CONTENIDOS
COMUNICACIÓN:
Según la finalidad perseguida, los anuncios pueden clasificarse en:
1. La publicidad
1.1. Concepto,
características y tipos.
En el cine, la radio, la televisión,
la prensa, en la calle... recibimos continuamente mensajes publicitarios.
Muchos nos incitan al consumo; otros, en cambio, no invitan a adoptar
determinadas actitudes, como cuidar el medio ambiente o conducir con prudencia.
La publicidad es una forma de
comunicación persuasiva que pretende informar y, sobre todo, convencer a los
destinatarios para que actúen de una forma determinada.
El anuncio publicitario
Los anuncios están presentes en nuestra
vida diaria y a través de diversos soportes
o medios de comunicación: el cine, la radio, la televisión, la prensa, los
carteles, publicitarios, internet... Recibimos mensajes publicitarios por múltiples
vías continuamente.
En los anuncios se
pueden encontrar dos planos:
a.) El plano del contenido: se refiere al mensaje que transmite. En este tipo de
comunicación la función lingüística
predominante es la apelativa o conativa,
ya que el emisor trata de influir sobre la conducta del receptor.
b.) El plano de la expresión: son los recursos utilizados para elaborar el
mensaje. El anuncio publicitario utiliza un código mixto que incluye elementos
lingüísticos (el eslogan, el dialogo, etc.) y elementos no lingüísticos (imágenes, logotipos, colores, música,
canciones, etc.).
El lenguaje de la publicidad
El lenguaje de la imagen y los textos en la
publicidad tiene unas características propias:
- La imagen, el color, la forma de las letras... llaman la atención rápidamente.
- El texto del anuncio, el eslogan, está formado por frases breves, sencillas, fácilmente memorizables. Su misión es anunciar un producto o un mensaje e influir en el receptor.
- El texto escrito es persuasivo: se utilizan los pronombres de segunda persona, construcciones imperativas, frases hechas, rimas, repeticiones, y otros recursos estilísticos.
Los anuncios publicitarios, al igual que el signo
lingüístico, están formados por dos planos: el plano del contenido (la
realidad del mensaje que nos transmite) y el plano de la expresión (los
recursos lingüísticos y no lingüísticos utilizados para llamar la atención del
receptor).
Ejemplo
|
Clasificación
por el plano del contenido
|
Recursos
para llamar la atención
|
"Cervantes", el grande de los grandes
almacenes.
|
Sociales. Fomentan el interés por ciertos servicios que suponen bienestar y
utilidad para el usuario.
|
Redundancias y ponderaciones para presentar algo
como único y singular.
|
Por una vejez tranquila, confíe en seguros
"La Cometa"
|
Económicos. Impulsan el ahorro y la economía.
|
Se utiliza el imperativo confíe para
incitar al consumidor.
|
Mantenga limpia la ciudad. ¡Es tan bonita!
|
Cívicos. Dirigidos a los ciudadanos con el fin de mejorar sus actitudes y las
condiciones de convivencia.
|
Uso del imperativo y de los signos de admiración.
|
Si quieres aventura, lánzate a la lectura.
|
Culturales. Pretenden incrementar el interés por la cultura.
|
Igualdad métrica y rima.
|
Según la finalidad perseguida, los anuncios pueden clasificarse en:
- Propagandísticos. Pretenden convencer y aconsejar al receptor para que actúe de una forma determinada. Su finalidad puede ser social, cívica, cultural, deportiva...
- Publicitarios. Pretenden que el receptor consuma o compre un producto determinado. Su finalidad es básicamente comercial.
El lenguaje que se emplea en los mensajes
publicitarios presenta una serie de rasgos distintivos, que se ponen al
servicio del propósito persuasivo. Entre estos rasgos destacan los siguientes:
- La concisión. Para que el mensaje se transmita de una forma rápida y eficaz, ha de emplearse un estilo condensado. Ejemplo: “Tu vida avanza; tu seguridad, también. “
- La ponderación. La intención de destacar las excelencias del producto lleva al empleo de procedimientos de realce: palabras de significado positivo, uso frecuente del comparativo de superioridad y del superlativo, hipérboles… Ejemplo: “Agfa: ¡Nunca había visto la vida de esta forma! “
- La originalidad. Con el fin de llamar la atención del receptor, se acude con frecuencia a recursos expresivos: metáforas, antítesis, paradojas, dobles sentidos… En el siguiente eslogan, por ejemplo, se emplea metafóricamente la expresión «hacer ”zapping”»: “Cada tres años, haz «zapping» con tu coche. “
Tipos de publicidad
La publicidad tiene una finalidad básicamente
persuasiva: intenta convencer al receptor para que actúe en cierto sentido o
piense de una determinada manera. Desde un punto de vista comunicativo, la
publicidad es una técnica de carácter complejo, propia de la sociedad de
consumo, que utilizan los productores de bienes y servicios, instituciones o
asociaciones para dar a conocer algo al público y persuadirlo para que realice
una acción concreta: comprar, evitar, adoptar determinados comportamientos,
votar a un partido político, etc.
Según el tipo de acción que se promueve, podemos
distinguir tres clases de publicidad:
- La publicidad comercial. Está orientada al consumo: se pretende que el receptor adquiera un producto o contrate un servicio.
- La publicidad institucional. Tiene como objetivo orientar el comportamiento de los ciudadanos de acuerdo con unas pautas establecidas y generalmente aceptadas.
- La propaganda política. Busca la adhesión del receptor a una determinada ideología política.
La publicidad está presente en todos los ámbitos de
la vida. Carteles, vallas publicitarias, los distintos medios de comunicación
(prensa, radio, televisión), Internet y hasta las prendas de vestir son
vehículos idóneos para la publicidad. Y, como es lógico, el mensaje se adapta
al medio por el cual se transmite.
GRAMÁTICA:
2. Introducción a la oración compuesta
Como ya se ha estudiado, las oraciones son enunciados que tienen, como mínimo, un verbo en forma personal. Este es el motivo por el que nos encontramos con oraciones que tienen una sola forma verbal y otras que tienen más de una.
Existen dos tipos de oraciones, según el número de formas verbales:
2.2. Las proposiciones coordinadas
Clases de proposiciones subordinadas
Hay tres tipos de proposiciones subordinadas según la función sintáctica que desempeñen dentro de la oración compuesta:
Proposiciones subordinadas sustantivas:
Proposiciones subordinadas adjetivas:
Proposiciones subordinadas adverbiales:
2. Introducción a la oración compuesta
Como ya se ha estudiado, las oraciones son enunciados que tienen, como mínimo, un verbo en forma personal. Este es el motivo por el que nos encontramos con oraciones que tienen una sola forma verbal y otras que tienen más de una.
Existen dos tipos de oraciones, según el número de formas verbales:
- Oraciones simples: son aquellas que sólo tienen una forma verbal y, por ello, un solo predicado. La forma verbal puede ser simple, compuesta o una perífrasis verbal.
- Oraciones compuestas: son aquellas que tienen dos o más verbos en forma personal y, por tanto, dos o más predicados. Cada uno de los verbos puede tener su propio sujeto e ir acompañado también de complementos. La secuencia que forma este grupo de palabras se llama proposición. En la oración compuesta las proposiciones se unen mediante nexos o signos de puntuación.
Las proposiciones que forman la oración compuesta pueden mantener entre
sí tres tipos de relación.
COORDINACIÓN
|
Ejemplo: Antonio trabaja y su primo estudia
|
SUBORDINACIÓN
|
Ejemplo: Expresó su deseo de estudiar Formación Profesional Básica
|
YUXTAPOSICIÓN
|
Ejemplo: Ha llovido, el suelo está mojado
|
Ejemplo con valor de coordinación: Antonio trabaja; Elena estudia.
Ejemplo con valor de yuxtaposición: No vino; estaba indispuesto
|
2.2. Las proposiciones coordinadas
Las oraciones
compuestas por coordinación están formadas por dos o más proposiciones unidas por un nexo coordinante. Las proposiciones
tienen sentido completo por sí mismas, por lo que son independientes
sintácticamente unas de otras.
(SN-SUJETO)
|
+
SV-PREDICADO
|
+ NEXO
|
+
(SN-SUJETO)
|
+
SV-PREDICADO
|
Proposición 1
|
Proposición 2
|
|||
Oración compuesta por coordinación
|
Clases de coordinación
Las clases de
coordinación vienen determinadas por el tipo de nexo que une las proposiciones.
CARACTERÍSTICAS
DE LAS ORACIONES COORDINADAS
|
|||
1. Están
unidas o enlazadas por conjunciones coordinantes.
|
|||
2. Cada
proposición posee sentido completo.
|
|||
3.
Sintácticamente las proposiciones son independientes entre sí, aunque gracias
a las conjunciones constituyen una oración compleja.
|
|||
CLASES DE
ORACIONES COORDINADAS
|
|||
COORDINACIÓN
|
CONJUNCIONES
|
SIGNIFICADO
|
EJEMPLOS
|
COPULATIVA
|
y, e (ante "i" o "hi", excepto ante el diptongo
"hie")
ni (proposiciones negativas) junto con, además de, amén de |
SUMA (el
significado de una proposición se suma al de otra u otras.)
|
Bebe y habla
incansablemente.
Ni come ni
deja comer.
|
DISYUNTIVA
|
o, u (ante "o" u "ho")
o bien |
EXCLUSIÓN (si
una proposición es verdadera, la otra es falsa.)
|
¿Te quedas en
casa o te unes a nosotros?
|
ADVERSATIVA
|
pero, mas,
sino (que), sin embargo, no obstante, antes, antes bien, excepto, por lo
demás, etc.
|
OPOSICIÓN (lo
que se afirma en una proposición contradice total o parcialmente lo que se
dice de la otra.)
|
Iría contigo,
pero tengo un compromiso.
|
DISTRIBUTIVA
|
bien...bien,
ora...ora, ya...ya, unas veces... otras...
uno(s)... otro(s) este...aquel aquí...allí |
ALTERNANCIA
(las proposiciones expresan acciones alternantes que no se excluyen.)
|
Unos días
sonríe, otros llora sin consuelo.
|
EXPLICATIVA
|
esto es, es
decir, o sea (que)
|
EXPLICACIÓN
(una proposición explica el sentido de la otra.)
|
Son actrices
jóvenes, o sea, no tienen experiencia.
|
OBSERVACIONES
|
|||
1. Si
aparecen varias proposiciones copulativas puede omitirse la conjunción en las
primeras e incluirse el nexo sólo entre las dos últimas:
Alejandro trabaja, estudia y ayuda en las tareas de casa. No come, no bebe, ni duerme ni come, ni bebe, ni duerme
La repetición
la conjunción en cada proposición es un recurso estilístico, el polisíndeton.
Y estudia y
trabaja y cuida de la casa.
|
|||
2. En las
proposiciones coordinadas disyuntivas puede colocarse el nexo ante la primera
proposición con valor enfático:
O lo tomas o
lo dejas.
|
|||
3. En las
oraciones adversativas la oposición puede ser total o parcial.
Es total
cuando existe una incompatibilidad entre las dos proposiciones, de tal manera
que una proposición excluye totalmente a la otra. No estudia sino que
trabaja.
