) Texto:
La
vida de Lazarillo de Tormes apareció por
primera vez en 1554, en cuatro ediciones diferentes. Es muy probable que
existiera una edición anterior hoy desconocida. Tuvo un notable éxito, pero
pronto, en 1559, fue prohibida. En 1573 volvió a ser permitida su impresión,
aunque expurgada. Se editó así desde entonces constantemente, sobre todo a
partir de la aparición del Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Hasta 1834 no volvió a
publicarse en España el texto completo.
b) Fecha de composición:
No
conocemos a ciencia cierta la fecha de composición del Lazarillo. En la misma
obra aparecen ciertas referencias históricas, pero éstas no son concluyentes.
Tales referencias llevarían a situar la acción del Lazarillo entre 1510 y,
quizá, 1546. Ello haría muy probable que la fecha en la que se escribió la obra
fuera bastante próxima a la de las primeras impresiones conocidas, es decir,
hacia mediados de siglo.
c) Autoría:
El Lazarillo
se publicó anónimo y, posteriormente, se ha atribuido a muy diferentes autores.
Ninguna de estas atribuciones aporta pruebas completamente convincentes. Las
ideas que aparecen en la obra han llevado a los críticos a formular hipótesis
sobre las características del autor: un erasmista, un converso o incluso un
criptojudío, algún franciscano, un noble descontento con la sociedad de su
tiempo…
Fuentes.
Estructura. Estilo.
a) Fuentes:
Muchos
de los elementos del Lazarillo proceden de la tradición folclórica. Algunos de los
episodios (el episodio de la longaniza, las uvas, etc.) y personajes (la pareja
del ciego y el niño) tienen carácter tradicional. Lo novedoso en el Lazarillo
es que estos materiales conocidos se integran en una obra de modo trabajado y
no son una simple suma de aventuras, sino que cada uno de esos ingredientes
añade algo a la constitución de la personalidad del protagonista. El autor del Lazarillo no se limita a
ensartar anécdotas, sino que crea un relato compuesto por una serie de
episodios perfectamente organizados y jerarquizados.
b) Estructura:
La
composición del Lazarillo se articula en torno a dos modelos estructurales: la autobiografía y la epístola. Todos
los elementos adquieren un sentido porque forman parte de la historia de la
vida de un personaje contada por él mismo siguiendo el modelo de una larga
carta dirigida a un desconocido Vuestra Merced.
La autobiografía tenía una larga tradición
literaria en la literatura castellana: el Libro de buen amor, La
lozana andaluza, El crotalón, El viaje de Turquía... Con todo, la
fuente directa para la autobiografía del Lazarillo es, seguramente, El
asno de oro de Apuleyo, obra
cuya traducción fue muy divulgada en la época.
El
modelo de la epístola como marco en
el que se desarrolla la narración también tenía una larga tradición: los libros
sentimentales como la Cárcel de amor
o las cartas-coloquio del XVI, en las que un autor contestaba a una pregunta
que alguien había hecho previamente.
Además
de todos estos elementos tradicionales es notable también en el Lazarillo
la presencia de datos tomados
directamente de la realidad: lugares y referencias geográficas diversas,
personajes de la vida social de la España del XVI, alusiones frecuentes a
problemas de la época, referencias históricas concretas, encuadre de los
sucesos… De este modo, los abundantes elementos folclóricos o librescos se
integran dentro de unas circunstancias y pasan a formar parte de una narración
que podría definirse como realista. El Lazarillo sería, pues, el punto de
partida de la novela realista europea.
Otro
rasgo fundamental corrobora la enorme importancia de esta novela en la
constitución del nuevo género literario: es
característica de la novela moderna que los personajes se vayan haciendo y
modificando a la par de las circunstancias de la vida. Este rasgo se
encuentra ya en el Lazarillo, cuyo protagonista va cambiando desde el principio al
fin de la obra: el Lázaro niño es muy distinto del Lázaro adulto. La
importancia de este hecho se refleja incluso en la estructura misma de la obra.