Es parcial
cuando expresa sólo una restricción. Estudia, pero no aprueba.
Las oraciones
con los nexos "sino (que)" y "antes bien"
expresan semánticamente una afirmación: No hablaron durante la explicación
del profesor sino que estuvieron atentos.
|
|||
4. Salvo en
las coordinadas distributivas, el nexo (conjunción o locución conjuntiva)
sólo tiene valor relacional y no desempeña ninguna función sintáctica. Las
proposiciones coordinadas distributivas se unen por elementos oracionales
correlativos que sí poseen una función sintáctica en la frase.
|
|||
5. Las
locuciones explicativas se escriben entre comas.
|
|||
2.3. Las proposiciones subordinadas
Las oraciones
compuestas por subordinación constan de una proposición subordinada que depende
sintácticamente de la proposición principal. Se necesitan mutuamente para tener
sentido completo.
PROPOSICIÓN
PRINCIPAL +
|
NEXO + PROPOSICIÓN SUBORDINADA
|
Oración compuesta por subordinación
|
Clases de proposiciones subordinadas
Hay tres tipos de proposiciones subordinadas según la función sintáctica que desempeñen dentro de la oración compuesta:
Proposiciones subordinadas sustantivas:
CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES SUBORDINADAS
SUSTANTIVAS
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Las oraciones subordinadas sustantivas equivalen a
un sustantivo o sintagma nominal, por lo que desempeñan las mismas funciones
que éste (sujeto, atributo, CD, término de un sintagma preposicional).
1. Van introducidas por un nexo o un infinitivo.
2. Son conmutables por un sustantivo. Pero como no
siempre es posible la sustitución, se recomienda conmutarlas por un pronombre
demostrativo neutro: ESTO, ESO, AQUELLO.
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
PUEDEN IR
INTRODUCIDAS POR...
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
EJEMPLOS...
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
OBSERVACIONES
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
1. Las formas interrogativas además de nexo,
desempeñan una función sintáctica dentro de la proposición sustantiva:
PASO 1:
No sé [qué
pretendes].
No sé [ESTO]
= no lo sé (Oración subordinada sustantiva CD)
PASO 2:
[qué
pretendes] = (Tú) pretendes esto
[qué=
ESTO= CD].
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
2. En las oraciones en las que el nexo o infinitivo
va precedido de preposición, ésta forma parte de la subordinada sólo si entra
dentro de la secuencia conmutada por el pronombre demostrativo neutro:
Estoy
cansada de [repetir siempre lo mismo] = Estoy cansada de ESTO.
Dime [a
quién estás esperando] = Dime ESTO.
|
Proposiciones subordinadas adjetivas:
CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES SUBORDINADAS
ADJETIVAS
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Son subordinadas adjetivas las proposiciones que
desempeñan, en el seno de una oración compuesta, la función de una adjetivo (CN),
es decir, expresan, como el adjetivo, una característica de un nombre de la
proposición principal, llamado antecedente:
Me desagradan las personas que gritan mucho
(=gritonas)
Me desagradan las personas
(Las personas) gritan mucho
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
PUEDEN IR
INTRODUCIDAS POR...
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
EL
ANTECEDENTE PUEDE SER...
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LA FUNCIÓN
DE LOS PRONOMBRES RELATIVOS
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
TIPOS:
EXPLICATIVAS Y ESPECIFICATIVAS
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
LAS
SUBORDINADAS ADJETIVAS SUSTANTIVADAS
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
OBSERVACIONES
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
1. Cuando el pronombre relativo va precedido de
preposición forma un sintagma preposicional que es parte integrante de la
proposición adjetiva:
La ciudad en que nació ha sido devastada por la
guerra.
La ciudad aquella ha sido devastada.
La conmutación por el demostrativo incluye la
preposición.
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||
2. El infinitivo, gerundio y participio no actúan
como nexo, únicamente desempeñan la función de núcleo del predicado.
|
Proposiciones subordinadas adverbiales:
ORACIONES SUBORDINADAS ADVERBIALES
|
|||||
DE LUGAR
|
DE TIEMPO
|
DE MODO
|
CAUSALES
|
CONCESIVAS
|
CONDICIONALES
|
Son conmutables por un adverbio
|
Expresan el motivo o razón por la que se produce un hecho
|
Expresan
una objeción que no impide el cumplimiento de lo expuesto en
la principal
|
Expresan la condición necesaria para el cumplimiento de
lo expuesto en la principal
|
||
DONDE
Estuvimos donde nos habían indicado.
|
CUANDO
Ven a verme
cuando acabes.
|
COMO
Hazlo como quieras.
|
PORQUE
Me voy porque
no aguanto más.
|
AUNQUE
Aunque
la mona se
vista de
seda, mona se queda.
|
SI
Apódosis=principal
Prótasis=subordinada
Si dices las verdades, pierdes las
amistades.
|
Mientras, apenas, a medida que, al tiempo
que, tan pronto como, una vez que, antes de que, después de que, siempre que,
|
Según, conforme, como
si, como para,
según que
|
Puesto que, ya que, pues,
que, dado que, visto
que, a causa
de que, en razón
de que, en virtud de que, debido a que, en vista de
que, como quiera
que
|
Aun cuando, aun si, si bien, por mucho que, bien que,
mal que, a pesar de que, pese a que, con todo y con
eso, además de que,
aparte de que
|
A no ser
que, con tal
(de) que, a condición de que, en
el caso de que, en el supuesto de que
|
|
Infinitivo:
Al llegar a casa, sonó el teléfono
Gerundio:
Yendo hacia mi casa, me encontré a Luis
Participio:
Acabada la clase, lo
alumnos salieron del
aula.
|
Gerundio:
Habla mirándote a los
ojos.
|
Infinitivo:
Me pusieron una multa por no respetar una señal
Gerundio:
Habiendo estudiado tan
poco, es normal que
te suspendan
Participio:
Desbordado por los contecimientos, tuvo que dimitir
|
Infinitivo:
Con las preposiciones “con”
o “para” y las
locuciones “pese a” y “ a pesar de”
Con ser tan rico, no sabe disfrutar la vida
Gerundio:
Sintiéndolo mucho, debo irme a casa.
Participio:
Con las preposiones “aun”, “incluso” o “hasta”
Hasta herido de muerte, el toro
embistió al
torero.
|
Infinitivo:
Con las preposiciones “con”
o “de” las locuciones “en caso
de” y “con tal de” “a
condición de”
Con presentar el carnet, te harán
el descuento
Gerundio:
Insitiendo un poco más, habrías conseguido el premio
Participio:
Acabada la gasolina, no podremos continuar.
|
|
Atención:
Dónde, cuándo, cómo (con acento) son adverbios interrogativos e introducen oraciones subordinadas sustantivas interrogativas indirectas.
Donde,
cuando, como (sin acento) con antecedente
introducen oraciones subordinadas adjetivas.
|
FINALES
|
CONSECUTIVAS
|
COMPARATIVAS
|
Expresan el fin o
propósito con el
que se realiza una acción.
|
Expresan la consecuencia de una
acción.
|
Expresan el grado de intensidad (en términos de superioridad, igualdad, inferioridad) de una cualidad con
respecto a otra.
|
PARA
Este verano busca un trabajo para que
sepas el valor del
dinero.
|
POR (LO)TANTO
TAN…QUE
Ese chico es tan tímido
que no se
atreve a hablar
en público. Pienso, luego existo
|
MÁS…QUE
Juan es más
prudente de lo que parece.
Antonio es igual
de inteligente que
su hermano.
Trabaja tanto como
su novia.
|
Para que, a que, por que, que, A
fin de que,
con la intención de que, con el propósito de
que, con el objeto de que, con
vista a
que
|
Tal / tales/ tanto…que
Una…que
Luego, con que,
pues, por
consiguiente, así pues,
en
consecuencia, de modo
que, de
manera que, de
suerte que
|
Más/ menos… que
Más/ menos…de
Tan/ tanto…como
Igual de…que
|
Infinitivo:
Con las preposiciones “para” “a” “por” y las locuciones “a fin de” al objeto de” “ con el objeto de “ con miras
a”
Me
he comprado este
libro para leerlo este verano.
Voy a matricularme en una academia con vistas a preparar oposiciones.
|
LITERATURA:
3. Historia de la literatura.
El siglo XVIII:
La Libertad guiando al pueblo, pintura de Eugène Delacroix |
- Antiguo Régimen: sistema social que, con mayor desarrollo económico y contradicciones más evidentes, sigue manteniendo en lo esencial la estructura señorial vigente desde la Edad Media: rey, nobleza, Iglesia, pueblo llano.
- Despotismo ilustrado: sistema político, característico del siglo XVIII, cuyo lema era el famoso: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. El Despotismo ilustrado se caracteriza por la aparición de la monarquía absoluta, la tendencia a desvincular el poder civil del poder religioso, los intentos de reforma y racionalización del sistema productivo, el incremento del aparato administrativo y de la burocracia a su servicio, etc. El prototipo de déspota ilustrado será el rey prusiano Federico II (1740-1789).
- Regalismo: conjunto de teorías y prácticas sustentadoras del derecho privativo de los soberanos sobre determinadas regalías (derechos y prerrogativas exclusivas de los reyes inherentes a la soberanía) que chocaban con los derechos del Papa. Los intentos de independencia del poder real frente a las intromisiones eclesiásticas se concretan en contundentes medidas contra los jesuitas, cuya orden religiosa encabezaba la oposición de la Iglesia a las ideas ilustradas. Así los jesuitas fueron expulsados sucesivamente de Portugal, Francia y España.
- Revolución industrial: desarrollo de la industria con la aparición de grandes fábricas, innovaciones técnicas, acumulación de capitales, generalización de las máquinas, aprovechamiento de las nuevas fuentes de energía (vapor de agua), etc. Este desarrollo industrial tiene lugar primero en Inglaterra y con más lentitud en otras partes de Europa.
- Revolución francesa: la revolución que sacude Francia desde 1789, con el lema de “Libertad, igualdad y fraternidad”, y que con diversas vicisitudes se prolonga a lo largo de la última década del siglo. Supone una enorme convulsión en la organización jerárquica estamental y la llegada de una nueva estructura social, característica del mundo contemporáneo, en la que pierde importancia el origen familiar. La Revolución francesa, además, supone que los hombres pueden verse como constructores de una nueva sociedad, hasta entonces considerada como “algo natural”, ya dado al hombre y que éste no podía modificar.
ETAPAS DE LA
LITERATURA EN EL SIGLO XVIII
Aunque
siempre es difícil establecer periodos divisorios en literatura, sí podemos
analizar una serie de tendencias o corrientes que definen el siglo XVIII
español:
A.- Postbarroquismo:
A
comienzos del siglo XVIII predomina todavía una literatura heredada de la
tradición barroca, pero agotada en su sentido y forma. Los poetas imitan a
Góngora, pero carecen de su genio creador. En medio de esta tendencia aparece
lo que denominamos
B.- Rococó, un barroco menor, refinado, elitista y sensual, sobre todo en la poesía. Se sitúa entre el Barroco y el Neoclasicismo.
B.- Rococó, un barroco menor, refinado, elitista y sensual, sobre todo en la poesía. Se sitúa entre el Barroco y el Neoclasicismo.
C.- Neoclasicismo:
En el campo de las ideas estéticas, se vuelve la mirada al clasicismo francés y a los modelos clásicos greco-latinos. Es el llamado Neoclasicismo, según el cual las obras de arte deben estar sujetas a la razón y obedecer, por tanto, a unos principios de ordenación lógica. En las artes, predominan las líneas rectas y la composición equilibrada. En literatura, se siguen una serie de reglas y preceptos:
- Distinción clara entre lírica, épica y dramática.
- Separación de la tragedia y la comedia
- Respeto a la regla de las tres unidades en el teatro: lugar, tiempo y acción.
- Las reglas y la imitación de la naturaleza son las bases de la literatura.
- El sentimiento está proscrito: todo ha de ser natural, sencillo y razonable.
D.- Prerromanticismo:
Conforme
pasa el tiempo, sin embargo, una nueva sensibilidad se extiende entre los
artistas dieciochescos, que revalorizan el individualismo, la naturaleza, el
instinto y el sentimiento. Las ideas del filósofo ginebrino Jean-Jacques
Rousseau (1712-1778) son decisivas para la extensión de esta sensibilidad. Esta
corriente sentimental preludia ya el Romanticismo del siglo XIX y de ahí que
haya sido denominada por algunos como prerromanticismo.
En
realidad, neoclasicismo y prerromanticismo están dentro del marco general de la
Ilustración y comparten en esencia los mismos valores. La diferencia está en
cuáles son los valores concretos a los que se da predominancia en cada caso: en
la actitud neoclásica, la razón y el equilibrio; en la prerromántica, lo
natural y lo individual.
3.1. La Ilustración (siglo XVIII): contexto histórico.
El siglo se inicia en España con un cambio de dinastía. A la muerte del último Austria, Carlos II, sin heredero, se libra una batalla por la sucesión en el trono español entre Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, perteneciente a la casa de los Borbones y el Archiduque Carlos de Austria. Tras el tratado de Utrecht que puso fin a la guerra, la dinastía borbónica se instaura en España, y con ella se implantan las ideas renovadoras surgidas en el país vecino. Los borbones adoptaron para gobernar el despotismo ilustrado; Felipe V, primero y Fernando VI después, intentaron llevar a cabo, desde arriba, un reformismo total, luchando con el estado de decadencia y atraso en el que se encontraba el país. La plenitud de las innovaciones llegó con Carlos III (1759-1788). El Estado puso en marcha toda una serie de reformas:
a) Centralización de la administración y fortalecimiento del poder real frente a la
Iglesia y la nobleza. Algunas de estas medidas trajeron graves
consecuencias como “el motín contra Esquilache” o la expulsión de los jesuitas.
b) Promovieron el desarrollo industrial y el
ascenso de la clase media; crearon las Sociedades
Económicas de Amigos del País para estudiar y discutir medidas de índole
económica en beneficio de la nación. La primera, la Sociedad Vascongada de
Amigos del País, la fundó el marqués de Peñaflorida en 1765 para fomentar la
agricultura, el comercio, la industria, las artes y las ciencias.
c) Mejoraron el nivel de vida en busca del
confort y del progreso. Se embellecieron las ciudades, se introdujo el
alumbrado y se diseñó un nuevo trazado de plazas y avenidas.
d)
Una de las grandes preocupaciones de los ilustrados fue la educación. Intentaron la reforma de la enseñanza pública y de
las universidades. El concepto de cultura dirigida desde el gobierno produjo la
creación de diferentes organismos para la difusión de la cultura moderna:
- En 1713 se creó la Real Academia de la Lengua por iniciativa del marqués de Villena con el emblema de “Limpia, fija y da esplendor”. Sus primeras publicaciones fueron: Diccionario de autoridades (1726-1739), Ortografía (1742) y Gramática (1771).
- La Real Academia de la Historia se hizo oficial en 1738, aunque se había fundado en 1735.
- Otras instituciones importantes son: el Jardín Botánico, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Museo del Prado.
- De tono menor, pero como representantes de una época, se pueden mencionar las Academias no oficiales y las tertulias. La Academia del Buen Gusto, fundada por la marquesa de Sarriá, se convirtió en un salón elegante y aristocrático en el que se discutía sobre las últimas innovaciones. También fue importante, aunque menos elitista, la Tertulia de la Fonda de San Sebastián, fundada por Nicolás Fernández de Moratín, a la que acudían los más destacados escritores, artistas y pensadores de la época.
Tras Carlos
III sube al trono su hijo Carlos IV. Estalla la Revolución francesa y, con ella, se pone fin a todo el proceso
ilustrado y se inaugura una nueva era. El impacto revolucionario provocó que
ciertos innovadores españoles se inclinaran hacia el conservadurismo y la
contrarrevolución.
3.2. El Neoclasicismo
Retrato de Carlos III |
3.2. El Neoclasicismo
Pensamiento y
cultura en la ilustración:
Ilustración: movimiento cultural e ideológico que renueva profundamente el pensamiento y la mentalidad a lo largo del siglo XVIII o Siglo de las Luces. Como principio ilustrado general, es básico el cuestionamiento del criterio de autoridad y, por tanto, el desarrollo del método inductivo, de la observación y de la experimentación. Ello llevará a desligar ciencia y teología y a criticar numerosos postulados religiosos. La Ilustración se define, pues, por el deseo de saber.
Rasgos de la ilustración:
- Racionalismo: el fundamento del conocimiento se encuentra en la razón y no en instancias superiores como Dios, la tradición, las costumbres o la autoridad de los escritores de la Antigüedad. La fundamentación racional del saber favorece lógicamente el desarrollo científico y técnico.
- Utilitarismo: los avances científico-técnicos, el ansia de saber y las reformas sociales deber tener como guías el ser útiles para la comunidad. Frente a las concepciones religiosas y metafísicas de tiempos anteriores, se impone ahora una concepción materialista y burguesa del mundo, para la cual lo importante es aquello que es útil. Eso implica un cambio de valores morales: la virtud se relaciona ahora con la utilidad, por lo que un hombre es tanto más virtuoso cuanto más útil resulta a sus conciudadanos.
- Progreso: el dominio de la Naturaleza hace dueño de su futuro al hombre, que puede progresar indefinidamente. Se trata de una nueva utopía que permite albergar la esperanza de una mejora constante de las condiciones de vida, tanto materiales como espirituales, y que, por tanto, ha de hacer posible la felicidad en la Tierra, sin necesidad de posponerla a paraísos religiosos que llegarían después de la muerte.
- Lo natural: la razón se aplica también a esferas del conocimiento no estrictamente materiales, como la filosofía, el derecho, la moral o la religión. En estos campos, se abandona la idea de que existen verdades absolutas o reveladas y se insiste en el concepto de que algo es más humano cuanto más conforme está con su naturaleza. De modo que, frente al Derecho de inspiración divina, se defienden ideas jurídicas basadas en el Derecho natural; frente a las normas morales predicadas por las diversas religiones, se proponen criterios éticos derivados de una moral natural; y frente a las disquisiciones teológicas escolásticas que han dominado la especulación filosófica durante siglos, se extiende ahora la Filosofía de la Naturaleza. En el terreno religioso, es frecuente el deísmo (creencia en un ser superior que no responde a la imagen de ningún dios de las religiones concretas, a las cuales se niega) o el ateísmo.
Estas ideas aparecen reiteradamente en los textos
dieciochescos, en los que se atestigua una renovación del vocabulario que da
prueba de la extensión de los valores ilustrados. Se hacen ahora corrientes
palabras como luces, ilustración,
felicidad, prosperidad, bienestar, libertad, sociedad, cultura, civilización,
urbanidad, educación, crítica, novedad, progreso, moderno, moda, etc. Todos
estos vocablos son característicos de los pensadores ilustrados, de los
filósofos. En realidad, conceptos como filosofía
o literatura amplían su significado en esta época: filosofía pasa a ser
sinónimo de ‘saber humano’ en sentido extenso; literatura adquiere una significación similar, como totalidad del
saber, conjunto de ciencias y de letras.
Los principios ilustrados comenzaron a tener una repercusión directa en la vida social con la propagación de ideas como la eliminación de la esclavitud, de la servidumbre y de la tortura, la condena a la guerra, la tolerancia religiosidad, la libertad económica, la supresión de los privilegios de nacimiento en nombre de la igualdad de derechos, la extensión de la enseñanza, etcétera.
Los principios ilustrados comenzaron a tener una repercusión directa en la vida social con la propagación de ideas como la eliminación de la esclavitud, de la servidumbre y de la tortura, la condena a la guerra, la tolerancia religiosidad, la libertad económica, la supresión de los privilegios de nacimiento en nombre de la igualdad de derechos, la extensión de la enseñanza, etcétera.
La enciclopedia:
Los filósofos tienen la intención de liberar al espíritu humano del peso de la superstición que lo oscurece y de guiarlo hacia las luces de la razón. Hacia 1760 la filosofía de las luces se ha convertido en una verdadera creencia entre la minoría ilustrada, que se plasma en la publicación en Francia de los volúmenes de la Enciclopedia (1751-1772), que, en forma de diccionario, pretende ser el compendio del saber de la época, y en la que colaboraron muchos de los pensadores más relevantes del momento.
3.3. La prosa neoclásica.
Muchas de las
obras del siglo XVIII tienen carácter didáctico, su intención es difundir las
ideas ilustradas y contribuir a reformar la sociedad del momento. La mayoría de
estos textos está escrita en prosa. Hay que recordar, en este sentido, que el
concepto de literatura del XVIII abarcaba todo escrito referido a cualquier rama
del saber; por tanto, se consideraban textos literarios aquellos que tenían
como tema principal la historiografía, la literatura anticuaria (arqueología,
epigrafía, numismática, toponimia…), la economía, la política, el derecho, la
religión, los textos científicos, los tratados artísticos, musicales, la teoría
y la historia literarias, la filología, etc.
La prensa en el siglo XVIII:
En este siglo
aparecen las primeras publicaciones
periódicas. El desarrollo de los periódicos está estrechamente vinculado
con el interés por difundir las nuevas ideas ilustradas, pero resultó difícil
por las limitaciones materiales y la censura. Para la prosa literaria, la
prensa tuvo la virtud de contribuir a forjar un estilo más ágil y directo,
alejándose con ello del retorcimiento expresivo de la prosa barroca. Además,
sirvió para difundir las nuevas ideas literarias y los textos creativos.
Muy próximas
a la prensa periódica son otras
publicaciones como las revistas especializadas, las misceláneas de
curiosidades, los almanaques, calendarios y pronósticos (similares a los
horóscopos de hoy), la literatura por entregas… Todo ello muestra un
crecimiento del consumo literario y la ampliación del público lector.
La prosa de ficción:
Es muy escasa
en esta época. Continúa existiendo la prosa
costumbrista y los libros de viajes,
pero la prosa exclusivamente narrativa desaparece en la transición entre los
siglo XVII y XVIII y son contadas las novelas
que se publican durante el resto del siglo ilustrado.