La novela consta de un prólogo y de siete tratados. El último tratado revela
que la obra es una carta de contestación en la que se explica un caso: las habladurías en torno a las relaciones de la
mujer de Lázaro con el arcipreste de san Salvador. El caso tiene una
importancia fundamental porque es el pretexto para que el personaje cuente su
historia. Debido a ello, la novela se estructura desde el final, porque los
episodios que en ella se incluyen son seleccionados para explicar el caso. Los
otros seis tratados pueden dividirse en dos partes: los tres primeros, más
extensos, muestran el aprendizaje de Lázaro en la adversidad. En los otros
tres, Lázaro empieza a mejorar su nivel de vida. Ha aprendido lo suficiente
para sobrevivir, lo que explica que consienta las relaciones adúlteras del
arcipreste con su mujer, ya que éste le ha proporcionado un modesto empleo.
c) Estilo:
Conviene
advertir la diferencia notable del lenguaje de esta obra con respecto a las
narraciones habituales de la época. Si en los relatos sentimentales, pastoriles
o caballerescos la norma es el estilo elevado con el uso de un lenguaje
refinado alejado de la norma habitual, la lengua del Lazarillo es llana,
espontánea y carente de artificiosidad, lo que es coherente con la traza
realista de la novela.
No
obstante, el prólogo está construido de acuerdo con las normas de la retórica
clásica y en él el lenguaje es elevado, aunque no exento de ironía.
Ideas y
sentido de la obra.
La
palabra con la que se abre el prólogo del Lazarillo es un rotundo yo. A partir
de ahí la obra es la historia de un personaje cuyos rasgos lo aproximan a un
ser humano de carne y hueso, muy lejos de las figuras estilizadas de los otros
relatos de la época.
Este personaje se desarrolla en un medio social
concreto que lo condiciona y modifica decisivamente. La obra retrata el proceso de aprendizaje de un
individuo y al mismo tiempo, su adaptación a un entorno social complejo, la
España del XVI, hasta concluir con su definitiva integración que se logra a
costa de su dignidad, tras haber comprendido y asumido las reglas y formas del
mundo. Esta indignidad no es exclusiva de Lázaro, a quien puede disculparse su
pobre y azarosa vida, sino que es común, en uno u otro grado, a todos los
personajes del libro.
La
novela es una aguda y dura crítica de la
sociedad de su tiempo, tanto de comportamientos de los personajes, siempre
hipócritas e interesados, como del sistema social que los obliga a ello. La
obsesión por la honra y la religiosidad, dos mitos centrales de la España del
siglo XVI, son el objeto central de la crítica.
La
mayor parte de los amos de Lázaro son clérigos y todos explotan, más o menos
cruelmente, al muchacho. El anticlericalismo
de la obra es evidente, aunque no parece haber intención en el autor de
proponer ninguna reforma, sino que solo
se percibe el sarcasmo o el desprecio.
Si
nobleza e Iglesia son satirizadas, otros estamentos no se libran de la crítica
del autor anónimo: la justicia o la vida
militar son también puestos en solfa. Otros valores sociales, como el amor o la
amistad, no parecen destacar en la obra.
Frente
a la visión idealista del mundo de los relatos caballerescos o pastoriles,
llenos de sentimientos sublimes, en el Lazarillo los valores que funcionan son los más vulgarmente materiales: la
ambición, la avaricia, el dinero, el provecho propio, la astucia, el cinismo… Y
la deshumanización, la progresiva destrucción de la personalidad de este
ostentosos Yo con que se abre el libro en una sociedad que no ofrece otra
alternativa a sus miembros. El autor del Lazarillo pone así de manifiesto,
por medio de una comicidad sarcástica, la
realidad cruel de la vida española de mediados del siglo XVI.
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
DON QUIJOTE DE LA MANCHA.
Vida del autor:
Miguel
de Cervantes nació en 1547 en Alcalá de Henares en el seno de una familia de
vida azarosa y deambulante en la que abundaban los problemas. Esta vida
itinerante tanto de su abuelo como de su padre, como luego del propio Miguel,
se ha relacionado con el supuesto origen converso de la familia, pero no hay
sobre ello pruebas concluyentes.