Los géneros
narrativos aparecidos en el siglo XVIII (la novela epistolar-racionalista, la
novela filosófica, la novela libertina y la novela gótica) tuvieron escasa
repercusión en España, probablemente por la censura, en especial la de la
Inquisición, centrada ahora en revisar los textos literarios, que en Europa
servían de cauce a las nuevas ideas ilustradas y revolucionarias, y persiguió
obras de autores como Rousseau o Voltaire, así como las de carácter erótico o
pornográfico y, en general, todas aquellas que suponían algún tipo de
transgresión.
Por otra
parte, los géneros narrativos del XVII se encontraban ya agotados y ni la
intención didáctica ni las poéticas neoclásicas favorecían tampoco el
desarrollo de la prosa de ficción. Resultado de todo ello son las escasas obras
que pueden considerarse novelas en el siglo XVIII.
Diego de Torres Villarroel (1694-1770)
Su obra
literaria revela la pervivencia del barroco en su prosa. Se considera seguidor
de Quevedo: tituló una de sus obras Visitas y visiones de Torres con Quevedo por
Madrid. Escribió un conjunto de Sueños, en los que, al igual que
Quevedo, dirige sus dardos críticos hacia diferentes oficios, pero se aparta
del modelo porque su sátira es mucho más concreta y no se recrea solo en el
juego lingüístico. Su vida más importante es una especie de autobiografía
novelas: Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego
de Torres Villarroel.
José Francisco de Isla (1703-1781)
Publicó en
1758 una especie de novela satírica: Historia del famoso predicador fray Gerundio
de Campazas, alias Zotes. En ella ridiculiza la retórica eclesiástica
barroca a través de fray Gerundio, un predicador disparatado, cuyos sermones
son ejemplos de la retórica barroca.
Pedro de Montengón
Entre las
otras pocas novelas del siglo XVIII, puede mencionar el Eusebio (1786) de Pedro
Montengón, novela pedagógica en la línea del Emilio de Rousseau, que
relata el proceso educativo de un niño que llega a las costas americanas
víctima de un naufragio y allí es recogido por un filósofo ilustrado.
El ensayo ilustrado:
Sin duda, el
género literario en prosa preferido por los escritores de la Ilustración fue el
del ensayo, disertación escrita de intención didáctica, muy variable en cuanto
a temas y estilo según cada autor. Con sus ensayos, los autores del XVIII
pretendían defender las nuevas ideas y actitudes propias del Siglo de las
Luces. Los ensayistas más destacados fueron Feijoo, Luzán, Cadalso y
Jovellanos.
Fray Benito Jerónimo Feijoo (1680-1768)
Pasó gran
parte de su vida como monje benedictino en un convento de Oviedo, de cuya
universidad fue profesor. Poseyó una vasta cultura, que nutre sus escritos, en
los que aborda los temas más diversos. Fue un prototipo de verdadero ilustrado
y un avanzado en la defensa de las nuevas ideas de la época. Recogió sus
reflexiones en dos extensas obras: Teatro crítico universal (1726-1739)
y Cartas
eruditas (1741-1760). En ellas arremete contra las supersticiones y
contras las opiniones infundadas. Postula la razón y la experiencia como bases
de la ciencia y del pensamiento moderno, por lo que rompe con el principio de
autoridad. La utilidad pública es el fin que guía sus ensayos, en los que se
dan cita temas como el bien común, la libertad, el trabajo, la paz, la
educación… Propone Feijoo reformas para solucionar los problemas sociales y,
frente a la ociosidad nobiliaria y el extendido desprecio al trabajo, defiende
una sociedad laboriosa en la que los instrumentos de trabajo sustituyan a las
armas.
Ignacio Luzán (1702-1754)
Destaca como
autor de la Poética (1737) más importante del siglo XVIII español. En ella
establece los preceptos que deben guiar aquellas obras que deseen ajustarse a
los nuevos ideales clasicistas. Así distingue entre poesía lírica (el poeta
habla de sí mismo), poesía épica (el poeta narra y alaba a otros) y poesía
dramática (el poeta esconde su persona y otros representan). En esta última
defiende las tres unidades clásicas y la separación tajante entre tragedia (en
verso) y comedia (verso o prosa).
José Cadalso (1741- 1782)
Biografía
Nació en
Cádiz en 1741. Ingresó en el colegio jesuita de Cádiz a los cinco años y a los
nueve marchó a París a otro colegio de la Compañía. Con diecisiete años regresó
a Madrid para estudiar en el Seminario de Nobles, donde permaneció hasta 1760.
Tras un nuevo viaje por Europa, inició su carrera militar y en Madrid frecuentó
los ambientes más selectos. Trabó amistad con escritores como Nicolás Fernández
de Moratín. En 1768 su vida sufrió un brusco cambio al ser desterrado a
Zaragoza acusado de publicar un escrito satírico contra la nobleza. Tras
regresar a Madrid, se trasladó en 1773 a Salamanca, donde estableció relación
con el fértil grupo ilustrado de la ciudad y, en especial, con Meléndez Valdés.
Escribió durante esta época la mayor parte de su obra literaria, mientras sufre
varios cambios de destino que lo llevan a renegar de la profesión militar. Poco
después de haber sido ascendido a coronel, murió durante el asalto a Gibraltar
en 1782.
Obra
1) Poesía:
Como poeta,
abundan en su obra las composiciones que siguen patrones convencionales
neoclásicos: anacreónticas, odas pastoriles, etc. Los modelos de la poesía de
Cadalso son los clásicos grecolatinos y los poetas españoles del XVII. Publicó
estos poemas en 1773 con el título Ocios
de mi juventud. La importancia de Cadalso como poeta radica sobre todo
por ser el impulsor del gusto poético rococó en los círculos literarios
madrileños y en la influencia que ejerció sobre los jóvenes poetas del grupo
salmantino, en especial sobre Meléndez Valdés.
2) Teatro:
Como
dramaturgo, Cadalso intentó el género de la tragedia, pero con poco éxito. Hacia
1770 debió de escribir Solaya o Los circasianos, obra
prohibida por la censura. En 1771 estrenó Don Sancho García, conde de Castilla,
donde trata el tema de la Edad Media castellana respetando las tres unidades,
lo que hace que la obra resulte inverosímil y artificiosa.
3) Prosa:
En la prosa
es donde Cadalso alcanza los mayores logros. Escribió diversas obras de
carácter técnico relacionadas con su profesión militar y se conservan también cartas suyas muy
interesantes porque proporcionan claves del mundillo literario de la época y de
las preocupaciones creativas del propio Cadalso. Redactó además diversos
escritos autobiográficos que nos permiten conocer episodios de su vida. Pero
son tres las obras propiamente literarias las que nos dan la talla de Cadalso
como escritor:
a) Los
eruditos a la violeta (1772)
Es una sátira
de la educación superficial y de los individuos que aparentan tener vastos
conocimientos cuando en realidad son unos ignorantes. Cadalso, desengañado,
satiriza en esta obra todo un mundo social caracterizado por la frivolidad y la
inanidad, el de los vanos eruditos que lo rodeaban, un nuevo tipo humano que
surge en esta época de extensión de la cultura.
b) Noches
lúgubres (h. 1772)
Es una obra
dialogada, dividida en tres partes, en la que el protagonista, enloquecido por
la muerte de su amada, intenta desenterrar su cadáver para morir junto a él
prendiéndole fuego a su casa. En los parlamentos del protagonista se incluyen
extensas reflexiones de carácter filosófico que muestran su natural delicado y
sensible. Ha sido común notar en la obra una inspiración autobiográfica, según
la cual Cadalso habría compuesto las Noches llevado del dolor por la muerte de
su propia amada. No obstante, este tipo de obras con profusión de sepulcros,
lóbrega ambientación y tono melancólico y desesperanzado era común en otras
literaturas europeas, que están marcando el tránsito al primer Romanticismo.
c) Cartas
marruecas (h. 1774)
Siguen un
modelo epistolar propio de la época (por ejemplo, las Cartas persas de
Montesquieu), en el que se nos ofrece la visión crítica de un país con los ojos
de un extranjero, cuya condición foránea le permite hacerlo de manera
desapasionada. La innovación consiste en este caso en que las cartas se
entrecruzan entre dos marroquíes y un español, lo que permite contrastar
opiniones diversas sobre los asuntos que se tratan. Las Cartas marruecas contienen en su
interior tres puntos de vista, tres historias, tres narradores, tres personajes
y tres lectores. La crítica se centra en tipos sociales y costumbres varias: la
nobleza, inútil y parasitaria, el excesivo número de religiosos, el menosprecio
de la ciencia y el conocimiento, así como del comercio y la industria, etc.
Para mejorar la situación del país se proponen diversas reformas, que pueden
encuadrarse dentro de los ideales ilustrados de su tiempo: tolerancia,
moderación, justo medio, formación de buenos ciudadanos… No obstante, también
se advierte cierta sensación de fracaso y desengaño que no se corresponde con
el prototipo ilustrado de intelectual racional y optimista.
Estilo
Conviven en
Cadalso los ideales ilustrados con cierta añoranza de un pasado glorioso que ya
no volverá. Por ello en su obra se encuentran pasajes esperanzados donde se
percibe la confianza en el éxito de las reformas ilustradas y otros en los que
se muestra decepcionado y escéptico.
El ideal
estilístico de la prosa de Cadalso es la sobriedad y la contención. Pretende
alejarse de la retórica barroca y afirmar la utilización de una lengua más
llana y sencilla. Cadalso es sumamente cuidadoso en el uso de la lengua que se
adecúe a las características particulares de cada una de sus obras. Así el tono
sentimental de las Noches lúgubres se aviene bien con la prosa poética en la que están escritas y en las Cartas
marruecas predomina el tono conversacional, adecuado al intercambio de
opiniones de los personajes.
Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811)
Biografía
Jovellanos es
el personaje que mejor representa la Ilustración española. Nacido en Gijón,
desarrolló desde muy joven una intensa actividad intelectual, cívica y
política. Durante el reinado de Carlos III ocupó diversos cargos públicos y fue
persona muy influyente. La subida al trono de Carlos IV y los sucesos
revolucionarios de Francia le acarrearon graves sinsabores que culminaron en su
destierro a Asturias. Allí prosiguió su labor ilustrada con la creación del
Instituto de Estudios Asturianos, en donde llevó a la práctica sus ideas
innovadoras sobre la educación. En 1797 fue nombrado ministro de Justicia por
Godoy, pero la oposición de los sectores más tradicionales lo hizo volver a
Gijón, donde fue detenido en 1801. Sufrió una durísima prisión en el castillo
de Bellver en Mallorca. Quedó en libertad con la invasión napoleónica y, pese a
que le ofrecieron un cargo en el gobierno de José I, prefirió formar parte de
la Junta Central, gobierno provisional que dirigía la lucha contra los
franceses. En este tramo final de su vida, tras las duras pruebas personales
sufridas, dominan en él el desaliento y
el escepticismo.