Sobre
su infancia y juventud hay pocos datos confirmados. Sabemos que fue discípulo
del escritor erasmista López de Hoyos. En 1570 marcha a Italia, donde queda
impresionado por su arte, su literatura y su vida. Participa como soldado en la
batalla de Lepanto y permanece como militar en diversos lugares italianos. A su
vuelta a España en 1575 es apresado y conducido a Argel. Allí está cautivo
durante cinco años, lo que le da ocasión de observar la nueva civilización que
descubre. Sin duda, ello acentúa su espíritu tolerante. Probablemente, durante
su cautiverio empezaron a fraguarse sus novelas.
Rescatado,
vuelve a España. Escribe La Galatea, que publica en 1585. Las
dificultades económicas propias y de su familia lo empujan a la composición de
obras de teatro. De entones datan sus primeras obras dramáticas. Entre tanto parece que tiene amores con una mujer
casada y nace de ellos una hija natural, Isabel Saavedra, aunque existe la
sospecha de que ésta fue hija de una hermana soltera de Cervantes, a la que
Miguel habría reconocido como suya para proteger el honor familiar.
En
1584 se casa con Catalina de Salazar, natural de Esquivias, donde vivirá
durante tres años, pues en 1587 marcha de allí dejando a su mujer, sin que se
conozcan las causas, e inicia un largo periodo de estancia en Andalucía como
recaudador de impuestos. Esto le lleva a recorrer buena parte del territorio,
acumulando problemas y sinsabores: fue excomulgado dos veces y encarcelado
otras dos. Posiblemente en su última estancia en la cárcel de Sevilla, donde
pasó unos meses, concibió el Quijote. Mientras se publica la
primera parte de su gran novela, que tendrá un éxito fulgurante, marcha a vivir
a Valladolid, donde residía la Corte, en compañía de su mujer, su hija, sus dos
hermanas y la hija natural de una de ellas. Allí vuelve a conocer la prisión en
compañía de toda su familia por un oscuro asunto relacionado con la muerte de
un hombre en la puerta de su casa. La infundada acusación hace que sea puesto
pronto en libertad, pero le hará incómoda su ya corta estancia en Valladolid.
Sus
años finales en Madrid también se complican por problemas familiares: muerte de
varios de sus hermanos, desavenencias con su supuesta hija, muerte de una
nieta, cambios de domicilio. A ello se añaden las dificultades económicas. Sin
embargo, prosigue con éxito su tarea de escritor y es en estos últimos años de
su vida cuando publica la mayor parte de sus obras. Murió en Madrid el 23 de
abril de 1616.
Cervantes, poeta:
Debió
de escribir bastantes poemas, pero muchos se han perdido. Aparte de algunos que
se han conservado manuscritos y de otros que se encuentran insertos en sus
dramas y novelas, sólo publicó una obra en verso, El viajes del Parnaso
(1614). En ella presenta en conflicto a los buenos y a los malos escritores. Es
interesante por los juicios literarios que vierte y por las referencias
autobiográficas que contiene.
En
general, como poeta Cervantes es un escritor culto empapado de la tradición
clásica e italiana.
Cervantes, dramaturgo:
Escribió
Cervantes numerosas obras teatrales, de las que conservamos hoy más de una
decena, a las que hay que sumar los ocho entremeses que también conocemos.
Sus comedias de muy diversos temas, siguen,
en general las normas clásicas de verosimilitud y respeto a las reglas, pero
progresivamente van incorporando, aunque a veces parodiándolos, elementos
propios de la fórmula teatral que tiene éxito en la época, la de Lope de Vega,
un teatro que rompe con los moldes dramáticos clásicos.
Títulos
de comedias cervantinas son Los baños de Argel, El rufián dichoso, Pedro
de Urdemalas, La casa de los celos, etc. Notable es también su única
tragedia conocida: La Numancia.
Muy
interesantes son sus entremeses.
Partiendo de Lope de Rueda, Cervantes dota de mayor complejidad psicológica a
los personajes característicos del entremés. Así, hay personajes que
desaparecen o pierden importancia, como la negra, el barbero o el vizcaíno,
mientras que dignifica al personaje básico del entremés, el simple o el bobo.