Obras
A) Obras poéticas
Compuso poemas, como la Sátira a Arnesto, en la
que critica el majismo (la tendencia de parte de la nobleza de la época a
imitar costumbres propias de las clases populares).
B) Obra teatral
Escribió dos
piezas teatrales, Pelayo (1769), con la que intenta contribuir a la creación de
una tragedia de temas nacionales y El delincuente honrado (1774),
comedia sentimental que sigue el modelo de las comedias lacrimosas francesas,
en las que mediante el uso de recursos para conmover al espectador, defiende la
aplicación humanitaria de las leyes y critica con dureza el empleo de la
tortura.
C) Obras didácticas
Jovellanos
destaca en sus textos en prosa, en los que aborda los problemas más importantes
del país y expone sus ideas de reforma para solventarlos. Entre estas obras didácticas
merecen destacarse:
- Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas (1790), donde propugna que las formas de entretenimiento esté incluidas en los planes ilustrados de reforma; así, critica espectáculos sangrientos como las corridas de toros; defiende la libertad en los bailes y fiestas populares y postula un tipo de teatro que se ajuste a las reglas neoclásicas.
- Informa sobre la ley agraria (1794), en el que analiza las causas del atraso de la agricultura española y propone los remedios para modernizarlas.
- Memoria sobre la educación pública (1802), obra representativa de su permanente preocupación pedagógica. Para Jovellanos, la educación es la base de la prosperidad de la nación, por lo que había que promover las ciencias útiles y acabar con la rutina escolástica. Insiste en impulsar los métodos experimentales y, por ello, da mucha importancia a la realización de prácticas; defiende la enseñanza en castellano, no en latín y considera que los alumnos aprendan lenguas modernas. Si a ello se añaden propuestas como que los alumnos realicen lecturas complementarias, que los centros cuenten con buenas bibliotecas y que los profesores sean guías y consejeros antes que meros vigilantes, puede entenderse que el polígrafo asturiano es, ciertamente, un pedagogo moderno.
3.4. La poesía neoclásica.
Se
pueden diferenciar tres etapas:
A.-) Poesía
posbarroca:
Domina
durante las primeras décadas del siglo y en ella el influjo de Góngora es
todavía muy evidente, aunque va abriéndose paso cada vez más la influencia de
Garcilaso. Eugenio Gerardo Lobo
(1679-1750) y Torres Villarroel
serían bien característicos de esta perduración barroca.
B.-) Poesía
rococó:
La
poesía se hace paulatinamente más sencilla; las estructuras son menos complejas,
los retorcimientos sintácticos se atenúan, se busca una mayor ligereza rítmica.
Por sus similitudes con el estilo artístico correspondiente se ha llamado a
esta tendencia poesía rococó. Alonso
Verdugo, conde de Torrepalma (1706-1767) y, sobre todo, José Antonio Porcel (1715-1794)
representan esta época de transición, en la que predominan el refinamiento, el
valor decorativo y la mayor simplicidad, con versos cortos y estrofas breves y
cerradas, la frecuente presencia del diminutivo y de epítetos de colores suaves,
y, como temas dominantes, además del de la naturaleza, los del amor y la
belleza femenina, pero en un marco de fiesta y rico vestuario, presidido todo
por la galantería, la coquetería y la frivolidad, con un fondo de paisajes
delicados y artificiosos.
C.-) Poesía
ilustrada o neoclásica:
Esta
poesía se produce en la segunda mitad del siglo, sobre todo en el reinado de
Carlos III. Está basada en los principios normativos y estéticos que rigen en
la época y que están acuñados en la Poética de Luzán: “La poesía es imitación de la naturaleza con doble
finalidad: utilidad y deleite”. Está relacionada muy directamente con las
circunstancias sociales que la envuelven: conceptos filosóficos, ideas
políticas, criterios morales o la preocupación reformista.
Toda
esta poesía vuelve sus ojos a los grandes poetas españoles del siglo XVI y sus
continuadores del XVII, aunque se rechaza la poesía barroca, en especial a
Góngora. Otros modelos para los poetas neoclásicos serán los clásicos
grecolatinos y los escritores neoclásicos franceses e italianos. Además no
desprecian la tradición popular española.
Los
temas de la poesía ilustrada son: la
alabanza de las bellas artes; las novedades científicas y filosóficas; las
ideas de reforma social; el elogio de la amistad; los ideales de virtud y
fraternidad (ansia de concordia universal, desprecio de la guerra, odio a los
tiranos y condena de la tortura, la exaltación de la paz y de la tolerancia);
el rechazo de la ociosidad, de la ignorancia y de la superstición; la condena
de los vicios; la fe en el progreso y en la perfección del ser humano mediante
la educación; etc.
Junto
a esta poesía abiertamente filosófica y utilitaria coexistirá, incluso en los
mismos autores, una vertiente más tierna y sensual, que se manifiesta en los temas
pastoriles, en una delicada visión de la naturaleza y el canto de los placeres
cotidianos. Así , es muy característica de la poesía neoclásica la
anacreóntica, composición de metro corto y estrofas breves, de tono festivo y
alegre, que exalta el amor y los goces sensuales.
En
un primer momento, el principal foco de este tipo de poesía se desarrollará en
torno a la Academia del Buen Gusto,
lugar donde se escribe poesía innovadora, aun en convivencia con poetas
barrocos y rococós. Destacan poetas ilustrados tempranos como Vicente García de la Huerta, Nicolás
Fernández de Moratín y José Cadalso.
La
consolidación de la poesía neoclásica se produjo en los años setenta en la Tertulia de la Fonda de San Sebastián de
Madrid. Allí se reúnen destacados poetas y florece la poesía neoclásica con
autores como Cándido María Trigueros,
Leandro Fernández de Moratín o los fabulistas Iriarte y Samaniego.
Además
de Madrid, Salamanca fue un
importante foco de propagación de las ideas ilustradas con autores como fray Diego Tadeo González, y sobre
todo, Juan Meléndez Valdés.
Juan Meléndez
Valdés
Biografía y
personalidad
Nació
en 1754 en la provincia de Badajoz. En 1767 marchó a Madrid, donde estudió
latín, griego y filosofía. Cinco años
después fue a cursar Leyes a Salamanca y allí continuó también sus
estudios humanísticos. Fue entonces cuando entró en contacto con los ilustrados
salmantinos, cuyo influjo fue decisivo para su formación poética. Su
vinculación a Jovellanos lo implicó en la caída política de este y fue
desterrado, primero a Medina del Campo y después a Zamora. En 1802 regresó a
Salamanca y allí vivió durante seis años. Volvió a Madrid poco antes de la
invasión francesa y, aunque en principio dudó, finalmente se puso de parte del
nuevo gobierno y terminó por ser ministro de Instrucción Pública del rey José
I. En 1813, poco antes de finalizar la guerra, hubo de huir junto con otros
afrancesados y vivió en el sur de Francia hasta su muerte en 1817.
De
carácter afectuoso, la figura de Meléndez Valdés ha llegado a la posteridad
aureolada con los rasgos tópicos del ilustrado neoclásico: correcto, elegante,
parsimonioso, sumamente educado y muy culto.
Obra
Meléndez
Valdés puede ser considerado el poeta español más representativo de su época.
En su vida se imprimieron dos ediciones de sus poesías, en 1785 y en 1797. En
el exilio preparó otra que fue publicada póstumamente por Quintana. En cada
edición revisaba los poemas anteriores y añadía otros nuevos.
Los
poemas de Meléndez Valdés se suelen clasificar en cuatro grupos:
a) Poesía
anacreóntica:
Siguen
los moldes de este género: pastorcillos enamorados, sencillez expresiva,
delicadeza, canto a la vida y a los placeres, notas sensuales y aún eróticas,
etc.
b) Poesía de
la naturaleza:
Es
muy importante la presencia de la naturaleza que va desde una inicial
artificiosidad idealizada hasta un sentimiento más íntimo y subjetivo cuando la
naturaleza es un reflejo del estado de ánimo del poeta.
c) Poesía
sentimental:
Los
poemas del escritor extremeño se caracterizan por su sentimentalidad. El tono
afectivo, tierno y emotivo tiñe muchos textos, y no sólo los de índole amorosa.
Poemas dedicados a la amistad, al amor paternal u otros temas muestran la
extrema sensibilidad del autor.
d) Poesía filosófico-doctrinal:
Meléndez
Valdés expone la mayor parte de las ideas ilustradas de reforma y progreso: fomento de la agricultura,
pobreza del labrador, ociosidad de la nobleza, injusticias sociales, educación,
utilidad de la industria, religiosidad próxima al deísmo, crueldad de la
guerra, etcétera.
En
la poesía de Meléndez Valdés se comprueba una evolución temática y estilística. Con el tiempo, se acentúa el
sentimentalismo, pierden importancia los poemas amorosos y la cobran los
relacionados con la naturaleza, y en la última época de Meléndez, los de temas
morales, filosóficos y religiosos. Se produce un alejamiento paulatino de los
modelos renacentistas iniciales para acercarse más a los modernos ilustrados.
En
cuanto a la métrica, utiliza formas
muy variadas, en general dentro de la tradición: romances, letrillas, sonetos,
silvas, etc. Es significativo su uso renovador del romance, así como la
utilización del romance heroico con un sentido que preludia el empleo de esta
forma durante el Romanticismo.
En
cuanto a su estilo, resulta
llamativo en su faceta anacreóntica el uso de un lenguaje artificioso y
delicado, que, en la pluma de sus seguidores e imitadores, llegó a resultar en
exceso amanerado y repetitivo. En sus composiciones doctrinales y filosóficas,
sin embargo, se escucha un nuevo vocabulario a tono con la gravedad de los
asuntos tratados: razón, verdad, error, grandeza, nobleza, ambición, puro,
alto, excelso, justo, fatal… En general, se trata de una lengua y un estilo que
tratan de apartarse tanto de los excesos barrocos como del elemental prosaísmo,
intentando aproximarse al ideal de justo medio guiado por el lema neoclásico
del buen gusto.
Poesía
prerromántica
A
finales de siglo, nuevos poetas se suman a la poesía ilustrada. Pero se pueden
advertir ya en ellos ciertas diferencias con sus predecesores, que, aunque
pequeñas, han dado lugar a que se hable de poesía prerromántica.
En
realidad, los escritores dieciochescos también hacen suyos conceptos como el de
buen gusto o el de lo sublime, incluso en contraposición a razón y reglas. El
sentimentalismo y la exacerbación de la sensibilidad son más evidentes en los
textos de algunos poetas de fin de siglo, los cuales continúan su labor hasta
bien entrado el XIX.
Los
textos de estos autores, próximos a las ideas de la Revolución Francesa, tienen
a veces un acentuado tono social. Es el caso de Nicasio Álvarez Cienfuegos y
Manuel José Quintana. En sus poemas, todavía dentro de la estética neoclásica,
lo sentimental se plasma en ciertos procedimientos retóricos que anticipan los
usos retóricos del Romanticismo: interrupción de los versos mediante puntos
suspensivos, frases entrecortadas, exclamaciones, repetición de palabras,
recursos efectistas, adjetivación que incide en lo pasional o en lo angustioso,
etcétera.
Debe
destacarse, en fin, el surgimiento en este fin de siglo de un grupo de poetas
sevillanos, animados por el prócer ilustrado Pablo de Olavide. Estos poetas
presentan también ciertos aspectos que los aproximan al prerromanticismo y son
de ideas avanzadas, lo que hará que varios de ellos sufran prisión o hayan de
marchar al exilio durante el reinado absolutista de Fernando VII. Merecen
citarse José Marchena , Manuel María de Arjona, José María Blanco White y,
sobre todo, Alberto Lista, maestro de poetas del XIX como Espronceda y Bécquer.
Es, por tanto, el didactismo uno de los rasgos fundamentales de la comedia moratiniana. Otros de sus rasgos son la verosimilitud y el respeto de la regla de las tres unidades. La verosimilitud, otro de sus rasgos, justifica el lenguaje sencillo y adecuado a la condición de cada personaje, así como el uso de la prosa o del verso breve. El deseo de acercarse a la realidad explica el predominio del análisis de los personajes sobre la acción y la ausencia de tramoyas escénicas espectaculares. Y, en último extremo, el cumplimiento de la preceptiva clásica de las tres unidades no es más que la expresión teatral del intento de adecuación a la realidad y del deseo de hacer verosímiles personajes y argumentos.
La obra de
Moratín abre las puertas de lo que será el teatro contemporáneo. Aunque no tuvo
una continuación directa porque el teatro neoclásico triunfó en España cuando
en Europa ya soplaban los vientos del
Romanticismo, es indudable que la comedia realista del XIX, la alta comedia,
establece un puente entre la comedia moratiniana y el teatro del siglo XX, pues
Moratín había conquistado para el teatro un lenguaje natural alejado de la
artificiosidad de la dramaturgia anterior.
3.5. El teatro neoclásico
Etapas del
teatro español del siglo XVIII:
a) Primera
mitad del siglo XVIII: teatro posbarroco.
Los
nuevos autores tienen como modelo primordial al teatro calderoniano. Se tiende
a la mera imitación y a la fácil refundición. El estilo y los personajes quedan
estereotipados, se acentúa y exagera la aparatosidad escénica y ganan
importancia nuevos temas como el de la magia o el de las intrigas aventureras. Así, junto a comedias de bandidos, comedias
de santos o comedias costumbristas, tienen especial predicamento las comedias
de capa y espada al estilo de las del siglo anterior, las comedias de magia
(género preferido por el público, en el que abundan los efectos escénicos
sorprendentes, con encantamientos, monstruos y otros motivos disparatados) y
las comedias heroicas (muy estimadas por los espectadores por su intriga, las
abundantes aventuras y los lances guerreros, potenciados por una escenificación
muy llamativa.
Entre
los autores de esta primera mitad destacan Francisco
de Bances Candamos, Antonio de Zamora y José de Cañizares.
b) Segunda
mitad del siglo XVIII: Teatro neoclásico
El
teatro neoclásico fue implantado desde el poder, consciente del magnífico cauce
que el teatro suponía para la difusión de los nuevos ideales. Por ello se luchó
contra el teatro barroco: se prohibieron los autos sacramentales, las comedias
de santos y las de magia. Las reformas tropezaron con numerosos obstáculos
debidos fundamentalmente al enorme éxito y grandes ganancias que suponían las
representaciones del teatro barroco. Poco a poco, las obras ilustradas ocuparon
las carteleras teatrales.
Los
principales autores de esta etapa son Ramón de la Cruz con sus sainetes; Jovellanos, García de la Huerta, Cadalso,
López de Ayala y Nicolás Fernández de Moratín, en la tragedia y Tomás de
Iriarte y Leandro Fernández de Moratín, con la comedia.
Características
del teatro neoclásico
Las
principales características del teatro neoclásico son:
- La separación de los géneros para evitar la confusión.
- El respeto de la regla de las tres unidades: una sola acción, un solo lugar y un tiempo de veinticuatro horas.
- La verosimilitud como meta del planteamiento del drama.
- Temática útil, problemas de la vida social de los que pudiera sacarse alguna enseñanza.
- Estructura configurada en tres actos.
- Predominio de la tragedia y la comedia.
- Empleo de la prosa o el verso. En las comedias, verso octosilábico y en las tragedias, versos de arte mayor.
Principales
géneros y autores del teatro neoclásico
Los géneros de
mayor aceptación popular no fueron los propiamente neoclásicos: la tragedia y
la comedia, sino el sainete y la comedia sentimental.
El
sainete
El sainete es
una pieza teatral breve de carácter cómico que se representaba en los
entreactos de las obras mayores. Es un continuador del entremés del que se
aparta en los tipos y recursos, pues ya estaban completamente desvirtuados. En
su atención de acercamiento a la realidad, el sainete dramatiza situaciones
extraídas de la vida cotidiana y coloca en escena personajes característicos de
la época, lo que hace de él un precedente de la moderna comedia burguesa de
costumbres. Pero el carácter cómico y popular de estas piezas breves les atrajo
la oposición de los defensores del neoclasicismo porque ponía en cuestión la
división de géneros y distraía al público del tema de la obra central,
rompiendo la verosimilitud.
El más
destacado autor de sainetes es Ramón de
la Cruz (1731-1794), quien refleja en sus obras la vida popular madrileña y
las costumbres de la clase media con tono amable y superficial, aunque también
cultivó el sainete satírico para censurar tipos y actitudes de su época.
La
comedia sentimental
Es un género
de origen francés, la comedia lacrimosa,
que llega a España a mediados de siglo.
Su introducción obedece al deseo político de reforma de los gobernantes
ilustrados. Las traducciones proliferaron y luego llegaron las creaciones
originales. Conforme el género se popularizó, tendió a la falta de
verosimilitud y el patetismo, con lo que perdió parte de su contenido
ideológico y contó con la hostilidad de los ilustrados.
La comedia
sentimental es un género híbrido entre la tragedia y la comedia, de carácter
realista, con habitual final feliz, aceptación de las unidades neoclásicas y
preferencia de la prosa sobre el verso. Sus temas fundamentales son la crítica
del matrimonio desigual y la exaltación de los valores burgueses: honestidad,
trabajo, tolerancia, etc. Todo ello supone negar la virtud heredada por la
sangre y defender que la virtud radica en los actos, aunque las obras suelen
mostrar unos finales muy forzados en los que el protagonista descubre que es de
origen noble.
El mayor
mérito literario de la comedia sentimental consiste en incorporar un nuevo
lenguaje (con un vocabulario procedente de la ciencia, los negocios o la
filosofía) y dar protagonismo a personajes de baja extracción social,
ejemplares y sensibles. La comedia sentimental española más importante es El
delincuente honrado de Jovellanos.
La
tragedia
La tragedia
neoclásica española procede también de modelos franceses, de los que se realizan traducciones y adaptaciones. El
intento de crear una tragedia española no tuvo finalmente éxito: fueron pocas
las obras que se escribieron y éstas no contaron con el favor del público, aun
cuando se utilizaron temas nacionales
que pudieran resultas más próximos, como en Pelayo de Jovellanos, Raquel de García de la Huerta, Sancho
García, conde de Castilla de Cadalso,
Numancia
destruida, de Ignacio López de
Ayala, Guzmán el Bueno de Nicolás
Fernández de Moratín, etcétera.
La
comedia neoclásica o comedia de buenas costumbres
Tampoco logró
alcanzar el éxito popular hasta muy tardíamente, con las obras de Leandro Fernández de Moratín, razón por
la que se suele denominar comedia
moratiniana. Los principios que rigen las comedias neoclásicas son también
la aceptación de las reglas de las tres unidades, el uso de la prosa o el del
verso octosilábico y el desenlace feliz. Como literatura ilustrada, está
siempre presenta la intención didáctica, que se concreta en la censura de
vicios o de reprobables costumbres sociales.
Debe
advertirse que el acatamiento de las tres unidades se entendía como un precepto
rígido e inexorable, sino que se entendía como un medio para hacer más
verosímiles los hechos dramatizados y que, de este modo, el púbico aceptara
como cierto el mensaje de la obra.
En la comedia
neoclásica los autores más destacados son Tomás de Iriarte y Leandro Fernández
de Moratín.
Tomás
de Iriarte
Escribió El
señorito mimado (1783) y La señorita malcriada (1788),
comedias en las que censura la educación irresponsablemente tolerante de
algunos jóvenes consentidos, que los induce a toda clase de caprichos y vicios.
Se trata de un tema central de los ilustrados: la defensa del trabajo y del
esfuerzo personal.
Leandro
Fernández de Moratín
1)
Biografía
Nació en
Madrid en 1760. Era hijo del poeta y dramaturgo ilustrado Nicolás Fernández de
Moratín, por lo que se educó dentro del círculo literario en el que se movía su
padre y pronto manifestó interés por las letras. La prematura muerte de su
padre dejó a la familia con problemas económicos que preocuparon siempre a
Moratín, quien aunque pasó épocas de prosperidad, vivió siempre a expensas de
los poderosos.
Recomendado
por Jovellanos en 1786, fue secretario en París del conde de Cabarrús durante
un año. Con el ascenso político de Godoy gozó de la protección del poder y pudo
estrenar algunas de sus comedias. Obtuvo en 1792 una pensión para viajar por
Europa y así pudo conocer en París las consecuencias dramáticas de la Revolución
francesa. Muy asustado, escapó a Londres
y recorrió diversos países europeos. En 1797 estaba de nuevo en Madrid,
donde desempeñó algunos cargos, llevó una vida de literato cortesano y
participó en los intentos de reforma del teatro. Tras la invasión napoleónica,
se puso del lado de los nuevos gobernantes y fue nombrado Bibliotecario Mayor
de la Biblioteca Real de José I, en la que introdujo el sistema de catalogación
por fichas que había conocido en otras bibliotecas europeas. Con la derrota de
los afrancesados, se refugió en Valencia y luego en Peñíscola, y estuvo a punto
de ser fusilado por los absolutistas. En 1814 fue juzgado en Barcelona y
declarado exento de culpa. En Barcelona estrenó una traducción de El
médico a palos de Molière, pero temeroso de la Inquisición, marchó a
Francia en 1817 y murió en París en 1828.
2)
Obra poética
Su poesía es
muy notable. Compuso poemas satíricos, algunos de circunstancias y otros más
propiamente líricos. Son rasgos de sus composiciones el gusto clásico por el
equilibrio, la contención expresiva y el cuidado formal. Aunque abundan los
octosílabos y las estrofas tradicionales, es muy significativo su empleo del
endecasílabo blanco, que para Moratín es su intento de aproximación a la
métrica sin rima característica de la poesía griega y latina.
3)
Obra en prosa
Escribió
también Moratín bastantes textos en prosa: La derrota de los pedantes, sátira
alegórica de los malos escritores; Apuntaciones sueltas de Inglaterra y
Viaje
a Italia, dos obras en las que deja constancia de sus viajes y
estancias en esos países; un Diario, redactado con abreviaturas y
en una jerga caprichosa mezcla de varios idiomas, y un abundante epistolario,
interesantísimos ambos para conocer la personalidad del escritor. Otras obras
en prosa, como los comentarios sobre sus propias comedias o los Orígenes
del teatro español, tienen importancia además para entender sus
concepciones dramáticas.