La construcción de las piezas y la trama argumental son también más
consistentes.
Los
entremeses cervantinos constituyen un certero retrato de las clases populares
de la época. Entre los más famosos, figuran El retablo de las maravillas, La
elección de los alcaldes de Daganzo, El viejo celoso, El rufián viudo…
Cervantes, novelista:
Es en
el campo de la novela donde la figura de Cervantes destaca especialmente. Su
tarea como narrador le llevó a experimentar con la mayor parte de los modelos
narrativos previos y, por ello, será un autor clave en la renovación de los
géneros literarios que se dará en el Barroco.
La
Galatea (1585):
Sigue
la estela de los libros pastoriles y, además de desarrollar el tema de los
amores entre pastores, contiene, como es habitual en las obras de Cervantes,
digresiones de crítica literaria, juicios teóricos, etcétera.
Novelas
ejemplares (1613):
Si no
hubiera escrito el Quijote, es muy posible que Cervantes hubiera pasado a la
historia como autor de las Novelas ejemplares. Esta colección de doce relatos
cortos fue publicada en 1613. En su prólogo dice Cervantes que es “el primero
que ha novelado en lengua castellana”. Esto es cierto si entendemos novela en
el sentido de relato corto, que es el que tiene el vocablo en italiano, lengua
de la que procede. Aunque había habido unos intentos anteriores, Cervantes es
el primero que compone estos relatos al modo italiano con argumentos
originales.
El
adjetivo ejemplares del título
expresa su conexión con el género de los
exempla medievales: se trata de presentar un ejemplo del que extraer una
lección o moraleja. No obstante, no en todas estas novelas es evidente la ejemplaridad
moral. Probablemente, Cervantes no separa en su ejemplaridad lo ético y lo
estético: los relatos no solo podrían ser ejemplares moralmente, sino que,
serían también ejemplos o modelos de creación literaria. Y en efecto, la variedad es un rasgo de este
conjunto de narraciones. Pese a ello, suele agrupárselas en dos conjuntos:
a)
Novela realistas: donde predomina el tratamiento realista de personajes y
ambientes: Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera, El celoso extremeño, El
casamiento engañoso y El coloquio de los perros.
b)
Novelas idealistas: El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre, Las dos
doncellas y La señora Cornelia.
c)
Combinan ambos rasgos: La gitanilla y La ilustre fregona.
Los
trabajos de Persiles y Sigismunda (1617):
Su
última obra, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, se publicó póstuma en
1617. Sigue el molde narrativo de la novela bizantina. Las novelas bizantinas
eran novelas de amor y de aventuras, en las que los enamorados protagonistas,
tras peregrinar por los lugares más diversos y pasar las más variopintas
peripecias, terminan felizmente su periplo. Cervantes sigue de cerca el modelo,
pero fiel a la importancia literaria del principio de verosimilitud, procura
que los hechos narrados resulten creíbles.
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA:
Génesis del Quijote:
El Quijote
es la obra maestra de Cervantes. Consta de dos partes. La primera se publicó en
1605 y la segunda diez años después, en 1615. Estas dos partes son bastante
diferentes: la primera es más espontánea, parece escrita sobre la marcha y
contiene diversidad de elementos; la segunda, sin embargo, está mucho más
pensada y responde a un plan bien trazado. No obstante, ambas muestran un
cierto paralelismo estructural: tras unos capítulos iniciales introductorios, al
protagonista le suceden ininterrumpidamente una serie de aventuras; hacia la
mitad de ambas partes, el continuo deambular del protagonista se detiene, en la
venta en la primera parte y en casa de los duques en la segunda, en donde
suceden hechos muy diversos, todos con un marcado cariz literario; el final de
las dos partes también es simétrico: desengañado y derrotado, don Quijote
regresa a casa. Antes del desenlace, la segunda parte contiene un conjunto de
capítulos, sin paralelo en la primera, en los que Cervantes responde a la
publicación del Quijote de Avellaneda.
El Quijote de
Avellaneda:
El Quijote
de Avellaneda es una continuación apócrifa de la obra de Cervantes que
se publicó en 1614, firmada por un tal Alonso Fernández de Avellaneda,
seudónimo quizá de Gerónimo de Pasamonte, autor de la época de una
autobiografía, y a quien Cervantes habría tomado como modelo para el personaje
Ginés de Pasamonte, el galeote liberado por don Quijote.
El Quijote
apócrifo es literariamente mediocre, pero muy interesante porque revela
la indignación que la publicación de la primera parte había provocado en el
círculo de Lope de Vega, cuyas comedias son satirizadas por Cervantes; por otro
lado, el Quijote de Avellaneda se convierte en portavoz de una reacción
señorial ante la impertinencia que para
la alta nobleza supuso la pretensión de un mero hidalgo, como Alonso Quijano,
de pasar por caballero.
Los personajes:
Dos
son los personajes centrales de la gran novela cervantina: don Quijote y Sancho
Panza.
a) Don Quijote:
Es un
modesto hidalgo de un pueblo manchego, Alonso Quijano, que, loco debido a la
lectura de libros de caballerías, decide convertirse él mismo en caballero
andante. Su extraña y anacrónica figura en la España de comienzos del XVII hace
de él un personaje fundamentalmente cómico. Sin embargo, el diseño de su figura
es muy complejo: fuera de su peculiar locura caballeresca, muestra buen juicio
y expone atinadas opiniones sobre muy diversos asuntos, incluidos los
literarios. Rasgo esencial de su carácter es la pertinaz defensa de sus ideas,
incluidas las que proceden de su extraña locura, lo que hace que
constantemente, sea vapuleado por la realidad.
b) Sancho Panza:
Sancho
Panza es el escudero que en los libros de caballerías acompañaba al protagonista.
En su elaboración Cervantes sintetiza, además, muchas características de tipos
folclóricos y literarios como el loco, el simple, el bufón, el rústico, el
bobo, el enano, el gracioso, el pícaro o el criado. Pero Sancho es un personaje
más complejo, porque a partir de este modelo literario, crece y sobrepasa su
original función cómica, al encarnarse en su figura la sátira de los libros de
caballerías.
Características
de los dos sería la transferencia de los
rasgos del uno al otro. Por ello, se ha hablado de la “quijotización” de
Sancho y de la “sanchificación” de don Quijote. No obstante, ambos mantienen
durante toda la obra sus rasgos básicos iniciales. Además, todos los personajes
se ven, en buena medida, influidos por los rasgos de los demás: la locura de
don Quijote contagia a los duques, que se comportan de modo insensato, o a
Sansón Carrasco, bachiller del pueblo de Alonso Quijano, que también se
disfraza de caballero andante; las ilusiones de Sancho se desplazan a su mujer,
Teresa, etcétera.
Intención y sentido:
El
propósito explícito del Quijote es, sin duda, la parodia burlesca de los libros de caballerías. De hecho, fue leído
como un libro exclusivamente cómico durante los siglos XVII y XVIII. Sin
embargo, desde el Romanticismo hasta hoy los lectores de la novela ven en ella una defensa del ideal -el
ansia de libertad, el valor, la fe, la justicia, el amor absoluto hacia una
amada inventada (Dulcinea), etc.- en un mundo en que los grandes ideales han perdido
su sentido.
Estas
dos interpretaciones irreconciliables -libro
cómico / libro romántico- son probablemente insuficientes. El supuesto romanticismo del libro es un
anacronismo: Cervantes defiende los ideales del mundo renacentista, no los
ideales románticos. Tampoco la mera comicidad puede explicar el libro. Los
libros de caballerías ya estaban muy desacreditados intelectualmente y no
tendría mucho sentido componer una obra tan esforzada y ambiciosa como el
Quijote simplemente para parodiarla. En verdad, la locura inquebrantable del
protagonista contra todo sentido común y contra toda experiencia acaba por
hacer patético al personaje y termina por producir la compasión del lector.
La
novela -además de una novela humorística y de plantear ideas
de alcance universal- es, primordialmente, un libro de crítica y teoría literaria y un notable fresco de la vida española de su tiempo.
Como libro de crítica y teoría literaria se
puede apreciar que en el Quijote los personajes hablan
constantemente de literatura y en ella se vierten los más diversos juicios
sobre los géneros literarios en boga en el siglo XVI. Además, se exponen de
modo teórico conceptos e ideas sobre temas, géneros y formas literarias. Aún
más, la obra misma es un ejercicio de experimentación literaria: en el Quijote
se encuentran relatos pastoriles, moriscos, cortesanos, poemas,
diálogos, etc.
La
gran novela es también un retrato
social: por sus páginas desfilan nobles, hidalgos, escuderos que buscan
recuperar una posición social digna, labradores ricos o míseros labriegos,
unidos en su afán de medro y ascenso social, moriscos perseguidos, etc. Alonso
Quijano retrata a uno de esos hidalgos manchegos que, ante la hostilidad de los
villanos y el desdén de la alta nobleza, desean ascender socialmente. Su vida
triste y mediocre le impulsa a huir de la aldea y cambiar de vida. Con absoluta
lógica, sus desvaríos se relacionan con los libros de caballerías que ofrecen
la imagen más perfecta y hermosa de su esplendor anterior. Ello aclararía la
opinión adversa de los nobles encumbrados, que podía explicar el Quijote
de Avellaneda.
Sancho
Panza, por su parte, responde a la perfección al labriego pobre que ansía a
prosperar con su mezcla de agudeza y estupidez, ingenio e ignorancia. El recelo
y la socarronería son sus únicas armas de autodefensa en una sociedad hostil.
En
fin, ambos personajes serían un reflejo abreviado de una sociedad donde el
deseo de mejorar social y económicamente es una obsesión generalizada.
Cervantes estaría parodiando la ilusión caballeresca y pastoril, la utopía
humanista típica del XVI, que es ya una respuesta inútil a los problemas de la
España del momento. En el transcurso de la obra, los dos protagonistas lograrán
un conocimiento de la dura realidad. La lección final sería, pues, comprender,
en conocida expresión cervantina, que cada uno es hijo de sus obras y vale
tanto cuanto valgan ellas.
Lenguaje y estilo:
El
lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica del Renacimiento. En él se combina el
estilo elevado con el propio de la parodia burlesca, el habla culta con la
popular -de acuerdo con la condición social de los personajes-, las
disquisiciones eruditas con los refranes y dichos de profundo saber popular,
etc.
Significativa
es la presencia en una obra tan literaria como la cervantina de recursos propios de la tradición oral:
la dualidad de narradores, la ambivalencia del léxico, las sonoridades y los
ritmos, el uso de deícticos y el recurso al apóstrofe, la proyección del gesto
o de la imagen, la dramatización del relato, los juegos equívocos de la primera
persona, la atención a las inflexiones de la voz, las técnicas de puesta en
escena, los incisos del narrador…
ORTOGRAFÍA:
4. Uso de s y x.
Con frecuencia, las grafías
s y x se confunden. En el siguiente cuadro se resumen los principales usos de
la grafía x.
Grafía
|
Sonidos
|
Uso
|
Ejemplos
|
x
|
/ks/
|
·
Cuando va entre vocales.
|
éxito
|
/s/
|
·
Al principio de una palabra.
·
Delante de otra consonante.
|
xenofobia
exprimir
|
* Las palabras que empiezan por la sílaba ex seguida del grupo pr. Ejemplos: Exprimir, expresamente, exprés o expreso.
* Casi todas las palabras que empiezan por la sílaba ex
seguida del grupo pl. Ejemplos: Explicar, explanada, explotar o exploración. Excepciones: Espliego, esplendor y todos sus
derivados.
* Las palabras que empiezan por Xeno- (extranjero),
Xero- (seco, árido) y Xilo- (madera). Ejemplos: Xenofobia, xerocopia o xilófono.
* Las palabras que empiezan por el prefijo Ex-
(fuera, más allá, cargo en el que se ha cesado). Ejemplos: Excarcelar, extremo o exministro.
* Las palabras que empiezan por el prefijo Extra-
(fuera de). Ejemplos: Extraordinario, extraterrestre o extramuros.