4)
Obra teatral
Escribió sólo
cinco comedias con la intención didáctica de censurar las malas costumbres: en
El viejo
y la niña (1790), El barón (1803) y El sí
de las niñas (1806) se critican los matrimonios concertados; en La comedia
nueva o El café (1792) se
satirizan las obras teatrales aparatosas e inverosímiles que tanto gustaban al
público de la época; en La mojigata (1804) el centro de la
crítica es la falsa piedad, la hipocresía religiosa y la mala educación de los
jóvenes.
También
realizó Moratín algunas traducciones (odas de Horacio, Hamlet de Shakespeare) y
adaptaciones de obras de Molière.
La comedia
moratiniana debe entenderse en el contexto histórico de su tiempo en el que los
reformadores ilustrados concebían el teatro como un instrumento fundamental que
ha de tener una doble función: combatir las comedias populares, que transmitían
valores inadecuados y servir de altavoz para los ideales reformistas. De ahí
que cada una de sus comedias insistan en conceptos como la responsabilidad, la
prudencia, la moderación, la educación, el sentido común, etc.
Los temas de las comedias de Moratín son
problemas básicos de la España ilustrada:
- El interés de las autoridades en la reforma teatral: La comedia nueva o El café
- La crítica del seudomisticismo religioso y la educación anticuada de los jóvenes, relacionada con los intentos de promover una reforma educativa.
- Los matrimonios impuestos, el tema favorito de Moratín, pues las uniones de conveniencia entre viejos adinerados y muchachas jóvenes eran una práctica frecuente. En las tres comedias en las que aborda este tema, Moratín no se limita a reiterar el asunto, sino que se produce una evolución en el tratamiento del viejo, desde el personaje ridículo de El viejo y la niña, a la caracterización más humana en El barón, para llegar al razonador e ilustrado anciano de El sí de las niñas.
Es, por tanto, el didactismo uno de los rasgos fundamentales de la comedia moratiniana. Otros de sus rasgos son la verosimilitud y el respeto de la regla de las tres unidades. La verosimilitud, otro de sus rasgos, justifica el lenguaje sencillo y adecuado a la condición de cada personaje, así como el uso de la prosa o del verso breve. El deseo de acercarse a la realidad explica el predominio del análisis de los personajes sobre la acción y la ausencia de tramoyas escénicas espectaculares. Y, en último extremo, el cumplimiento de la preceptiva clásica de las tres unidades no es más que la expresión teatral del intento de adecuación a la realidad y del deseo de hacer verosímiles personajes y argumentos.
En este
sentido, la estética neoclásica del respeto a las reglas va de la mano de la
finalidad didáctica de las obras, de forma que la intención de encauzar y
controlar la inspiración artística y someterla a unos preceptos se corresponde
con el deseo de contener las pasiones dentro de los límites de lo razonable y
conveniente.
ORTOGRAFÍA:
4. Los signos de puntuación (II):
4. Los signos de puntuación (II):
En esta unidad,
ampliamos los contenidos de la anterior con más signos de puntuación:
Uso de el paréntesis:
Los
paréntesis son signos que encierran elementos incidentales o
aclaratorios intercalados en un enunciado, ya sean breves o largos. Se escriben
sin espacio entre el principio o el final de las palabras que limitan la
aclaración. Se utilizan en los siguientes casos:
- Se utilizan los paréntesis cuando se interrumpe el discurso con una aclaración extensa que tenga poca conexión con el texto. Ejemplo: el tío de Ana Mari (en su juventud fue un diligente albañil) parecía un maniquí de escaparate.
- También se emplean las comas y las rayas para enmarcar incisos, si bien el uso del paréntesis implica un mayor grado de aislamiento.
- Cuando aparecen datos aclaratorios, fechas, referencias a autores, a sus obras, etc. Ejemplos: La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)... ; Nació en Viena (Austria); La Canción del Pirata (Espronceda).
- En las obras dramáticas suele encerrarse entre paréntesis lo que los personajes piensan para sí y las acotaciones (las indicaciones del autor acerca de cómo ha de entonarse un texto o cómo debe comportarse el actor). Ejemplo: Juan Antonio.-(Asomando por la puerta lateral) ¡Buenas noches!
- Para introducir opciones en un texto. En estos casos se encierra entre paréntesis el elemento que constituye la alternativa, sea este una palabra completa, sea uno de sus segmentos. Ejemplo: en el documento se indicará(n) el (los) día(s) en que haya tenido lugar la baja. En este uso, los paréntesis que añaden segmentos van pegados a la palabra a la que se refieren.
- También puede utilizarse la barra.
- Tras las letras o cifras con que se enumeran los apartados de una clasificación o enumeración. Se escribe frecuentemente, seguidas solo del paréntesis de cierre. Ejemplo: las sílabas pueden ser: a) Tónicas y b) Átona
Uso de los signos de interrogación y exclamación:
Los
signos de interrogación (¿?) y exclamación (¡!) encierran enunciados que,
respectivamente, interrogan o exclaman. Los signos de interrogación se utilizan
cuando se hace una pregunta, y los de admiración o exclamación en oraciones con
las que se quiere llamar la atención, mostrar sorpresa, dolor o entusiasmo, o
dar una orden con energía. En su uso hay que tener en cuenta las siguientes
consideraciones:
- Los
signos de apertura (¿ ¡) son característicos del español y no deben
suprimirse por imitación de otras lenguas en las que únicamente se coloca
el signo de cierre:
Qué día es hoy? Qué día es hoy!Lo correcto es ¿Qué día es hoy? ¡Qué día es hoy! - Detrás del signo de cierre nunca se escribe punto. Lógicamente, cuando la interrogación o exclamación terminan un enunciado y sus signos de cierre equivalen a un punto, la oración siguiente ha de comenzar con mayúscula: No he aprobado. ¡Qué puedo hacer! Tendré que volver a intentarlo.
- Los signos se escriben sin dejar ningún espacio de separación entre ellos y la palabra inicial o final de la frase; pero si lo que sigue al signo de cierre es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos: ¡Qué lata!, ¿son ya las cinco?; se me ha venido la hora encima.
- El signo de apertura (¿¡) de interrogación y de exclamación se debe colocar donde empiece la pregunta o la exclamación, aunque no coincida con el inicio de la oración; en ese caso, se escribe minúscula después del signo. Ejemplo: Si no ibas a venir, ¿por qué no me llamaste?
- Los vocativos y las construcciones u oraciones dependientes, cuando ocupan el primer lugar del enunciado, se escriben fuera de la pregunta o de la exclamación; pero si van al final, se consideran incluidos en ellas. Ejemplo: María, ¿sabes ya cuando te incorporas? / ¿Sabes ya cuando te incorporas, María?
- Si se enuncian seguidas varias preguntas o exclamaciones se podrán considerar oraciones independientes. Ejemplos: ¿Qué hora es? ¿Dónde estás? ¿Quién te acompaña?
- Pero también es posible considerar el conjunto de preguntas o exclamaciones como un único enunciado. En este caso las diversas preguntas o exclamaciones se separarán por coma o por punto y coma, y solo se iniciará con mayúscula la primera de ellas: ¿En qué trabajas?, ¿dónde?, ¿cuántos años tienes?
- Cuando la exclamación está compuesta por elementos breves que se duplican o triplican, los signos de exclamación encierran todos los elementos: ¡ja, ja, ja!
- El signo de interrogación de cierre, solo y encerrado en un paréntesis, denota desconocimiento o duda acerca de un dato concreto. Ejemplos: Cristóbal Colón fallecido en Sevilla (?) / Tendría gracia (?) que hubiera perdido las llaves.
- El signo de exclamación de cierre escrito entre paréntesis denota sorpresa, no exenta, en uno y otro caso de ironía: Ha terminado los estudios después de veinte años y está tan orgulloso (!).
- Cuando el sentido de una oración es interrogativo y exclamativo a la vez, pueden combinarse ambos signos, abriendo con el de exclamación y cerrando con el de interrogación, o viceversa: ¡Cómo te has atrevido? / ¿Cómo te has atrevido!; o, preferiblemente, abriendo y cerrando con los dos signos a la vez: ¿¡Qué estás diciendo?! / ¡¿Qué estás diciendo?!
- En obras literarias es posible escribir dos o tres signos de exclamación para indicar mayor énfasis en la entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!!
- Es frecuente el uso de los signos de interrogación en la indicación de fechas dudosas, especialmente en obras de carácter enciclopédico. Se recomienda colocar ambos signos, el de apertura y el de cierre: Hernández, Gregorio (¿1576?-1636), aunque también es posible escribir únicamente el de cierre: Hernández, Gregorio (1576?-1636).
Uso del guión:
Es un signo
ortográfico auxiliar formado por un trazo horizontal de menor longitud que la
raya (-) y sus funciones también son distintas. El guion no se escribe entre
espacios en blanco; pero cuando se utiliza para separar las sílabas de una
palabra se suele escribir entre espacios. Tiene diferentes usos:
- Para separar las palabras al final del renglón se utiliza el guion (Ver división de palabras)
- Para unir dos nombres de pila, cuando el segundo de ellos puede confundirse con un apellido: Juan-Marcos; o para formar apellidos compuestos por la suma de dos simples: Valle-Inclán.
- Para establecer distintas relaciones circunstanciales entre nombres propios: el trasvase Ródano-Barcelona resolvería la sequía de Cataluña; el enfrentamiento Nadal-Federer en la final del torneo de tenis de Wimbledon marcó un hito histórico.
- Para establecer relaciones entre conceptos que pueden se fijos (kilómetros-hora, calidad-precio, coste-beneficio), o bien circunstanciales (Gobierno-sindicatos). En estos casos el guion tiene un valor de enlace similar al de una proposición o una conjunción (kilómetros por hora, conversaciones entre Gobierno y sindicatos).
- Cuando se trata de unir dos gentilicios, pueden separarse con guion o escribirse unidos sin guion. Si en el sustantivo al que se aplica el gentilicio compuesto se fusionan los caracteres propios de cada uno de los elementos que lo forman, no se escribe guion entre ellos: [ciudad] hispanorromana.
- Si lo que se desea es poner en relación dos adjetivos gentilicios que conservan su referencia independiente, se escribe guion entre ambos: [relaciones] germano-soviéticas, [frontera] chileno-argentina. Como se ve en los ejemplos, el primer elemento permanece invariable, mientras que el segundo concuerda en género y número con el sustantivo.
- Cuando se trata de aplicar conjuntamente a un sustantivo dos adjetivos calificativos, se escribe guion intermedio entre ambos adjetivos cuando cada uno de ellos conserva su forma plena: [análisis] lingüístico-literario, [lección] teórico.práctica, [cuerpos] técnico-administrativos. Como se ve en los ejemplos, el primer adjetivo permanece invariable, mientras que el segundo concuerda en género y número con el sustantivo al que se refiere.
- Aunque normalmente los prefijos se unen directamente a la palabra base (antinatural, prerrevolucionario, etc.), cuando el prefijo precede a una sigla o a una palabra que comienza por mayúscula, se escribe guion intermedio: anti-OTAN, anti-Mussolini.
- El guion puede unir números, sean arábigos o romanos, para designar el espacio comprendido entre dos fechas, aludiendo al intervalo de tiempo transcurrido entre ellas: las páginas 52-145; durante los siglos XI-XIV. Igualmente se emplea en la expresión de las fechas de manera abreviada, para separar los números relativos al día, mes y año (20-7-2008).
- Cuando se antepone el guion a una parte de una palabra (sílaba, morfema, etc.), indica que esta va en posición final. Ejemplos: -illo, -idad, -ar. Cuando se pospone el guion a esa misma parte, indica que esta va en posición inicial. Ejemplos: post-, re-, cant-. Si el elemento en cuestión se coloca entre guiones, se entiende que está en interior de palabra. Ejemplos: -ec-, -in-, -bl-.
Uso del corchete:
Se
utilizan de modo parecido a los paréntesis que incorporan información
complementaria o aclaratoria. Tiene diferentes usos:
- Si dentro de un texto que va entre paréntesis es preciso introducir alguna nota aclaratoria, se emplearán los corchetes y no otro paréntesis. Es decir, los paréntesis van por fuera y los corchetes por dentro. Ejemplo: Una de las últimas novelas de Saramago (si bien son muchos los que consideran que su mejor obra ha sido “El año de la muerte de Ricardo Reis”[1984]) fue el "Hombre duplicado"(2002).
- Este orden de inclusión se invierte en las formulas matemáticas o químicas donde los corchetes encierran operaciones que contienen otras ya encerradas entre paréntesis: [(8 + 4) x (6 + 9)] - (7 - 3)
- En obras de carácter lingüístico, se usan los corchetes para encerrar las transcripciones fonéticas. Ejemplo: cama [káma].
- Cuando en un texto transcrito se omite una parte del original, ya sea una sola palabra o un fragmento se utilizan los corchetes para encerrar tres puntos suspensivos [...].
- En poesía se coloca un sólo corchete de apertura delante de las últimas palabras de un verso para señalar que no caben en la línea anterior. Ejemplo:
Gallo
mil veces recordado.
Leyenda de un pueblo oprimido.
Testigo de afanes apasionados.
Notario de compromisos
[incumplidos.
(Juan Antonio Marín)
Leyenda de un pueblo oprimido.
Testigo de afanes apasionados.
Notario de compromisos
[incumplidos.
(Juan Antonio Marín)
- En la transcripción de un texto, se emplean los corchetes para marcar cualquier modificación en el texto original, como aclaraciones, enmiendas o adiciones. Ejemplo: bajó a la fo[s]a en cuanto pudo. [En el original, foca].
Uso de comillas:
Es
un signo auxiliar doble que se emplea al principio y al final de una palabra o
cláusula. Hay diferentes tipos de comillas: angulares, latinas o
españolas(<< >>), las inglesas ( " ") y las simples ('
'). Por lo general, se recomienda como básicas el uso de las comillas
angulares, sin embargo es muy frecuente el uso de las comillas inglesas en
lugar de las latinas o españolas. En los textos impresos, se recomienda
utilizar en primera instancia las comillas angulares, a continuación las
comillas inglesas y en último lugar las comillas simples. Debe seguirse pues la
siguiente jerarquía: <<"''">>. Ejemplo: <<Sara
me dijo: "Vaya 'bici' que tiene Germán">>. Se utilizan
comillas en los casos siguientes:
- Para reproducir citas textuales de cualquier extensión. Ejemplo: La ministra dijo: < <¡Capitán, mande firmes!>>.
- Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar, irónica, figurada o inventada por el autor. Ejemplo: Menudo <<hotelazo>> tuvimos en Roma.
- Para indicar, en una narración, que se reproducen los pensamientos de los personajes, en contraste con el uso de la raya que intercala un comentario del transcriptor de la cita. Ejemplo:<<Es difícil encontrar -pensó el maestro- una explicación para el abultado número de errores ortográficos>>.
- Para citar artículos, noticias, reportajes, poemas, cuadros... Ejemplo:<<El coloso>> es un célebre cuadro que fue atribuido a Francisco de Goya hasta que en junio de 2008 el Museo del Prado emitió un informe en el que afirmaba, que el cuadro era obra de un discípulo del famoso pintor.
- Para escribir sobrenombres, alias, seudónimos o apodos. Ejemplo: Un personaje detestable pero la historia de España fue el monarca Fernando VII, << el Deseado>>.
- Las comillas pueden combinarse con otros signos de puntuación, teniendo en cuenta que el texto que va dentro de las comillas tiene una puntuación independiente y lleva sus propios signos ortográficos. Ejemplo: El portero le dijo al árbitro: <<¿Usted ha visto la patada que me ha dado?>>.
- Por el contrario, cuando los signos de puntuación enmarcan al texto donde están insertadas las comillas se colocan fuera de las comillas: ¿Llegaste a ver el cuadro: <<El coloso>> atribuido a Goya, hasta junio de 2008?
- En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se emplean para enmarcar los significados: La voz latina magister 'el que sabe' se refiere al maestro
Uso de otros signos:
Llaves
{ } Pueden
ser dobles o escribirse de forma aislada. Se utilizan en cuadros sinópticos y
esquemas para establecer clasificaciones, agrupar opciones diferentes,
desarrollar lo expresado inmediatamente antes o después.
Normalmente
se emplea el signo de apertura, aunque en esquemas complejos pueden combinarse
ambos. Si se prefiere presentar las alternativas escritas en líneas seguida,
estas deben separarse por medio de barras. Ejemplo: las palabras, según su
número de sílabas pueden ser: {monosílabas/bisílabas/trisílabas/polisílabas}.
La
diéresis o crema es
un signo diacrítico representado por dos puntos (¨) que se coloca encima de las
vocales en las siguientes ocasiones:
- Para indicar que ha de pronunciarse la vocal u en las combinaciones gue y gui. En este caso, el uso de la diéresis es preceptivo. Ejemplos: argüir. pingüinos, vergüenza.
- Debe escribirse también sobre las letras mayúsculas. Ejemplos: BILINGÜES, LINGÜÍSTICA.
- En textos poéticos, la diéresis puede ponerse sobre la primera vocal de un posible diptongo para indicar que no debe leerse como tal, sino como hiato; por tanto, las vocales que lo componen deben pronunciarse en sílabas distintas, de esta forma la palabra a la que afecta y el verso en que se incluye cuentan con una sílaba más. Ejemplo: El dulce murmurar deste rüido, / el mover de los árboles al viento, / el suave olor [...] (Garcilaso de la Vega: Égloga II).
El
apóstrofo (‘)
no tiene prácticamente vigencia en el español actual. Se utilizaba en poesía,
para indicar la omisión o elisión de una vocal. Ejemplos: d'aquel, por de
aquel; l'aspereza, por la aspereza; qu'es, por que es.
En
palabras y apellidos procedentes de otras lenguas como el catalán, el inglés,
el francés o el italiano: O’Donnell, D'Ors, etc.
Hay
que evitar los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al español, y que se deben
al influjo del inglés:
- Cuando
aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: Ejemplo: '08
por 2008. Si se desea hacer la abreviación, lo que es frecuente en la
expresión de acontecimientos relevantes celebrados en ciertos años, no
debe utilizarse el apóstrofo.
Zaragoza '08(Exposición Internacional <<Agua y Desarrollo Sostenible>>). Basta con las dos últimas cifras del año, que pueden unirse o no con guion a la palabra precedente: Zaragoza 08 o Zaragoza-08. - Cuando
se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla.
Ejemplo:
ONG's. El plural de las siglas es invariable en español: las ONG. - No
debe utilizarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos.
Ejemplo: l
as 14'45 horas. En este caso se recomienda el empleo del punto, aunque también se admiten los dos puntos: 14.45 horas. - Tampoco
debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal.
Ejemplo:
3'1416. En este caso ha de emplearse la coma 3,1416 aunque también se admite el uso del punto. - No debe confundirse con apóstrofe ('Figura que consiste en dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o varias, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigírsela a sí mismo en iguales términos').
La
barra (/)
Es un signo ortográfico auxiliar. Se utiliza en los casos siguientes:
- Para señalar el límite de los versos en los textos poéticos reproducidos en línea seguida. En este caso se escribe entre espacios. Por ejemplos: Gallo mil veces recordado. / Leyenda de un pueblo oprimido. / Testigo de afanes apasionados. / Notario de compromisos incumplidos. (Juan Antonio Marín).
- Colocada entre dos palabras, o entre una palabra y un morfema, indica la existencia de dos o más opciones posibles. En este caso no se escribe entre espacios. Ejemplos: bien/mal, el/los día/s detallado/s.
- Tiene valor preposicional y, por lo tanto, sustituye a una preposición en expresiones como: 110 km/h, 500 euros/mes. En este uso se escribe sin separación alguna de los signos que une.
- Forma parte de algunas abreviaturas. Ejemplos: c/ (por calle), c/c (por cuenta corriente), etc.
El
asterisco (*)
es un signo en forma de estrella, que se coloca en la parte superior del
renglón y se utiliza con estas funciones:
- Como signo de llamada de nota al margen o a pie de página dentro de un texto. Pueden hacerse desde una (*) a cuatro (****) llamadas de asteriscos.
- Se antepone a una palabra o expresión para señalar su incorrección, bien en su uso o bien en su ortografía. Ejemplos: pienso *de que volverá tarde (forma correcta: pienso que volverá tarde), *cocreta (forma correcta: croqueta).
La
raya (—)
es un signo de puntuación representado por un trazo horizontal, de mayor
longitud que el corresponde al guion (-) con el cual no debe confundirse. Se
puede usar aisladamente, o bien, como en el caso de otros signos de puntuación,
para servir de signo de apertura y cierre que aísle un elemento o enunciado.
- Se emplea la raya para introducir los comentarios de los personajes. No se escribe raya de cierre si tras el comentario del narrador no sigue hablando inmediatamente el personaje. Ejemplo:
- —El Carnaval tiene que entrar en la Escuela, porque forma parte de la vida que se desarrolla alrededor de la Escuela, dijo don José Marín.
- Para introducir una nueva aclaración o inciso en un texto ya encerrado entre paréntesis. Ejemplo: Si quieres conocer más a fondo las relaciones entre los distintos sectores de la comunidad educativa (el Reglamento de Régimen Interno -no siempre está al alcance de los padres- resuelve estas dudas) los centros educativos deben hacer un esfuerzo para organizar jornadas formativas.
- Para encerrar aclaraciones o incisos que interrumpen el discurso. En este caso se coloca siempre una raya de apertura antes de la aclaración y otra de cierre al final de los comentarios o precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes. Ejemplo: Para mi padre la sinceridad —cualidad básica para que las personas se ganen la credibilidad de los demás— es fundamental para apuntalar las relaciones humanas.
- La raya sirve asimismo para introducir cada uno de los elementos de una relación que se escriben en líneas independientes. En este caso, debe dejarse un espacio en blanco entre la raya y el texto que sigue. Ejemplo: