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1. El contacto con Oriente.
Europa, occidente, y Oriente mantuvieron desde la Antigüedad
algunos contactos. La Ruta de las Especias, que unía Europa con la India, y la Ruta de la Seda,
que unía la lejana China con el Mediterráneo, era ruta comercial más larga del
planeta y desde el siglo I a.C., por la que discurrieron con cierta frecuencia no
sólo todo tipo de productos, sino también ideas y conocimientos. Esta ruta o
red de caminos entre oriente y occidente, tendrá momentos de mayor y menor
actividad, pero a partir de 1275 y
con la llegada del mercader veneciano Marco
Polo, los europeos mostraran un gran interés por las tierras de Asía central y China.
1.1. China.
Ilustración de una caravana en la ruta de la seda en atlas catalán ( h. 1375) |
1.1. China.
Qin Shi Huang , en el año 221 a.C., se proclamó como
primer emperador de una China unificada e iniciando una nueva dinastía: la dinastía Qin.
El primer emperador no sólo realizó una unión política
de los distintos renios que conformaban China, sino que también unificó la
moneda, los pesos y medidas, los caracteres escritos, el ancho de los caminos y
numerosas leyes más. Construyó enormes palacios en Xianyang para convertir a
sus antiguos enemigos en cortesanos, y unificó los fragmentos de muralla
construidos durante los siglos anteriores en la Gran Muralla. Desde que subió
al poder inició la construcción de su mausoleo, una parte del mismo, los
famosos Caballos y Guerreros de Terracota, ha sido descubierta recientemente.
Su crueldad y los numerosos trabajos que impuso al pueblo sembraron el
descontento, y tras su muerte, los rebeldes aprovecharon el reinado de un débil
hijo, para acabar con la dinastía Qin, y arrasar su capital Xianyang. Su nombre
Qin (en chino suena “chin”) dará nombre al país: China.
Guerreros de Terracota. Mausoleo del emperador Quin. Xian (China) |
Liu Bang estableció la
nueva dinastía. La dinastía Han.
China prosperó con rapidez. En medio de un largo periodo de paz la agricultura,
la industria y el comercio florecieron. Durante el largo reinado del emperador
Wu Di el imperio chino se extendió en todas direcciones. El general Zhang Qian
fue enviado a las regiones del Oeste a buscar los tan necesarios caballos para
las continuas guerras contra los hunos, a su vuelta se inauguró la Ruta de la Seda. Las sedas chinas se
vendían bien en esas tierras, de las que llegaban productos hasta entonces
desconocidos. Se envían expediciones a conquistar los reinos situados en el
extremo sur del país, consiguiendo a veces un dominio meramente nominal, y se
hace frente mediante largas y costosas guerras a los hunos situados más allá de
la muralla. La dinastía Han ensalza el pensamiento de la escuela confuciana, y
comienza a dar forma al entramado de funcionarios que regirá China durante
siglos. Se inventa el papel, lo que ayuda a promover la educación, el
sismógrafo y numerosas técnicas nuevas que revolucionan el país. Pero los
ideales que contribuyeron a levantar la dinastía van desapareciendo, los
excesivos gastos de las campañas militares de Wu Di afectan a toda la
población. El disgusto de la pueblo va en aumento, surgen revoluciones en diferentes
puntos del país. El régimen se desmorona. Un cortesano, Wang Mang,
aprovecha la incertidumbre para crear una dinastía de corta vida, las
rebeliones de los Leñadores Verdes y las Cejas Rojas obligan a
trasladar la capital desde Xi'an a Louyang en el año 25. Es entonces cuando se
establece la llamada dinastía Han del Este, que a pesar de su relación nominal
con la que le precedió, nunca consiguió aglutinar a la población bajo su
liderazgo, gobernando con la inercia de sus primeros emperadores hasta que la
rebelión de los Turbantes Amarillos y el protagonismo de los militares que
debían sofocarla, acaben por poner fin a la dinastía.
Tres Reinos: Wei, Shu y Wu. Son el resultado de la
división de China tras la caída de la dinastía Han y las luchas que se
extienden por el país. Se unifica brevemente bajo los Jin del Este, para ser
desmembrada de nuevo en numerosas dinastías de breve reinado. Destaca en esta
época la dinastía Wei del Norte (386-534), fundada por los Tuoba, un pueblo de
la familia de los Hunos, que desde sus capitales, primero en Datong y luego en
Luoyang, dan un gran impulso al establecimiento del budismo en China,
iniciándose la construcción de las majestuosas cuevas que nos han llegado hasta
el presente: Yunggan, Longmen, Mogao. En el año 581, Yang Jian, primer ministro
del último emperador de los Zhou del Norte toma el poder, y tras derrotar a las
dinastías del Sur unifica China de nuevo, estableciendo la dinastía Sui. De nuevo se repite la historia de la dinastía Qin. Si
la primera construyó la Gran Muralla y una impresionante red de carreteras que
atravesaban el país, la dinastía Sui construyó el Gran Canal, otra de las obras
ciclópeas de China. El pueblo se empobreció con los impuestos para financiar
las grandes obras y la Guerra contra Corea, de tal forma que durante el reinado
del segundo emperador de esta dinastía, se desencadenaron una sucesión de
guerras campesinas que sólo finalizarán con la toma del poder por Li Yuan, en
el año 618, que funda la dinastía Tang, con capital en Xi'an.
La dinastía
Tang (618-907) lleva a la cultura china a su máximo esplendor. El emperador
reparte tierras entre los campesinos. Se roturan nuevas regiones hasta entonces
no utilizadas. Las artes se desarrollan bajo el patrocinio de la corte
imperial. Leyes favorables al bienestar del pueblo dan un periodo de paz, la
población crece, el budismo se extiende por China, el comercio con los países
cercanos se multiplica. La poesía florece como no lo había hecho nunca. La Ruta
de la Seda es una gran autopista por la que llegan nuevas ideas y nuevos
pensamientos. La influencia de los Tang alcanza al Centro de Asia. Desde Corea
y Japón vienen a China monjes y estudiantes fascinados por la grandeza del
imperio. Los emperadores prohíben a las autoridades locales cualquier abuso
sobre los extranjeros. Volverán a su país como embajadores de la cultura china,
con las ciencias, las costumbres, los artes y la religión de China.
De hecho, se puede considerar que las sangrientas
rebeliones de An Lushan y Shi Siming, en el siglo VIII, son el punto de
inflexión de esta dinastía, pues aunque acabaron siendo sofocadas por las
tropas imperiales, supusieron la intervención activa de los guerreros uygures
en defensa de los emperadores. Los privilegios de estos uygures, la creciente
militarización de una sociedad que dependía del poder de poderosos generales
para mantener una cierta paz, y la corrupción e injusticia que se instalan en
la administración, crean resentimientos por todo el país. Nuevos levantamientos
acaban con la dinastía Tang en el año 907. Le sigue un periodo de guerras y
desordenes que dura 50 años, conocido en la historia china como: Las Cinco Dinastías y los Diez Reinos
(907-960).
La dinastía
Song (960-1279), unifica de nuevo el país. Pero hostigada por los pueblos
nómadas que se han hecho fuertes en el Norte de China, sólo puede mantener la
paz aceptando tratados humillantes por los que anualmente debe pagarles
cantidades enormes de dinero. Es interesante destacar que, posiblemente
escarmentados por la desintegración del régimen Tang a manos de sus grandes
generales, durante la dinastía Song se promueve la sociedad civil. No obstante,
las presiones sobre los campesinos para poder pagar su tributo a los reinos del
Norte renueva la tensión entre ellos. Los levantamientos son frecuentes. El
protagonizado por Song Jiang en Liangshanbo, será inmortalizado por la novela
"A la orilla del agua". Los Song acaban por ser expulsados del Norte
de China, trasladando su capital a Hangzhou, separada por tierras pantanosas de
ese río Yangtze considerado la frontera con los nómadas. En Hangzhou, la
dinastía Song del Sur crea un régimen tremendamente moderno, por primera vez
los ingresos de los impuestos al comercio superan a los impuestos agrícolas,
las crecientes desigualdades sociales obligan a diseñar un embrionario sistema
de atención social. En la ciudad, situada a la orilla del bellísimo Lago del
Oeste, florecerán las artes y las letras hasta que la dinastía Yuan, de los
mongoles, conquiste China.
Gengish Khan, elegido jefe de todas las tribus mongolas en el año
1206 provoca un movimiento militar que en unos años convertirá a su pueblo en
el dueño de un imperio que se extendía desde Europa Oriental hasta Vietnam. Las
pequeñas dinastías que gobernaban el Norte de China no fueron oposición para
los mongoles, que a primeros del siglo XIII ya controlaban la mitad del país.
Paradójicamente esos Song que despreciaban a los grandes militares (el famoso
general Yue Fei fue ajusticiado en la cumbre de su carrera), fueron el único
estado de Asia y Europa, capaz de frenar a los mongoles. Su tecnología bélica,
que dotaba a sus ejércitos con rudimentarias ametralladoras y lanzallamas, y su
capacidad de construir defensas inexpugnables para la época, les permitieron
resistir al avance mongol durante más de 50 años, hasta que Kubilai, el nieto
de Gengish Khan, gracias a una combinación de factores militares y sociales,
acaba con los últimos generales y establece la dinastía Yuan (1271-1368) con capital en Beijing. Los mongoles
diseñan una sociedad étnicamente estratificada: arriba los mongoles, en segundo
término otros pueblos aliados de la estepa, bajo ellos los chinos del Norte y
al fondo de la escala social los chinos del Sur. La injusta situación no dio
gran estabilidad a la dinastía, y en cuanto el poder militar de los mongoles
fue decreciendo, las revueltas se hicieron más peligrosas. En 1351 se da el
levantamiento llamado de los Turbantes Rojos, por el color de las telas con que
se cubrían la cabeza los sublevados. Una nueva rebelión en la región de Nanjing
pondrá fin a la dinastía. Fue durante la dinastía Yuan que dos de los primeros
viajeros de Occidente, Marco Polo e Ibn Battutah, conocieron China, quedando
ambos profundamente impresionados por lo que vieron.
La inestabilidad en el Norte durante los últimos
siglos había trasladado el centro económico de China, desde el valle del río
Amarillo al del Yangtze, a cuyas orillas Nanjing, Suzhou y Hangzhou, poco más
al Sur eran florecientes centros económicos. Los mongoles habían reparado el
Gran Canal, haciéndole llegar hasta Beijing para poder recibir los productos
del Sur. Cuando Zhu Yuanzhang tomó el poder en 1368 y fundó la dinastía Ming (1368-1644) estableció su
capital en Nanjing, un claro reflejo de la realidad china. El tercer emperador
de la dinastía, Chengzu, sin embargo trasladó la capital a Beijing,
posiblemente huyendo de las luchas dinásticas. Esto será fatal al final de la
dinastía, cuando el derrocamiento de los Ming por los campesinos ponga al
alcance de los manchúes una desarmada capital del imperio.
Durante la dinastía Ming los contactos con el exterior
se multiplican. En el siglo XIV, Zheng He, el más famoso navegante comanda
siete flotas de numerosos navíos y miles de hombres, recorriendo los
archipiélagos del Sudeste Asiático, la India, Persia, incluso Africa y
Australia fueron escalas de sus viajes. Poco después de los viajes de Zheng He,
los primeros navegantes portugueses hacían su aparición en las costas chinas.
Pronto la presencia de misioneros y comerciantes se haría familiar en las
ciudades costeras. Los emperadores Ming no veían con buenos ojos los deseos
misioneros de penetrar al interior del país, el propio Francisco Jasso
Azplicueta (el jesuita Francisco Javier), uno de los más ardientes adalides de
esta tarea, moría frente a las costas de China en 1552. Otro español, el
agustino Martín de Rada, estuvo en Fujian en el año 1575, en sus detalladas
descripciones se basó el Padre Mendoza, de la misma orden para escribir en 1588
su Historia de China, durante muchos años la obra más importante publicada en
Europa sobre el imperio celeste. La llegada del jesuita italiano Mateo Ricci a
Beijing, donde consiguió convertir a algunos príncipes y eunucos, facilitó la
penetración de los misioneros. Pero la dinastía Ming estaba ya en sus peores
momentos. Al gobierno despótico de los últimos emperadores se sumó una
participación cada vez mayor de los eunucos en las intrigas de la corte, y un
levantamiento popular acabó con ellos en el año 1644.
La cultura china en la Edad Meda era bastante más
avanzada que la europea. Conocían la pólvora, la brújula, el astrolabio, el
papel moneda, la imprenta, la tinta, la porcelana, los fideos, los exámenes,
etc. Todos estos inventos llegaron a Europa gracias a los contactos que se
produjeron a través de las rutas comerciales.
1.2. Japón.
Probablemente, los primeros pobladores de Japón fueron pescadores, cazadores y
recolectores. 11.000 años a.C. esos
pobladores ya desarrollaban un tipo de alfarería llamada ‘Jōmon’ que se
considera como la más antigua del mundo. Más adelante, la cultura ‘Yayoi’
empezó a utilizar herramientas de madera y metal y cultivaba arroz.
Las primeras influencias
de China llegaron en el siglo III.
Quizás lo más destacado fue la escritura que aún sigue utilizándose junto con
otros caracteres propios de Japón que se crearían siglos más tarde.
También desde China llegó el budismo a mediados
del siglo VI que se encontró con la religión tradicional nativa de las
islas, el sintoísmo. Esta religión se basa en la adoración de los espíritus de
la naturaleza y veneración a los antepasados. De todas formas, la posible
rivalidad entre una religión y otra se diluyó en un sincretismo bastante
particular ya que los espíritus sintoístas se presentaron como manifestaciones
de Buda. Este budismo especial pasó a ser la religión oficial de la zona.
De todas formas, hasta el siglo VIII no se creó un
auténtico estado japonés cuya primera capital fue Nara. Allí vivía el Emperador, descendiente de los
Dioses según la creencia popular. La organización del estado estaba muy
centralizada. Este sistema funcionó en las regiones más cercanas a Nara pero en
las zonas más alejadas de la capital el sistema fracasó y llevó a un colapso de
la administración pública y a diversas luchas por la propiedad. Las clases más
ricas veían peligrar sus propiedades y encomendaron su seguridad a guerreros
profesionales dando origen a los samuráis.
Nakatomi no Kamatari, personaje decisivo en el período Hakuhō al colaborar con el fin del clan Soga para la creación de las Reformas Taika y del Código Ōmi. Por su labor recibió el apellido Fujiwara. |
Esas luchas en las regiones, algunas guerras entre
clanes y la rápida imposición de tradiciones foráneas hicieron que en el año
794 la corte del Emperador trasladara la capital a Heian-kyō (actual Kyoto),
donde se empezó a gestar una cultura de artes muy sofisticada entre la
aristocracia. La organización del estado
pasó a ser claramente feudal. El Emperador simbolizaba el poder divino pero
el poder militar y político lo ejercían clanes
de guerreros samuráis que empezaron a reclamar la autonomía de las
provincias. Se sucedieron diversos siglos de alternancia de revueltas, disputas
y guerras entre distintos clanes y familias con otras etapas de paz. Los
diferentes clanes se iban alternando el poder hasta que en el año 1.185 la familia Minamoto estableció su
dinastía como ‘Shogun’ (líder
militar o generalísimo) y se inició un periodo marcado por la ideología militar
y el budismo zen que duraría varios siglos.
Durante ese mismo periodo, los ejércitos mongoles llevaron a cabo alguno de los
pocos intentos de invasión de Japón
de la historia. Cuando las tropas mongolas alcanzaban la costa nipona con más
de 4.000 barcos un tifón llegó en el momento justo y destruyó todas las naves
que venían a invadir Japón. Las tropas japonesas atribuyeron este tifón a los
dioses que protegían su país y lo llamaron ‘Kami Kaze’, literalmente ‘viento de
los dioses’.
En 1.598 el nuevo Shogun Tokugawa decidió gobernar
desde su castillo situado en Edo que, hasta ese momento, había sido un pequeño
pueblo pesquero sin importancia. La capital del país se trasladó a Edo y ya no
se volvería a mover hasta nuestros días. Ese pequeño poblado se convertiría con
el paso de los siglos en Tokyo ‘capital del este’.
Las primeras
relaciones de Japón con Europa empezaron en el siglo XV
y XVI con la llegada de mercaderes
portugueses, holandeses, ingleses y españoles. En 1.549 Francisco Jasso
Azpilicueta (Francisco Javier), un misionero jesuita español, desembarcó al sur
de Japón e inició la introducción del cristianismo. La nueva religión comenzó a
convivir con el sintoísmo y el budismo sin aparentes problemas pero a comienzos
del siglo XVII el Shogun empezó a sospechar de las misiones cristianas como la
avanzadilla de una posible conquista militar del país por fuerzas europeas.
Así, en 1.639 el Shogun decidió expulsar a los misioneros, prohibir el
cristianismo y cerrar las fronteras del país a todos los extranjeros y
también a los propios japoneses que tendrían prohibida la salida del país. A
partir de ese momento, muchos exploradores españoles y portugueses fueron
condenados a muerte al pisar suelo nipón. Comenzaba un periodo de más de 229 años de aislamiento total en
el que Japón no recibió influencias ni avances tecnológicos del exterior.
Samurái del periodo Edo con armadura completa. Destaca su arma, un kanabō. |
2. América antes de los europeos.
Cuando
Colón llega a las nuevas tierras se encuentra con que ya están pobladas. Allí
había tres grandes imperios: azteca, maya e inca. Esto no le
sorprende, ya que él cree haber llegado a la India y, por eso, a los nuevos
territorios los llama las
Indias e indios
a sus habitantes. A estas culturas indígenas se las conoce también como
precolombinas, es decir, anteriores a la llegada de Colón. Todos los habitantes
utilizaban la piedra como material básico, y aunque vivían de la agricultura y
la ganadería, no conocían la rueda ni tenían animales de tiro.
Los pueblos que habitaban
América antes de la conquista europea tenían diversas formas de organización
económica, social y política. Algunos habían desarrollado sociedades urbanas y
otros sólo practicaron una agricultura simple o eran cazadores y recolectores.
Los aztecas y mayas, en la región mesoamericana, y los Incas, en la andina,
desarrollaron sociedades urbanas. En estas sociedades, la construcción de
complejas obras de riego y la aplicación de técnicas agrícolas habían
favorecido el crecimiento constante de la producción agrícola y de la
población. Se habían desarrollado las ciudades y la organización social estaba
fuertemente jerarquizada.
2.1. La cultura azteca.
Los aztecas fueron un pueblo que dominó el centro y el
sur del actual México, en Mesoamérica, desde el siglo XIV hasta el siglo XVI y que es
famoso por haber establecido un vasto imperio altamente organizado, destruido
por los conquistadores españoles y sus aliados mexicanos.
La capital y centro de su cultura estaba en Tenochtitlan, fundada en 1325 sobre un
islote en medio de un lago. Esta ciudad en su mejor momento llegó a tener cerca
de 200.000 habiantes.
La sociedad
azteca estaba muy jerarquizada. En la cúspide de la pirámide social
se encontraba el gobernante azteca o tlatoani, que poseía un poder
limitado pero que abarcaba a todas las
cosas y todas las personas. Junto a él, los guerreros y sacerdotes formaban el
grupo social de mayor poder. Los guerreros eran el principal apoyo del
emperador y permitió la creación de un imperio muy poderoso pero aislado
políticamente.
Apenas había grupos sociales intermedios. Si acaso los
comerciantes enriquecidos de la capital, que consiguieron ascender
intercambiando sus riquezas por prestigio en las fiestas que organizaban y
ofreciendo algunos de sus esclavos como víctimas de sacrificios rituales.
La mayor parte de la población estaba compuesta por
artesanos, agricultores, etc. que se organizaban en grupos de parentesco y
finalmente, los esclavos que se usaban para el trabajo agrícola, el transporte,
el comercio o el servicio doméstico. Algunos eran esclavos temporalmente, hasta
que pagaran una deuda o la condena
La economía azteca era de base agrícola muy
productiva. Cultivaban parcelas de tierra situadas en los lagos (chianampas) y
protegidas mediante empalizadas, de esta manera, obtenían hasta tres cosechas
anuales gracias a la humedad constante y los nutrientes del lago. Cultivaban
maíz, tabaco, chiles, fruta, etc. Comerciaban con otros pueblos y recibían
tributos de aquellos a los que sometían. Utilizaban la semilla del cacao como
moneda.
La educación era obligatoria y reservada a los
hombres. La enseñanza de la religión era muy importante, pero también se
aprendía escritura, lectura, astronomía, historia y música.
Las chicas eran educadas por sus madres en casa para
realizar las tareas del hogar. Para los chicos había dos tipos de escuelas: el telpochcalli o “casa de los mancebos” y
donde se educaba a los jóvenes a partir de los 15 años para la guerra y servir
a su comunidad; y el calmecac o
especie de internado, donde los hijos de los nobles se les formaba para ser
sacerdotes, guerrero, jueces, gobernantes, etc. En el primero se estudiaba en
la escuela pero se iba a dormir a casa; el segundo era un internado
prácticamente reservado a los nobles.
Los aztecas tenían un sistema de creencias complejo y
eran politeístas. Creían que el mundo fue creado y destruido cuatro veces
antes de su creación definitiva por parte de los dioses, cosa que hicieron
separando la tierra del cielo. El dios Quetzalcóatl creó a los hombres y las
plantas que los alimentan.
Los aztecas hablaban una lengua llamada náhuatl.
La escritura mezclaba pictogramas, ideogramas y signos
fonéticos. En sus escritos quedan reflejados múltiples aspectos de su vida:
historia, geografía, economía, religión, etc. Los poemas de los aztecas podían ser recitados o
cantados al ritmo de los tambores y trompetas. Algunas veces incluían palabras
que no tenían ningún significado y qué sólo servían para marcar ritmo. Con
frecuencia, estos poemas, eran dedicados a los dioses, pero también trataban de
otros temas como la amistad, la guerra, el amor y la vida.
De la arquitectura azteca sólo se conoce por los
restos que han sobrevivido a las destrucciones efectuadas durante la conquista
española. Las edificaciones más características son los templos de estructura
piramidal.
Fueron hábiles escultores, realizaban esculturas de
todos los tamaños, diminutas y colosales, en ellas plasmaban temas religiosos o
de la naturaleza. En las esculturas de gran tamaño solían representar a los
dioses y reyes, las de pequeño tamaño se reservaban para la representación de
animales y objetos comunes. Usaban la piedra y la madera y, en ocasiones se
enriquecían con policromía o incrustaciones de piedras preciosas.
El color es fundamental en la pintura. Se trata de un
color plano, sin matices ni sombras y, posiblemente, con connotaciones
simbólicas. Aparece ligada a la arquitectura, decorando los edificios.
Fueron grandes orfebres y apreciaban especialmente los
adornos hechos con plumas.
Los mayas se asentaron por el sur de México (península del Yucatán), Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, entre los siglos III y XV. Sus descendientes continúan viviendo en la actualidad en estos territorios.
El Templo de Kukulcán en la zona arqueológica de Chichén Itzá. |
Los mayas no constituyeron un estado unificado, sino que se organizaron en varias ciudades-estado independientes que controlaban un territorio más o menos amplio. Algunas de sus ciudades importantes como Tikal o Palenque, en el siglo VIII fueron abandonadas o destruidas, sin que hoy día se conozcan con certeza las causas que lo motivaron.
El Palacio, Palenque (zona arqueológica) |
Su economía se basaba en la práctica de la agricultura y sus principales cultivos eran: el maíz, los frijoles (judías o alubias), el tomate, el cacao, la calabaza, etc. El sistema de cultivo se basaba en la técnica de la quema y tala de la selva. Criaron perros, patos y faisanes. También practicaron el comercio a larga distancia.
La sociedad maya estaba constituida por los sacerdotes y los nobles que residían en la ciudad, los campesinos vivían en las zonas rurales
cerca de las ciudades y por los esclavos
que trabajaban para los campesinos y en la construcción de las pirámides-templo.
Los mayas creían que antes de existir nuestro mundo habían existido otros, pero que estos habían sido destruidos por diferentes catástrofes naturales. Pensaban que el universo tenía tres partes: el cielo, la tierra y el inframundo. Cada aspecto o actividad de la vida cotidiana estaba regida por una divinidad distinta. Su religión giraba en torno al cultivo del maíz, el alimento principal, y hacían sacrificios humanos a los dioses para asegurar su crecimiento y proteger las cosechas. El panteón de dioses mayas era numeroso, pero entre los más importantes estaban Chaac o dios de la lluvia y Kukulkán o dios del viento.
La base de su alimentación era el maíz, que incluso les sirvió para hacer bebidas. Otros alimentos importantes fueron los derivados del cacao (con sus semillas y con agua obtenían el chocolate), la chaya (planta similar a la ortiga), la sal (que la obtenían mediante la desecación del agua de mar), la calabaza (de la cual consumían sus frutos y semillas). Bebían agua, balché (que era una bebida alcohólica que se usaba en las ceremonias) y sakab (que se elaboraba con maíz y se endulzaba con miel).
La arquitectura maya se desarrolló gracias a que tenían importantes conocimientos técnicos (falso arco o bóveda maya, por ejemplo). Para sus edificaciones utilizaron como materiales de construcción la madera y la piedra básicamente. Entre las maderas prefirieron la de coba y el zapote, por ser muy resistentes a los ataques de las termitas. Entre las piedras que se usaron estaban: la caliza, la arenisca, el mármol, etc. Levantaron un variado repertorio de edificaciones: plataformas ceremoniales, palacios rectangulares y alargados, pirámides, templos, observatorios astronómicos, baños de vapor, etc. Tal vez, la construcción más relevante sean las importantes y colosales pirámides escalonadas en piedra y en cuyo alto se colocaba el templo.
Empleaban el bajorrelieve y la pintura como elementos decorativos para sus edificios. También tallaron estelas con valor simbólico y astronómico.
Practicaban un tipo de juego-religioso (“juego de la pelota”) que representaba el movimiento del sol y los astros por la bóveda celeste.
Los mayas desarrollaron el sistema de escritura más completo y complejo de todos los pueblos indígenas americanos (logogramas y silábico).Con él escribieron todo tipo de textos. Se conservan todavía algunas escrituras.
En las matemáticas utilizaban un sistema de numeración posicional de base 20, conocieron y usaron el número cero (dos mil años antes que en Europa) y realizaron cálculos muy precisos, que junto con sus amplios conocimientos en astronomía, les permitió desarrollar un calendario muy complejo.
Bajorrelieve maya, Museo Palenque |
Los mayas creían que antes de existir nuestro mundo habían existido otros, pero que estos habían sido destruidos por diferentes catástrofes naturales. Pensaban que el universo tenía tres partes: el cielo, la tierra y el inframundo. Cada aspecto o actividad de la vida cotidiana estaba regida por una divinidad distinta. Su religión giraba en torno al cultivo del maíz, el alimento principal, y hacían sacrificios humanos a los dioses para asegurar su crecimiento y proteger las cosechas. El panteón de dioses mayas era numeroso, pero entre los más importantes estaban Chaac o dios de la lluvia y Kukulkán o dios del viento.
La base de su alimentación era el maíz, que incluso les sirvió para hacer bebidas. Otros alimentos importantes fueron los derivados del cacao (con sus semillas y con agua obtenían el chocolate), la chaya (planta similar a la ortiga), la sal (que la obtenían mediante la desecación del agua de mar), la calabaza (de la cual consumían sus frutos y semillas). Bebían agua, balché (que era una bebida alcohólica que se usaba en las ceremonias) y sakab (que se elaboraba con maíz y se endulzaba con miel).
Máscara maya correspondiente al periodo posclásico, encontrada en Placeres, Campeche y expuesta en el Museo Nacional de Antropología e Historia de México. |
La arquitectura maya se desarrolló gracias a que tenían importantes conocimientos técnicos (falso arco o bóveda maya, por ejemplo). Para sus edificaciones utilizaron como materiales de construcción la madera y la piedra básicamente. Entre las maderas prefirieron la de coba y el zapote, por ser muy resistentes a los ataques de las termitas. Entre las piedras que se usaron estaban: la caliza, la arenisca, el mármol, etc. Levantaron un variado repertorio de edificaciones: plataformas ceremoniales, palacios rectangulares y alargados, pirámides, templos, observatorios astronómicos, baños de vapor, etc. Tal vez, la construcción más relevante sean las importantes y colosales pirámides escalonadas en piedra y en cuyo alto se colocaba el templo.
La serpiente de los mayas desciende las escalinatas del Templo de Kukulkán durante el equinoccio de primavera en la zona arqueológica de Chinchén Itza |
Empleaban el bajorrelieve y la pintura como elementos decorativos para sus edificios. También tallaron estelas con valor simbólico y astronómico.
Practicaban un tipo de juego-religioso (“juego de la pelota”) que representaba el movimiento del sol y los astros por la bóveda celeste.
Meta del Juego de Pelota, Chichén Itzá. |
Los mayas desarrollaron el sistema de escritura más completo y complejo de todos los pueblos indígenas americanos (logogramas y silábico).Con él escribieron todo tipo de textos. Se conservan todavía algunas escrituras.
En las matemáticas utilizaban un sistema de numeración posicional de base 20, conocieron y usaron el número cero (dos mil años antes que en Europa) y realizaron cálculos muy precisos, que junto con sus amplios conocimientos en astronomía, les permitió desarrollar un calendario muy complejo.
2.3. La cultura inca.
El Imperio Inca fue la última de las grandes civilizaciones
precolombinas. Además, de todas ellas, fue la más organizada y dinámica política,
económica y socialmente hablando. Su dominio abarcaba buena parte de la región andina, desde el norte del actual Ecuador, pasando por Perú, Bolivia y el norte de Chile
y Argentina.
Surge a principios del siglo XIII en la cuenca de Cuzco (actual Perú) y se expande por la costa del Pacífico y
cordillera de los Andes, hasta formar un vasto territorio interconectado por
una compleja red de caminos. Terminó
entre 1530 y 1540 a manos de los
conquistares españoles.
El pueblo inca estaba gobernado por un monarca
de carácter teocrático y hereditario, al que conocían por el título de Inca, concentraba todos los poderes del
imperio y era considerado hijo del sol. El Inca gobernaba junto con sus
familiares más cercanos, especie de virreyes, sobre todo su imperio al que
llamaban Tawantinsuyu y que en idioma
quechua significa “las cuatro partes” o
regiones en las que estaba
dividido el territorio.
Por debajo del Inca y su
familia, estaba la nobleza y los
sacerdotes, además del pueblo llano,
que cultivaba la tierra y pagaba los tributos. Cada cierto tiempo, el pueblo
trabajaba para el Estado, según un sistema llamado mita.
La base de la economía fue la agricultura de la patata y del maíz. Las tierras eran comunales y se entregaban parcelas a cada familia
para ser cultivadas. De ellas, distinguían las tierras del sol o aquellas de las que su producto era destinado
como ofrendas a los dioses y manutención de la clase sacerdotal; las tierras del Inca o del Estado,
destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia, la nobleza y los
funcionarios, y finalmente las tierras
del pueblo, destinadas a la producción del sustento del resto de la población.
Las familias más numerosas, recibían mayor cantidad de tierras. Los Incas no sólo cultivaron
los terrenos planos o semi inclinados, si no que usaron un sistema ingenioso para cultivar
las laderas de las montañas, esta técnica consistía en formar terrazas,
denominadas “andenes”, una especie de módulos o recintos en piedra y que posteriormente, rellenaban con tierra vegetal. Para mantener tal cantidad de tierras sembradas, el pueblo
inca, desarrollo un importante sistema hidráulico: muchos de los canales de
regadío de algunas zonas, hoy día, continúan funcionando.
3. Europa descubre América
La base de la alimentación de
los incas fue la patata y el maíz. En las zonas altas de los Andes, se cultivaron
y cosecharon hasta doscientas variedades distintas de patatas, que se
diferenciaban por el color y el tamaño. Para evitar su descomposición y poder
almacenarlas durante mucho tiempo, aprendieron a desecarlas, para rehidratarlas
en el momento de su consumo. Domesticaron llamas, alpacas, vicuñas y guanacos, de las que obtenían carne, lana, cuero e incluso, sus excrementos eran utilizados como combustible o abono.
Los incas fueron politeístas y la mayoría de
sus dioses representaban elementos de la naturaleza, cada uno de ellos tuvo
atributos particulares. La religión estaba presente en cada ámbito de sus
vidas. El culto y la religión envolvieron cada una de las
festividades las cuales estuvieron a cargo de los sacerdotes, el más
importante era el Huillac Umu.
Se utilizaron una diversidad de productos rituales
como el maíz, la ropa fina (de cumbi), la hoja de coca y la concha marina
llamada mullu (spondylus). Durante el año los incas celebraban diversas
festividades, que generalmente correspondían a una etapa en las actividades
agrícolas y los cambios climáticos.
En la religión incaica se le atribuye el origen
del mundo y según los mitos, al dios Viracocha
que había salido del lago Titicaca e inmediatamente había hecho aparecer el Sol
y la Luna y había dispuesto que iluminaran el mundo de día y de noche.
El sol era conocido como Inti o Punchao y era considerado
como el padre de los incas. Es un dios fertilizador que fue conocido en los
Andes antes de los incas pero con ellos logró convertirse en una divinidad principal.
La Luna o Mama Quilla era la contraparte
femenina del Sol y se la consideraba su esposa. Su culto, anterior al imperio
incaico, se relacionó desde un principio con la fertilidad y la veneración a
los muertos.
Pachamama o Madre Tierra fue la divinidad relacionada
con la agricultura y los recursos proporcionados por la tierra. Teniendo en
cuenta la importancia de la actividad agrícola en los Andes, se puede entender
la extensión y fuerza que tuvo el culto a esta divinidad.
Pachacámac era considerado como una versión de Viracocha,
fue la divinidad más importante de la costa central. Se creía que a través de
los movimientos telúricos, daba vida a la tierra, además, se le atribuyo la
capacidad de otorgar alimentos.
La palabra huaca definía todo lo que era
sagrado y correspondía tanto a dioses como a sus santuarios, representaciones,
lugares y objetos de culto, así como a algunas personas. En este vasto mundo
religioso, también se consideró sagradas a las conopas o madres de los
alimentos, las pacarinas o lugares donde se pensaba que habían salido
los hombres, las momias de los antepasados o malquis y los apus
o espíritus de las montañas.
Especial lugar tenían los apus o espíritus de las
montañas en el panteón de divinidades incas. Este carácter divino conferido a
los apus se sustentaba en la creencia que los cerros y montañas eran
generadores de hombres y de pueblos. Por ello, fueron tratados como personajes
que tenían nombres y que a pesar de su calidad divina se alimentaban, sentían,
hablaban y sufrían. Cuando estaban contentos, eran seres benefactores y
generosos; en cambio cuando eran ofendidos, podían ser castigadores. La
importancia de las montañas se deriva de su relación con la generación de agua.
De las montañas nacen miles de ríos y manantiales que proporcionan el agua. En
una sociedad netamente agrícola, el agua constituyo un elemento esencial para
la vida; por ello, esta siempre estuvo ligada a los apus. Aún hoy en muchos
pueblos de los Andes se mantiene esta creencia y se realizan rituales y
ofrendas a los apus, combinadas con la religión católica.
La arquitectura Inca se
caracterizaba por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetría y por
buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. La piedra fue el material
básico empleado en la construcción. Se supone que los altos muros de sus
edificios fueron levantados con rampas o terraplenes, para transportar grandes
bloques de piedra sobre rodillos de madera. Estas piedras se encajaban unas con
otras, tallándolas para que sus caras encajen perfectamente. En las
construcciones de mayor importancia la piedra fue trabajada de forma magistral,
no así en las viviendas y corrales. Los diversos tipos de unidades
arquitectónicas, de acuerdo con las características identificadas, fueron los ushnus (edificios piramidales truncadass),
las callancas (grandes edificios para
usos diversos), las collcas (almacenes), los tambos (lugares de
aprovisionamiento en los caminos). Una característica singular de la
arquitectura incaica es la forma trapezoidal de las puertas, hornacinas y
ventanas.
En el arte inca se utilizaron
diseños geométricos y simétricos de representaciones estilizadas de animales y
humanos. El estado inca dirigió la producción artística, que principalmente fue
orientada al consumo de las élites y al culto. Es importante destacar que
el arte inca recibió la influencia de muchos elementos de las culturas que
conquistaron.
La cerámica suele estar decorada con figuras geométricas
en tonos sepias, rojos, blancos y marrones, presenta formas muy variadas, entre
las que destaca el urpu o aríbalo que era una vasija con motivos de insectos
como libélulas y mariposas otra cerámica que destaco fue el quero o vaso
ceremonial. Las piezas hechas serie fueron utilizadas por el pueblo, mientras
que la cerámica de connotación religiosa fue trabajada a mano y presento
acabados muy meticulosos.
Uno de los elementos más
apreciados por los incas fue el tejido, que se confeccionaba a gran escala a lo
largo de todo el Tahuantinsuyo. Además de la función doméstica, los
textiles tuvieron una función social y religiosa. El cumbi sirvió para confeccionar
la ropa del inca; y la abasca, producto casero de enorme calidad, se empleaba
para ofrendas religiosas. Los insumos que se utilizaron fueron el algodón y la
lana de llama y alpaca. El unku o vestido tradicional Inca con frecuencia
esta bordado con motivos geométricos y colores vivos.
Los incas elaboraron finos
trabajos de oro y plata, estos objetos servían de ofrendas a sus dioses y para adornar sus templos. La élite cuzqueña
portaba narigueras y orejeras, entre otras joyas, como rasgo distintivo de su clase social. Los objetos de
uso práctico se hacían de bronce. El oro se destinó casi exclusivamente a la
confección de ofrendas. 3. Europa descubre América
3.1. Causas
El aumento de la población europea que surgió sobrepasadas las grandes
pestes de los siglos XIV y XV y el proceso de transformación que estaba
sufriendo la sociedad (aparición de ejércitos permanentes, crecimiento de los
núcleos urbanos, crisis del sistema feudal, etc.), propició la necesidad de
generar más manufacturas y dar respuesta a las nuevas necesidades.
Ello conllevó el desarrollo de la economía: ahora, tanto monarcas como
la burguesía necesitaban más medios de pago (monedas), pero la gran escasez de
plata y oro, y por tanto su elevado precio, hizo necesaria la apertura de
nuevas rutas hacia Sudán y las Indias Orientales para obtener estos metales
preciosos. Además, tras la primera cruzada en Europa Occidental contra los
musulmanes la nobleza y las clases pudientes se habían acostumbrado a utilizar
productos frecuentes en la cultura árabe (especias); aunque estas no eran
imprescindibles para la vida, se habían convertido en algo muy codiciado,
favoreciendo su demanda el continuo comercio con Oriente (de las citadas
especias, de ropas teñidas de colores y tintes necesarios para el desarrollo de
las manufacturas artesanales de las ciudades de Europa, porcelana, piedras
preciosas, perfumes...).
Esta nueva situación económica favoreció la aparición de una nueva clase
social: la burguesía comercial, propietaria de los medios de producción
y amante de riquezas. Su aportación económica a los viajes de ultramar, a
cambio de territorios de los conquistados en las expediciones, fue decisiva
para la aventura americana.
La hegemonía del imperio turco en el mediterráneo tras la conquista
de Constantinopla (1453) acabó con el intercambio comercial entre
Europa y Oriente, por lo que se hizo necesaria la búsqueda de nuevas rutas
comerciales. Este intercambio comercial se había llevado a cabo siguiendo rutas
tanto terrestres como marítimas: cruzando Europa en caravanas o el Mediterráneo
en naves. El peligro de robo era constante en las rutas comerciales y numerosas
las dificultades en el transporte de las mercancías debido a la precariedad de
vías terrestres de comunicación.
Pero fue la hegemonía turca en enormes territorios tanto de África,
Asia, Anatolia y Europa y su hostilidad hacia los reinos cristianos la que puso
fin a este comercio, obligando a los europeos a buscar rutas nuevas.
Esta búsqueda de
nuevas rutas comerciales se vio facilitada por los inventos que aparecieron
durante la Edad Moderna, entre ellos el astrolabio, con el que se podía
determinar la latitud; la brújula, atribuida a los chinos, que permitía
a los navegantes conocer el rumbo con certeza; o la existencia de cartas
estelares, que determinaban la posición de los buques.
Mapa de las Indias occidentales según el Códice Zorzi de la Biblioteca Nacional Central de Florencia. |
Los adelantos en
la arquitectura naval, con la construcción de embarcaciones más ligeras como la
carabela (1440), más ligera, alta y larga que la nao, con mayor
capacidad de carga, borda alta y timón de codaste, que se maniobraba además con
más facilidad y con cualquier tipo de viento, junto a los inventos antes
citados permitían a los navegantes alejarse cada vez más de las costas.
La posición geográfica
privilegiada de Castilla, junto a los progresos en la navegación le concedían
una ventaja considerable respecto al resto de potencias europeas para la
aventura de ultramar. Esta posición privilegiada era compartida con Portugal y
ambos reinos ya habían ampliado sus fronteras más allá de sus costas: Castilla
había ocupado Ceuta (1415) y Portugal, las Azores y Madeira.
Los Reyes
Católicos habían enviado expediciones a las islas Canarias, siendo la ocupación
de dichas islas (Gran Canaria, 1482; La Palma 1492; Tenerife, 1493) un
antecedente para las colonizaciones americanas.
Finalizada la
Reconquista (toma de Granada, 1492), los Reyes Católicos aceptaron el proyecto
de Cristóbal Colón de llegar a las indias por el oeste, apoyados por el
espíritu aventurero de los ciudadanos tras la victoria ante los musulmanes (espíritu
de cruzada), y por la ayuda económica de la burguesía comercial (a cambio
de la concesión de territorios de los conquistados en las expediciones).
La rendición de Granada, por Francisco Pradilla, uno de los especialistas en la pintura de historia propia de la segunda mitad del siglo XIX. |
Además, los Reyes
Católicos contaban con un ejército profesional permanente,
característica típica de los reinos de la época moderna. Este ejército era
indispensable para las exploraciones y conquista de los nuevos territorios. A
diferencia de las mesnadas señoriales de la Edad Media, la posesión por parte
de los monarcas de un ejército les permitía conseguir los servicios del mismo
sin la intermediación de los nobles.
La competencia
entre España y Portugal, país este también con una situación geográfica
favorable, pudo ser un factor determinante para que España llevase a cabo el
proyecto de Colón, que fue previamente rechazado por el país vecino.
3.2. Colón y la llegada a América.
Desde la conquista de la Baja Andalucía,
Castilla había añadido a su tradicional frontera atlántica orientada hacia el
comercio con los países nórdicos, otra que miraba hacia el trópico y las costas
africanas y las islas.
La ocupación
de las islas Canarias y la esporádica actividad de los castellanos en las
costas magrebíes inquietaban a los reyes portugueses, que aspiraban a un
monopolio no sólo en la periferia africana sino en todo el espacio atlántico,
en el que ya habían ocupado los archipiélagos de Azores, Madera y Cabo Verde.
Fueron estas
perspectivas las que atrajeron a Cristóbal Colón, un
marino nacido en 1465.
Colón llegó a Portugal accidentalmente, a consecuencia del naufragio del barco
en que navegaba frente al cabo de San Vicente, en cuyas proximidades el infante
don Enrique el Navegante había instalado su base científica y naval de Sagres,
centro impulsor de los descubrimientos africanos. Portugal entero vivía la
fiebre de estos acontecimientos que transformaron el pequeño reino peninsular
en la cabeza de un gran imperio. El matrimonio de Colón con Felipa Moniz de
Perestrello, miembro de una familia relacionada con las actividades
descubridoras, le permitió completar su formación, más bien en el aspecto
práctico que en el teórico; fue un marino de extraordinaria competencia pero no
realizó estudios sistemáticos.
Su idea de alcanzar las Indias, las
tierras productoras de especias, navegando hacia el occidente, no era nada de
original; sencillamente tenía que surgir desde que, en la Antigüedad, se afirmó
la esfericidad de la Tierra. Lo que puso de su parte Colón fue una
voluntad inquebrantable en la que se mezclaban en extraña simbiosis las
visiones proféticas del soñador con el sentido práctico. El proyecto que sometió a Juan II de Portugal,
en 1484, fue rechazado como carente de base científica, porque el camino que
proponía Colón era más largo que el que, siguiendo la ruta del este, debía
llevar finalmente a Vasco de Gama hasta la India.
Entonces Colón, viudo ya, se encaminó a
España en busca de apoyo. El momento no era propicio porque la guerra de
anexión del Reino Nazarí de Granada acaparaba todos los recursos, pero Colón
encontró muchos y valiosos apoyos: entre los cortesanos, en miembros de la
aristocracia (el duque de Medinaceli pensó realizar la empresa por su cuenta) y
en clérigos influyentes; sobre todo le fue utilísima la ayuda de los
franciscanos de La Rábida.
A pesar del
dictamen desfavorable de las Juntas de Salamanca y Córdoba, a pesar de las
exorbitantes exigencias de Colón, los reyes decidieron
intentar e invertir en la aventura. Además, había que reaccionar contra la
pretensión de los portugueses de dominar el Océano, arrinconando a los
castellanos en las Canarias.
Los gastos de la empresa fueron modestos, como lo era la expedición misma;
se aprovechó la circunstancia de que los vecinos de Palos tenían obligación de
proporcionar a la Corona dos carabelas, a las que Colón agregó una tercera algo
mayor; entre las tres no desplazaban trescientas toneladas, las tripulaban
noventa hombres, la mayoría audaces marinos de la costa onubense que confiaban
más en sus paisanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón que en Colón, un
extranjero desconocido.
La minúscula
flotilla salió del puerro de Palos, hoy cegado por las arenas, el 3 de agosto de 1492, pero la verdadera
aventura comenzó el 9 de septiembre cuando, después de repostar en Canarias,
iniciaron la travesía del Atlántico. Treinta y tres días después avistaron un
islote del archipiélago de las Bahamas. Colón no sólo abrió una
ruta sino que estableció un récord que después pocas veces fue superado, lo que
dio lugar a sospechar que ya conocía el camino, por experiencia propia o por
relación de otra persona. La teoría del predescubrimiento no es inverosímil,
pero tampoco es necesaria; Colón conocía perfectamente las corrientes marinas
y aéreas del Atlántico central, y ello le permitió hallar el camino de ida siguiendo
los vientos alisios y encontrar el de vuelta navegando más al norte para
encontrar los contraalisios. Pero si en la práctica marinera no ha sido
superado por nadie, sus conocimientos teóricos eran insuficientes y por eso se
aferró hasta el fin de su vida a la idea de que había llegado a las cosías
orientales de Asía, mientras los contemporáneos tardaron poco en
apercibirse de que se estaba a las puertas de un Mundus Novas, como demostrarían pronto el
descubrimiento del Pacífico por Balboa y el primer viaje de circunnavegación.
Colón, acogido por los reyes en
Barcelona, recibió enseguida los medios necesarios para realizar una nueva
expedición de mucha mayor envergadura, más bien de colonización que de
exploración.
Diecisiete buques con mil doscientas personas provistas de semillas, aperos de
labranza y todo lo necesario para una instalación definitiva llegaron a la isla
Española (Santo Domingo-Haití) en 1493.
Tropezaron enseguida con graves
dificultades; el clima no era apto para la producción de los alimentos a que
estaban habituados, y la organización de la colonia por Colón demostró que el
gran navegante era un mediocre administrador. En una cosa se
pusieron de acuerdo Colón y los colonos: puesto que el trabajo agrícola era
duro y rendía poco, lo mejor sería explotar a los indígenas, ya haciéndoles
trabajar en los yacimientos de oro, ya vendiéndolos como esclavos. Esta segunda
opción fue anulada por los Reyes Católicos que, como en el caso de los
indígenas canarios, se negaron a sancionar la esclavitud, no sólo por motivos
humanitarios sino más bien políticos, aquéllos eran sus vasallos y ningún
particular tenía derecho a apropiárselos.
No por eso fue mejor la situación de los
indígenas: presa de enfermedades para las que no tenían defensas orgánicas,
obligados a trabajar en los placeres auríferos, destruidas las raíces de su cultura, murieron o se
dejaron morir; desaparecieron casi totalmente en pocos decenios.
Entre tanto, aunque aún no se calibraban
las auténticas dimensiones de las tierras descubiertas, Europa entera se
conmovió con sentimientos diversos; no sólo de admiración y entusiasmo; también
de emulación en otras naciones (Inglaterra, Francia) que quisieron participar
en el grandioso acontecimiento y expolio de las nuevas tierras.
Especialmente
viva fue la reacción de la corte portuguesa, que en cierto modo se sentía
engañada; tenia bulas pontificias y tratados con Castilla que le aseguraban una
posición preponderante en el Atlántico y las tierras ribereñas; por eso, la bula ínter caetera de Alejandro VI que Otorgaba a Castilla todas
las tierras descubiertas o por descubrir fue considerada como una usurpación.
Los Reyes Católicos deseaban mantener buenas relaciones con la Corte
portuguesa, y en el tratado de Tordesillas (1494) consintieron que la línea
divisoria fuese trasladada 270 leguas más al oeste, con lo que un trozo de
Brasil (luego abusivamente ampliado) entraba dentro del dominio lusitano.
Todavía realizó Colón otros dos viajes, con el doble
objeto de ampliar la zona descubierta y de ejercer las amplísimas funciones
gubernativas que se le otorgaron en las capitulaciones de Santa Fe; en su virtud, Colón era almirante, virrey de las
tierras descubiertas y partícipe del producto de su exploración.
El desastroso gobierno de Colón motivó
que un enviado real lo condujera con muy pocas consideraciones a España. Los
reyes lo rehabilitaron y le facilitaron los medios para realizar el cuarto y
último viaje; pero desde entonces las tierras americanas estuvieron bajo la
administración directa de la Corona.
En el cuarto y
último viaje. Colón, luchando contra pésimas condiciones materiales y
climáticas, vagó por las Antillas y las tierras fronteras de Centroamérica.
A estos viajes
se les llama menores
con bástame impropiedad, porque su amplitud fue enorme, y sus resultados,
extraordinarios. En 1499 Alonso de
Ojeda, Juan de la Cosa y Américo Vespucio (un andaluz, un cántabro y un
italiano) recorrieron las costas de Venezuela, Guayana y el nordeste del
Brasil. Con los daros conocidos hasta entonces, Juan de la Cosa
delineó el primer mapa de América (1500).
Vicente Yáñez Pinzón salió del puerto de
Palos y descubrió las tierras comprendidas entre la desembocadura del Orinoco y
la del Amazonas.
Diego de Lepe.
saliendo también de Palos, arribó igualmente a tierras brasileñas, que costeó
bastante más hacia el sur que los anteriores.
Al mismo
tiempo que Américo Vespucio, al servicio del rey de Portugal, llegaban a Rio de
Janeiro, Juan y Sebastián
Caboto, por encargo de Enrique VII de Inglaterra, visitaron las costas
septentrionales de América, en busca del paso del noroeste que también buscaron sin éxito los hermanos
Corterreal, y otros después que ellos. Cuando murió Colón ya se
habían efectuado una multitud de expediciones trasatlánticas y se habían
Interesado por las nuevas tierras varios soberanos europeos.
Durante el
reinado de Carlos I se multiplicaron las expediciones y las capitulaciones y
adelantamientos a descubridores y conquistadores que, inicialmente para
beneficio personal y más tarde, para la Corona extendieron el conocimiento de
esas tierras y el dominio castellano.
Los ejemplos
más llamativos son las expediciones de Vasco Nuñez de Balboa en 1513, que
consigue atravesar el Istmo de Panamá y descubrir el Océano Pacífico; Hernán
Cortés entre 1518 y 1522, con el fin de dominar el Imperio Azteca y sus pueblos
aliados en la península del Yucatán; la magna expedición de Magallanes y
Elcano, que pretendía circunnavegar América y demostrar que era posible el
viaje a Asia por el oeste. Esta expedición realizada entre 1519 y 1522 supuso
también reforzar la idea de continentalidad de América y permitió con el
descubrimiento de las Malucas y Filipinas asentarse a la Corona española en
Asia.
La última de
las grandes expediciones fue la de Pizarro, Diego de Almagro y Hernando Luque
entre 1524 y 1535 para la conquista del Perú y del Imperio Inca. Las guerras
civiles que enfrentaron a estos conquistadores tras la caída Inca hizo que el
emperador Carlos decidiera acabar con el tradicional sistema de conquista y
sustituirlo por el dominio y la acción directa de la Corona.
4. La conquista.
Si bien los
factores tecnológicos y culturales jugaron un importante papel en las victorias
y derrotas de los conquistadores, el factor decisivo fueron las enfermedades
traídas desde Europa, especialmente la viruela, que en muchos casos aniquilaron
naciones enteras antes de la llegada de los españoles. Otro factor fundamental
fue la habilidad de los conquistadores en explotar las diferencias entre los
propios pueblos indígenas, ya sea apoyando a uno de los bandos de una guerra
civil, como en el caso del Imperio Inca, o apoyándose en la poblaciones
sometidas por el pueblo al que se pretendía sojuzgar, sea el caso del imperio
Azteca.
Militarmente
los conquistadores poseían importantes ventajas tecnológicas sobre los pueblos
originarios, especialmente las armas de fuego y el acero. En todos los casos
las naciones indígenas cuya conquista pretendían los españoles superaban a estos
en número: en promedio los españoles peninsulares nunca superaron el 2% de la
población de América. Sin embargo era habitual que los conquistadores españoles
realizaran alianzas con naciones enemigas para formar ejércitos numerosos. El
ejército con el que Hernán Cortés atacó Tenochtitlán estaba integrado por
200.000 soldados, de los cuales menos del 1% eran españoles.
A pesar de que
muchas civilizaciones americanas habían desarrollado métodos avanzados para el
tratamiento y fundido de los metales (oro, plata, bronce, estaño, cobre), este
conocimiento se aplicó principalmente para la elaboración de objetos
religiosos, artísticos y simbólicos, así como de utensilios de uso cotidiano.
Sólo los quechuas y los purépechas elaboraban armas de cobre, pero estas no
alcanzaban el filo y dureza del hierro y el acero. Los cascos y armaduras de
hierro que utilizaron los conquistadores constituyeron un importante factor de
defensa personal. Sin embargo, la depurada tecnología textil de las
civilizaciones andinas, que permitía tejidos de hasta 500 hilos por pulgada
estructurados en capas sucesivas, les permitió desarrollar eficientes armaduras
de tejido acolchado que fueron adoptadas finalmente por los españoles,
abandonando sus cascos y corazas metálicas.
El arma
principal de los ejércitos andinos era la honda, realizada con tejidos, con la
que arrojaban piedras calentadas hasta el rojo vivo, envueltas en algodón y
brea. Utilizando estas armas los quechuas arrasaron Cuzco ocupada por los
españoles en 1536.
En el primer
momento de la conquista las armas de fuego y en especial los arcabuces causaron
gran impresión debido al estruendo. Pero su efecto militar fue escaso. Las
espadas de acero y de hierro, los cuchillos y las armaduras demostraron ser
mucho más efectivos militarmente. Por esta razón, cuando alcanzaban el dominio
de alguna nación, los españoles prohibían el acceso a las armas de hierro por
parte de los pobladores sometidos.
Los animales
fueron otro factor militar. Por un lado, la introducción del caballo por parte
de los españoles, les permitió en algunos casos moverse con rapidez y lanzar
rápidos ataques. Sin embargo en las zonas montañosas y selváticas, los
españoles se mostraron menos adaptados tecnológicamente que las culturas
amerindias, que utilizaban la llama y técnicas especiales para construir
caminos y puentes adaptados a ese tipo de terrenos. En algunos casos los
pueblos originarios, principalmente en Norteamérica, la pampa y la Patagonia,
se apropiaron del caballo y desarrollaron técnicas de adiestramiento y monta
superiores a las que tenían los españoles, y se volvieron un factor decisivo
para rechazar a los conquistadores. Los españoles utilizaron también perros
para rastrear y atacar indígenas y esclavos en la selva y en los bosques.
La forma de
hacer guerra de los españoles, como la de la mayoría de los europeos era más
sangrienta e involucraba más guerreros que los que los indígenas americanos
estaban acostumbrados a utilizar. Las armas de hierro y acero producían
lesiones más evidentes que las flechas envenenadas. Además, algunos pueblos
originarios no tenían la costumbre de matar gente en el campo de batalla, sino
que los capturaban y los mantenían para ocasiones de sacrificios rituales. De
ahí que las prácticas europeas en la guerra adquirieran un carácter más brutal.
Pero el factor
decisivo en la derrota de las civilizaciones americanas fue el colapso
demográfico. Entre los investigadores y sectores sociales no hay consenso sobre
las causas de ese colapso, atribuyéndolos unos a un genocidio, otros a la
introducción de nuevas enfermedades y un tercer grupo a una combinación de
ambas causas.
Hay un cierto
consenso en considerar que el colapso demográfico de la población original de
América fue la causa principal de su derrota militar.
El historiador
estadounidense Charles Mann dice que España "no habría vencido al Imperio (Azteca) si, mientras Cortés construía
las embarcaciones, Tenochtitlán no hubiera sido arrasada por la viruela en la
misma pandemia que posteriormente asoló el Tahuantinsuyu... La gran ciudad
perdió al menos la tercera parte de población a raíz de la epidemia, incluido
Caitlahuac".
Autores como
Jared Diamond resumen las causas de la victoria de Pizarro (paradigma de la
conquista española) en "tecnología militar
basada en armas de fuego y acero y caballos, enfermedades infecciosas endémicas
en Eurasia, tecnología marítima europea, la organización política centralizada
de los Estados europeos, y en la escritura". En este último
sentido, Diamond explica que los errores de juicio de Atahualpa y Moctezuma,
que les llevaron a ser engañados por los españoles se debían a que éstos
pertenecían a una sociedad alfabetizada que, gracias a la escritura, tenía a su
disposición un enorme corpus de conocimiento sobre el comportamiento humano y
su historia, algo de lo que carecían las naciones americanas.
4.1. La conquista de México.
Retrato de Hernán Cortés basado en el enviado por el conquistador a Paulo Giovio, que sirvió de modelo a muchas de sus representaciones desde el siglo XVI. |
En 1519 Hernán Cortés salió de Cuba y emprendió la conquista del poderoso y rico Imperio azteca, establecidos en el actual México, según le había encomendado el adelantado
de Cuba, Diego Velázquez. El ataque había sido
preparado desde Cuba por Diego
Velázquez, seis años después de conquistar
dicha isla, y a partir de dicha experiencia. Ya en el cuarto de
viaje de Colón existió una toma de contacto con
Mesoamérica. La falta de indios en Cuba había generado
una relativa superpoblación de blancos. El continente se convirtió en algo deseado y temido.
La expedición estaba
formada por 11
naves, con sólo
518 solados, 32
ballesteros, 13 escopeteros, 16 jinetes, 110 marineros, 200 indios (como servidumbre) y 32 caballos.
Cortés se procura
intérpretes (Jerónimo de Aguilar, cura
que anteriormente había sido hecho
prisionero de los mayas;
después Marían "la Malanche", vendida como esclava, amante de Cortés).
Tras desembarcar
en Yucatán,
y después dos meses de expedición
llegarán a los llanos de Veracruz, fundando Villa Rica de La Veracruz, colonia al margen del poder central.
Cuando llega la noticia
a Tenochtitlán, los indígenas
identifican a Cortes con el dios vengador de
los toltecas,
lo que
provoca una fatalista idea de
que su
conquista será inexorable. Desmoralizada la Confederación azteca permite sin reaccionar la penetración hasta el centro de la pluralidad federal de la
laguna.
Aliándose con varias
tribus enemigas de los aztecas (como los de la provincia rebelde
Tlaxcala, que contribuye a romper más la unidad
de la
confederación), marchó contra
Tenochtitlán, que era la capital del Imperio azteca.
Moctezuma I se abstiene de usar la fuerza contra los españoles,
y acompaña a Cortes a visitar la ciudad (como indica Bernal Díaz del Castillo):
para evitar ser cercados y aniquilados por tal masa humana, Cortés se apoderó de Moctezuma, con el pretexto
de que
el gobernador
de
Nauhtla se había mostrado hostil a la guarnición de Villa Rica de La Veracruz. Hizo prisionero al emperador azteca
Moctezuma, pero poco después
tuvo noticias de que el gobernador de Cuba, Diego de Velázquez, había enviado un ejército
contra él mandado por Pánfilo de Narváez, y salió a combatirlo: sale a su encuentro, derrota a los enemigos y buena parte de los soldados contrarios se ponen de su lado.
Pero durante la
ausencia de Cortés,
Pedro de Alvarado quedó al mando de la ciudad,
con un puñado de hombres,
quienes, aisladas y debilitadas, enloquecen, asesinando a traición a
la élite de la nobleza
azteca reunida para una fiesta.
Los aztecas llevaron a cabo una
revuelta, en la que morirá
Moctezuma (perdió la vida intentando
evitar el enfrentamiento). Vuelto Cortés a la ciudad, fue acusado de la muerte de Moctezuma y, no pudiendo resistir a los rebeldes (ve a sus compañeros aislados y asediados
por una multitud hostil), y tras el asalto
el Gran Templo, su situación es insostenible, por lo que se vio obligado a retirarse
en medio de una noche oscura con sus hombres a través de un terreno pantanoso, en lo que se llamó la Noche Triste (27 junio de 1520): consiguen huir con un 50% de pérdidas entre la tropa.
Las otras ciudades
no se suman a la
revuelta.
Pero poco después los españoles
lograron rehacerse y derrotaron a los aztecas en la batalla de Otumba, tras la cual reconquistaron la capital y dominaron
todo el Imperio azteca,
que recibió el nombre de Nueva España. En
Otumba fue hecho prisionero el jefe de los
aztecas, Cuahutémoc, que será torturado y ahorcado. Desde México, la expansión española prosiguió
hacia Guatemala y Honduras.
En la batalla de Otumba Cortés demostrará la superioridad de su ejército
en campo abierto: mata al jefe enemigo, lo que provoca una desbandada. Además,
la viruela, contagiada por un
esclavo negro de Cortés a los
habitantes de Tenochtitlán, provoca grandes
estragos entre los aztecas, más
desde luego que los disparos
de los
arcabuces.
Tras el sitio de
Tenochtitlán, en el que participan
los aliados
antiaztecas, no se encontró tanto
oro como suponían,
pese a torturar a los
jefes supervivientes.
Es preciso recalcar
que el dominio territorial de Cortés ocupa una extensión más allá de la
antigua Confederación azteca:
se tratará de
Nueva España, que en pocos
años supondrá la
anexión de medio
millón de Km2. Pero aún serán precisos 17 años para poseer, y de forma precaria, el
territorio maya.
En México la conquista
no implicó acción alguna sobre el suelo, ni entrañó esfuerzo
alguno para establecer un
nuevo diálogo entre
el hombre y la tierra:
no se interesó por la
tierra, sino únicamente por los
hombres. En líneas generales, el comportamiento de los
colonos cubanos de Cortés y de
los de Castilla del Oro
de Pizarro
y de Almagro, al asalto del
continente, responde a la sustitución de una autoridad suprema por otra. La reacción entre dominantes y dominados
es tanto más violenta cuanto más desproporción hay entre ambas poblaciones: 70–80 millones de hombres
en el
eje fértil
y diversificado de los
altiplanos, cultivo intensivo del
maíz. Se producirá un retroceso de la población en proporción de 8 a 1.
4.2. La conquista de Perú.
Perú constituye el segundo ciclo de conquista, en el eje norte–sur de los
altiplanos andinos, brillante amalgama de civilizaciones cuya unión en una sola gran construcción política
era demasiado reciente como para
constituir una unidad cohesionada y de gran fuerza. Panamá, casi una isla,
ejerció la función
de una nueva Cuba.
Pizarro, Almagro y Luque constituyen una sociedad para el descubrimiento de aquel mundo misterioso,
pero cuentan con medios limitados
pese al aval de la administración real. El imperio
inca cuenta con el defecto –dice– de la excesiva organización. Además estaba en crisis, había crecido sin una integración territorial real. El triunfo de
Atahualpa frente al otro
pretendiente a suceder al Inca
no cuenta
con el refrendo total de
la casta
dirigente. El descenso por las costas del Pacífico similar a la conquista
de africanas, pero más raudo: se llevó a cabo
en 6 años.
En los actuales Perú y Chile
se encontraba
el extenso
Imperio de los incas, cuya
capital era la ciudad
de Cuzco. Francisco Pizarro partió de
Panamá en septiembre de 1527, al mando
de una
expedición de la que formaban
parte Diego de Almagro y el sacerdote Hernando
de Luque, quien había aportado
dinero para la empresa. Pizarro funda San Miguel de Pirua
en Perú. Tras
varios fracasos (y una vez
resuelta la rivalidad entre Almagro
y Pizarro, que se enfrentaron en Las Salinas), Pizarro llegó en 1532 a la ciudad de Cajamarca,
donde logró apresar
a Atahualpa, emperador de los incas, quien
ofreció llenar de oro una
gran habitación a cambio de su libertad.
Atahualpa reunió todo el oro prometido, pero Pizarro no respetó
su palabra, y lo mandó
ejecutar, acusándole de
haber matado a Huáscar, hermano del inca, en diciembre de 1532. Le sucedería su hermanastro Manco, quien protagonizará una oleada de
saqueos contra los colonos españoles.
En noviembre
del año
siguiente, Pizarro conquista Cuzco, la capital del Imperio inca. Poco después, en 1535, Pizarro fundó la capital de Lima,
que se convirtió en la
capital del Virreinato del Perú.
Se produjo una gran llegada de gentes españoles a un Perú que así se ve achicado, estallando la guerra civil bajo la atenta mirada de los incas: el clan Pizarro intenta delimitar el campo de acción del de Almagro,
produciéndose venganzas en cadena hasta el asesinato de
Pizarro en 1541. Existió
una colaboración de algunos indios con los almagristas (encabezados
por su hijo), hasta la llegada del intransigente Tupac Amarú que lanzará una última resistencia
antiespañola suicida, y que será decapitado
en Cuzco. La resistencia quechua perdurará hasta bien entrado
el XIX.
Virreinato del Perú |
4.3. Otros territorios conquistados.
En un breve período de
tiempo los españoles habían explorado el
continente americano desde Nebraska
hasta el sur de Chile,
penetrando fundamentalmente por las cuencas de los grandes ríos americanos: la del
Mississippi, Orinoco, Amazonas y Paraná– Plata, instalándose en los valles chilenos, en las altas mesetas, futuros centros de la actividad
colonial de Nueva España, de Nueva Granada y Perú. La construcción de Nueva Granada
será un momento fundamental de la expansión, tras el encuentro en el altiplano de Bogotá de las
expediciones involuntariamente convergentes
de Quesada,
el alemán
Federmann y el lugarteniente de Pizarro Sebastián
de Delalcázar:
quedaba así completada la presencia
española en el eje de los altiplanos, que funcionó como bomba aspirante de toda la raza de los
conquistadores.
Los hitos de esta exploración serían
la expediciones
de Juan
Ponce de León en 1513,
quien llegó a Florida desde el
Caribe; la de Juan Díaz
de Solís
(1513–1516), quien descubrió el Río
de la Plata; la Pedro de Heredia
(1532–1533), que exploró el río Magdalena
y fundó Cartagena de Indias en la actual
Colombia; la de Alvar Núñez Cabeza de Vaca (1528–1536), quien recorrió Tejas;
la de
Pedro de Mendoza (1535–1536), quien, continuando la expedición de
Solís, se internó en la
cent del río de la Plata, iniciando
la conquista de Argentina y fundando
la ciudad de Buenos Aires; Francisco de Orellana (1541) exploró el Amazonas,
llegando al ciudad de Quito tras su periplo en el que han participado
apenas 50 hombres; Pedro de
Valdivia (1541); y la de Francisco
Vázquez de Coronado (1540–1542), quien alcanzó el Gran Cañón del Colorado, y con la que en parte se concluye el ciclo de exploraciones. El rendimiento de la posterior obra colonizadora española estuvo
dificultado por la dispersión geográfica. Los españoles ocuparon gran número de territorios
que formaban unidades
geográficas muy distintas. En general, en todas las expediciones iban misioneros para evangelizar a los indios, por lo que la conquista
y la difusión
del cristianismo llevaron un
ritmo paralelo.
La conquista de Chile había sido
encargada a Almagro por Pizarro.
Sin embargo, inicialmente la resistencia de los araucanos
(raza especialmente irreductible) hizo que
Almagro fracasara en la conquista
de Chile.
Pedro de Valdivia será el
encargado de doblegar la resistencia nativa. Fundó la ciudad de Santiago, y organizó
la administración del país. Poco
tiempo después los araucanos, mandos por su caudillo Caupolicán, se sublevaron contra los españoles y el propio Valdivia perecerá
en la
lucha. La llegada de García
Hurtado de Mendoza, que capturó
y mandó empalar
al líder Caupolicán supondrá un primer sometimiento
de la población araucana, sin embargo siempre
con cierto poso
levantisco.
Las expediciones al Océano Pacífico también
revistieron gran importancia. Destacaron García Jofré de Loaysa y Juan
Sebastián Elcano, que abrieron el camino a las posteriores expediciones a
Oceanía, las islas del Pacífico y al Sureste asiático. La lista se hace
interminable. Estos nombres, junto a muchos otros serán los verdaderos
artífices de la
América Hispánica.
El ritmo de la conquista fue muy desigual: apenas 4.000 Km2 hasta
1493; 50.000 entre 1493–1500; 250.000 de 1502 a
1515. Un período de calma
precedió a la gran explosión:
2 millones de Km2 entre 1520–40.
Finalmente, algo menos de 0,5 millones entre 1540–1600. Así, los dominios ultramarinos conquistados por Europa superan entre 1520–40
la suma de lo
conseguido en los
siglos XII–XV, los
restantes años del
XVI y XVII.
Extensión del
Imperio colonial español en América.
La mayor parte de las áreas reclamadas por el Imperio
Español (la casi totalidad de la Pampa, el Gran Chaco, la Patagonia, la
Amazonia, el Beni, el Matto Grosso, el Darién y las llanuras norteamericanas)
nunca fueron efectivamente ocupadas y permanecieron bajo dominio de los pueblos
originarios hasta la segunda mitad del siglo XIX.
- Virreinato de Nueva España: el actual México y los estados estadounidenses de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Florida, Utah y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. España mantuvo bajo su control estos territorios desde 1519 hasta 1821.
- Capitanía General de Guatemala: comprendía los territorios de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica, y el estado mexicano de Chiapas. Declaró su independencia en 1821, para sumarse al Primer Imperio Mexicano, del que se separó (salvo Chiapas) en 1824.
- Territorio de Luisiana: cedida por Francia, España la mantuvo poco tiempo en su poder, desde 1762 hasta 1801. Incorporaba territorios de los actuales estados estadounidenses de Luisiana, Arkansas, Oklahoma, Kansas, Nebraska, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Wyoming, Montana, Idaho, Minnesota y Iowa.
- Virreinato de Nueva Granada: los actuales países de: Panamá, Colombia y Ecuador.
- Capitanía General de Venezuela: la actual Venezuela.
- Virreinato del Perú: el actual Perú, Bolivia, parte de Ecuador, Colombia, Chile y Brasil.
- Virreinato del Río de la Plata: los actuales países de Argentina (la Patagonia oriental es considerada por algunas fuentes como parte del virreinato y por otras como perteneciente a la Capitanía General de Chile), Paraguay, Uruguayy parte de Bolivia.
- Capitanía General de Chile: el actual Chile (para algunas fuentes también la Patagonia oriental).
- Territorios Insulares (dependientes de los distintos virreinatos): los actuales países de Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Bahamas (hasta 1670), Antigua y Barbuda (desde 1493 hasta 1632), Trinidad y Tobago, Granada (desde 1498 hasta 1674), Jamaica (hasta 1655), San Cristóbal y Nevis (Saint Kitts y Nevis), Dominica (desde 1493 hasta 1783), Barbados (desde 1518 hasta 1624), Santa Lucía (desde 1504 hasta 1654), Islas Malvinas (hasta 1810).
Máxima extensión del Imperio español (h. 1790 y desarrollado a lo largo del tiempo) |
5. La colonización de las nuevas tierras.
Los reyes concibieron a las Indias como una
prolongación del territorio metropolitano. Los monarcas trataron de construir
allí un Estado ideal que no tuviese los defectos que padecía Castilla, pero no
lo consiguieron. Se pretendió impedir la creación de las castas feudales y se
aseguró el predominio del rey en el ámbito eclesiástico. Pero en la
construcción de esta sociedad ideal había que tener en cuenta otros factores
como la distancia, la subordinación política y económica a la metrópoli y la
existencia de una mayoritaria población indígena que fue causa de que se
elaborase para las Indias una legislación especial que se fue desarrollando con
el tiempo (la recopilación de 1680 recoge 6336 leyes).
Los indígenas que sobrevivieron a los primeros
choques, continuaron en sus territorios conviviendo con los colonos españoles
en grados muy distintos de contacto.
En la etapa inicial de la colonización, Colón
intentó convertir a los indígenas de las Antillas en esclavos para venderlos en
Europa, pero los Reyes se lo prohibieron porque los consideraron súbditos de la Corona. Entonces
fueron utilizados como mano de obra sometida a trabajo forzado para extraer oro
de las arenas de los ríos o como agricultores en las primeras plantaciones.
Este ritmo de trabajo, al que no estaban acostumbrados, causó gran mortandad
entre los indios.
Con la creación de colonias de poblamiento
estallaron los problemas entre el rey y los colonos: éstos aspiraban a disponer
de mano de obra indígena para sus plantaciones y sus minas y, puesto que los
indígenas no aceptaban trabajar voluntariamente, el colono les obligaba a ello.
El trabajo forzado indígena fue denunciado por los misioneros, que lograron
influir sobre los reyes para que tomaran conciencia del problema.
Así se inició una labor legisladora en la que el
rey de España intentaba restringir el derecho de los colonos a forzar a los
indígenas a trabajar para ellos. La primera regulación arranca de 1512: la Junta reunida en Burgos
intentó reglamentar el derecho de los colonos sobre el trabajo indígena.
Apareció de esta forma el concepto de «encomienda». El indígena era
«encomendado» al colono para que éste le enseñara a trabajar y le hiciera
cristiano, pagándole un salario por su trabajo. Pero la dureza de la situación
real de los indígenas «encomendados» hizo disminuir rápidamente la población de
las Antillas y desencadenó las campañas del Padre Las Casas, en defensa de los
derechos de los indios, que consiguió fueran oídas por los organismos de
gobierno y por el mismo emperador Carlos V.
En 1532 se llega a un nuevo acuerdo entre la Corona y los colonos: se
abolirá la «encomienda de servicios» (que exigía el trabajo forzado del indígena) y será sustituida por
la «encomienda de tributos» (entrega de productos en concepto de tributo) que el rey (el único
que tenía derecho a cobrar tributos en las Indias) cedía a los conquistadores.
Pero pronto apareció un nuevo problema: el
conquistador aspiraba a que este tipo de encomienda fuera hereditario y, aunque
legalmente se impuso la voluntad del rey de que sólo durara una generación
(Leyes Nuevas de Indias, 1542), de hecho en algunas regiones perduró hasta
avanzado el siglo XVII.
Lentamente, los indígenas, en las zonas en que
tenían mayor contacto con los colonos, se fueron convirtiendo en mano de obra
asalariada, sometidos al dominio de los dueños de grandes propiedades para los
que solían trabajar.
Principales instituciones.
En primer lugar tenemos el Consejo de Indias. Es un órgano legislativo
que se implantó en 1524 y que se mantuvo hasta que se inició el proceso de
independencia del territorio. Era una institución consultiva que elabora las
leyes que se iban promulgando en las Indias. Era un organismo colegiado que
ejercerá en nombre del rey funciones gubernativas, legislativas, judiciales,
fiscales y eclesiásticas. Además se encargaba de la recogida y repartimiento de
los impuestos sobre el tráfico y las mercancías. Era la autoridad suprema
después del Rey.
Pero en las Indias pronto fue necesario diseñar
un andamiaje institucional que se adecuara a la realidad que la creciente
conquista y colonización imponía. En los primeros tiempos se nombraron adelantados
con la misma función que en
la Reconquista
medieval. Pronto se adoptó una institución privativa del reino de Aragón: el virreinato.
Durante el siglo XVI se crearon dos Virreinatos, el de Nueva España
(1535), y el del Perú (1542), posteriormente, ya el siglo XVIII, el de la Plata y el de Nueva Granada. El virrey casi
siempre es un personaje de alta o noble cuna cercano al rey o a su valido y es la
máxima autoridad militar, política y económica. El favoritismo y la corrupción
fueron muy comentes. Cada virreinato se dividía a su vez en circunscripciones
territoriales menores llamadas
gobernaciones. El rey nombraba a los gobernadores, y estos se encargarían de la
administración y el gobierno de las nuevas provincias. Las gobernaciones
fronterizas las dirigía se denominaban capitanías generales porque estaban regidas por un militar con esa graduación. Las
gobernaciones o capitanías se dividían en corregimientos (más abundantes en el
Perú) y alcaldías mayores (sobre todo en México). Se encargan de la
administración local. Aquí fue muy frecuente la venta de cargos (sobre todo en
el XVII), que sería aprovechada por
los criollos para ascender.
Las Audiencias suponían otro órgano de
control legislativo, como tribunales itinerantes que actuaban en las
provincias. A imitación de las peninsulares, la primera fue la de Santo Domingo
en 1511, seguida por la de México en 1527 y posteriormente otras que llegaron a constituir una auténtica red de
jurisdicciones independientes (4 en Nueva España y 8 en el Perú). La
administración de justicia en sus grados medios e inferiores se encontraba en
manos de los gobernadores, corregidores, alcaldes mayores y alcaldes ordinarios
o municipales. En la base del organigrama se situaban los Cabildos o
Ayuntamientos.
La administración de Hacienda se encontraba regida por diversos oficiales,
contadores, tesoreros, veedores, recaudadores, arrendadores y escribanos,
quienes se encontraban insertos en un sistema muy similar al metropolitano
(almojarifazgo, quinto real, diezmos eclesiásticos, alcabalas, sisas, cruzada,
monopolios fiscales, así como la capitación que tributaban los indios
consistente en dos pesos anuales por individuo. Una institución de los primeros
años fue la encomienda indiana o circunscripción territorial cuyos habitantes
en vez de tributar al rey, eran tributarios del encomendero, que se ocupaba de
su protección y defensa. La institución, concebida como un medio de recompensar
a los conquistadores sin esclavizar a los indios se desnaturalizó muy pronto.
Basílica Catedral Metropolitana Santa María de la Encarnación Primada de América, Santo Domingo (República Dominicana). Primera catedrál construida en América (1504-1541) |
Por lo que se refiere a la Iglesia, hay que partir del hecho de que la Corona de Castilla
convirtió la conquista y colonización en una empresa evangelizadora y misional.
El papado pronto legisló para la administración religiosa y el cobro del diezmo
en América (Alejandro VI, Julio II) y los primeros obispados americanos fueron
erigidos en 1504 en la isla La
Española (Santo Domingo, Concepción de la Vega) sufragáneas del arzobispado
de Sevilla. Después vendría Puerto Rico. Los nuevos límites diocesanos se
establecieron a mediados del
XVI, cuando se consolidaron las demarcaciones civiles. Con el tiempo,
destacaron los Arzobispados de Santo Domingo, México y Lima. Importante fue
también la presencia de la
Compañía de Jesús y la actitud misionera de ésta y de otras
congregaciones religiosas. Fueron las órdenes evangelizadoras las encargadas de
inculcar a los indígenas una nueva religión por la que debían creer en unos
misterios que resultaban inexplicables ante sus ojos. Estas órdenes religiosas
fueron fundamentales en el proceso de adaptación de los indios a las nuevas
costumbres y ritmo de vida, no solo en lo que se refirió a la religión. Desde
los franciscanos a los polémicos jesuitas, todos tenían la misión de fomentar
ese proceso de adaptación a la religión católica, que en muchas ocasiones llegó
más allá, al nuevo proceso de culturización. Los más conocidos, sin duda, los jesuitas,
quienes incluso fueron expulsados de esas tierras en los últimos años de
vinculación a la península. Destacaron las reducciones de indios. De todas ellas la que despertó más interés fue la que
llevaron a cabo los jesuitas en Paraguay, conocida como reducciones guaraníes,
oficializadas desde tiempos de Felipe III, que alcanzaban 38 pueblos y que se mantuvo como un estado virtual
durante más de centuria y media. En 1570 se instaló el Tribunal de la Inquisición en América, primero en Perú, después en México y en 1610 en
Cartagena.
Desde Sevilla, la Casa
de la Contratación era el organismo de control de movimiento hacia las Indias, donde
se gestionaban las mercancías así como los individuos que podían partir hacia
el Nuevo Mundo. También se vigilaba el transporte y los productos que tenían
acceso a la Península.
No todos los que querían podían tener acceso a las Indias. En
un principio el acceso fue restringido. Acuden poderosos y ambiciosos y poco a
poco se abrieron las puertas a trabajadores y campesinos. Importante fue la
pureza de sangre, ni judíos ni extranjeros podían acudir. Esta institución se
mantuvo hasta 1790 en Sevilla. Posteriormente se trasladó luego a Cádiz.
Evolución de las relaciones socioeconómicas
A.-)
siglo XVI
A lo largo del siglo XVI se establecieron intensas relaciones comerciales
entre España y los colonos instalados en América. España enviaba a América toda
clase de productos (alimentos, vestidos, herramientas...) a cambio de oro y
plata. Veamos el mecanismo básico de este intercambio.
En el momento de la conquista se solían obtener
cantidades importantes de plata y oro en forma de botín. Después fue preciso
extraerlo de las arenas de los ríos (en las Antillas) y de las minas (en el
continente). Las grandes minas de plata del continente -especialmente en México
y Bolivia (Potosí)- empezaron a explotarse a partir de 1540.
Las minas eran del rey como único propietario
del subsuelo, y éste concedía la explotación a los particulares a cambio de la
entrega a la corona de una quinta parte del metal extraído. La explotación de
la mina de Potosí, la mejor conocida, se hacía mediante el trabajo forzado de
los indígenas: era la «mita», una forma de tributo en
trabajo de ascendencia incaica. Fue un método de explotación por el cual se
reclutaban a los indios para el trabajo en minas como las peruanas. Supuso la
ruptura de familias y el traslado de población indígena a territorios en los
que se vivió en pésimas condiciones.
Una parte de la plata y el oro iba a parar a
manos de la Corona
y otra se utilizaba para pagar las mercancías que se enviaban desde España a
los colonos americanos. Los historiadores distinguen cuatro etapas en el
desarrollo del tráfico comercial con América en el siglo XVI.
Primera etapa: 1492 a 1503; el comercio es monopolio de la Corona y de Colón.
Segunda etapa: 1503 a 1510; el comercio se convierte en monopolio de la Corona.
Tercera etapa: A partir de 1510; el rey
autoriza a todos sus súbditos a comerciar con América.
Cuarta etapa: Desde mediados del siglo XVI este comercio se va convirtiendo en un monopolio
del puerto de Sevilla y de los comerciantes allí establecidos. Las causas que
produjeron la concentración del comercio con América en Sevilla fueron:
- Las costas de la Andalucía baja son las más adecuadas como punto de partida para navegar a vela hacia América Central.
- El rey tenía interés en controlar todos los viajes desde América hacia España para que no se le escapara su quinta parte del metal precioso que llegaba.
- Los comerciantes de Sevilla agrupados en la «Universidad de Cargadores de Indias» formaron un poderoso cuerpo que aspiró, desde el primer momento, al monopolio.
- La necesidad creciente de organizar la navegación en forma de convoyes protegidos que evitaran los ataques de los piratas ingleses y holandeses.
B.-)
siglo XVII
En la primera mitad del siglo XVII se descompone el sistema de control y
explotación de América creado por los castellanos en el siglo XVI. Manifestaciones de este hecho fueron:
- La disminución de las cantidades de oro y plata extraídas de las minas americanas y enviadas a España.
- La decadencia del comercio entre España y América.
- El aumento de los intercambios entre las distintas regiones americanas, en las que surge una producción bastante diversificada (no sólo agrícola, sino también industrial).
- La penetración creciente de los comerciantes holandeses e ingleses en los mercados americanos, en forma de un activo contrabando.
- La consolidación de una clase dominante formada por los descendientes de españoles afincados en América, los criollos, que han conseguido acumular grandes propiedades («haciendas») explotadas gracias al trabajo de una mano de obra indígena o mestiza, que mantiene lazos de dependencia personal con el hacendado. Tales propiedades a veces actuaban como una unidad económica autosuficiente, pero en otros casos se transformaron en productoras de artículos de gran aceptación en los mercados europeos: azúcar, tabaco, cacao, café, pieles... La Corona de España perdió el control de los cargos de gobierno de tipo local o de pequeños territorios, debido a que, en muchos casos, dejó de pagarles sus sueldos. En estos casos, tales autoridades se aliaron con los poderosos de la región (hacendados o comerciantes), de los que recibieron compensaciones económicas a cambio de favorecerles en el control que tenían establecida sobre los indígenas.
La irrupción del poblador blanco en América
supuso un gran cambio, al que tenemos que añadir la llegada de trabajadores,
esclavos negros de África a estos mismos territorios. En principio, los
pobladores castellanos eran varones, por lo que las relaciones con las
indígenas se hicieron frecuentes. De esta unión nacieron los mestizos. Tampoco
se evitó el entrecruzamiento con la población negra, y dio como resultado una
población mulata. A pesar de que poco a poco también llegó al territorio
indiano el resto de la familia europea, siguieron dándose las relaciones
extra-matrimoniales y por tanto seguían procreando. La población blanca, se
solía integrar con la élite socioeconómica americana, de su resultado, nacen
los criollos. Aunque no existía ningún tipo de ley que prohibiera estas
relaciones, para los europeos era algo que se veía mal, por lo que los
matrimonios fueron escasos. La
Iglesia por su parte se negó y combatió siempre contra estas
relaciones.
La principal característica de la nueva sociedad
americana es su diversidad y su jerarquización, resultado directo de la mezcla
de sangre y la variedad racial. Se creó poco a poco una jerarquía social, en la
que se situaba en primer plano a los peninsulares, después de ellos, criollos
(hijos de peninsulares nacidos en las Indias), mestizos, negros e indígenas,
los últimos en consideración, a pesar de que las normas y leyes abogaban por su
respeto. El acceso de unos grupos a otros era difícil, pues en general venía
condicionado por la sangre. Además la población no se distribuía por igual en
el continente, sino que dependiendo de los métodos de trabajo de repoblación
abundaban más los europeos o los negros. La población indígena en general
sufrió un fuerte descenso durante las primeras décadas. Posteriormente, la
población negra que se traía como mano de obra esclava (especialmente fomentada
por la corona británica), abundaba por la zona de Brasil y el Caribe. Las
Antillas eran repobladas con esta población, que sufrió una fuerte mortalidad
en los primeros años por las dificultades de adaptación a los nuevos territorios
así como por las malas condiciones de vida que sufrían. Los criollos, fueron
los que poco a poco se fueron fortaleciendo como casta hasta que al final
fueron ellos mismos los impulsores de la revolución contra la Península.
Numerosas y diversas consecuencias tuvieron el
proceso de conquista y colonización del nuevo Mundo.
En primer lugar, se abre a los ojos de Europa un
nuevo exótico y espectacular mundo que supone todo un territorio de
expectativas y nuevas posibilidades. No sólo es un territorio rico
económicamente hablando, sino, también un nuevo lugar de expansión. Es además
un nuevo y extenso territorio geográfico desconocido, y por tanto se abren las
puertas al verdadero conocimiento del territorio, del mundo, del planeta tierra
y su realidad. Una nueva zona de expansión para los países, a los que de
momento Europa se les había quedado en cierto modo "pequeña". Supone
así pues un trasvase poblaciones, en principio restringido, pero finalmente se
fue haciendo más común.
Con esta gran conquista, dan comienzo las nuevas
rivalidades, el nuevo proceso de creación de los nuevos imperios coloniales,
con base fundamentalmente económica. La economía de tipo capitalista es
impulsada para llegar hasta nuestros días. Se abre un nuevo mercado, se dan a
conocer nuevos productos, se establecen zonas de producción y zonas de
manufacturación, y el intercambio de materias primas y productos de lo más
diverso entre los territorios. Por lo tanto, la burguesía como sociedad de base
económica se ve enormemente enriquecida, aparecen los primeros bancos, se dan
las primeras inversiones en las nuevas tierras.
Se expande la idea castellana de imperio unido,
por el rey y por la religión. Se producen enormes cambios sociales, sobre todo
en el nuevo continente.
Intercambios
técnicos
Los españoles y otros europeos aportaron al que
llamaban "Nuevo Mundo" (América) una serie de elementos técnicos,
entre ellos:
- el caballo, que reavivó a las comunidades cazadoras de las praderas estadounidenses hasta el siglo XIX y las de ciertos pueblos sudamericanos: mapuches, pampeanos, etc.
- la vid, de cuyas cepas descienden hoy las producciones vinícolas de Chile, Argentina y California.
- el ganado vacuno, incluyendo al bravo, por lo que hoy existen corridas de toros en Perú, México, Ecuador, Colombia o Venezuela.
- el trigo.
- el ganado ovino.
- la rueda como elemento de trabajo y transporte, pues algunas culturas americanas ya hacían uso de ellas en juguetes.
- el hierro
- las armas de fuego
- el limón
- el azúcar
Los españoles llevaron al que denominaban Viejo Mundo
(Europa, Asia y África) otra serie productos y elementos técnicos, entre ellos:
- el maíz
- el tomate
- la patata
- la batata
- la vainilla
- el pimiento
- el tabaco
- el cacao y el chocolate
- técnicas de entretejido textil
- técnicas antisísimicas
- tecnicas hidráulicas
- el caucho ("cautchuc", impermeable en maya) y el látex
6. Otros imperios coloniales
Además del reino de Castilla, otros países también se
interesaron por las tierras americanas, las exploraron y las conquistaron. Fueron
Portugal, Inglaterra, Holanda y Francia.
Ocupación efectiva de tierras en América entre los siglos XVI-XVIII por parte de potencias Europeas. |
6.1. El Brasil portugués
Los reinos de Castilla y Portugal rivalizaron por
el control de la nueva ruta a través del Atlántico. Ambas potencias firmaron el
Tratado de Tordesillas, en 1494. Según este acuerdo, los territorios que
quedaban al oeste de las islas de Cabo Verde pertenecían a Castilla y los que
estaban al este, a Portugal. Así, Portugal puedo legalmente emprender la
conquista de Brasil, ya que una punta de este territorio quedaba dentro del área
portuguesa.
En abril de 1500, una expedición comandada por Pedro
Álvares Cabral, llega a la costa brasileña, tomando la tierra en nombre del
Reino de Portugal. A partir de 1502, comienza la explotación de
recursos naturales en los nuevos territorios. Con la construcción de puertos en
la costa brasileña, el comercio atlántico portugués queda
finalmente consolidado. Imponiendo un régimen esclavista, los
portugueses emplearon mano de obra aborigen y africana en las explotaciones de
caña de azúcar, mandioca y tabaco.
La producción azucarera cobró gran
importancia a partir de mediados del siglo XVI. Portugal tuvo
el monopolio de la producción azucarera hasta el siglo XVII, cuando
los holandeses ocuparon la región de Pernambuco,
hasta que fueron expulsados por los portugueses treinta años después. Imperio colonial portugués - 1415-1543. |
6.2. Las colonias inglesas en América.
En
1580 la reina Isabel I de Inglaterra concede a sir Humphrey Gilbert el derecho
a poseer nuevas tierras en nombre de la Corona. Algo más tarde sir Walter
Raleight llegará al norte de Florida, un territorio lleno de bosques y pantanos
en posesión de los españoles. Los primeros 117 colonos desembarcaran en un
islote y vivirán de forma comunitaria. Sin embargo a la vuelta de Raleight ya
no quedara nadie.
Las
trece colonias que crearan los ingleses en América del Norte serán Virginia,
Massachussets, Pensilvania, Connecticut, Rhode Island, Carolina del Norte,
Carolina del Sur, Georgia, Nueva Hampshire, Maryland, Nueva Jersey, Nueva York
y el Maine.
Los
primeros colonos ingleses de América del norte fueron una mezcla de clases privilegiadas,
que querían conquistar nuevas tierras para obtener riquezas y beneficios, y una
serie de personas que fueron expulsadas de Inglaterra por la intolerancia
religiosa, que huían de la injusticias y ansiaban libertad, que querían crear
una nueva sociedad en el nuevo mundo a imagen y semejanza de la utopía de Tomas
Moro. Esta dualidad, la de la riqueza fácil y la búsqueda de libertad, se
mantendrá hasta nuestros días.
La
Corona para llevar a cabo la colonización creara dos compañías comerciales, la
Compañía de Londres para los territorios del sur de América del Norte y la
Compañía de Bristol para los territorios del norte. Se emitieron centenares de
acciones a cambio de la propiedad de un terreno en las nuevas colonias.
La
colonización que llevaron a cabo los ingleses en América del Norte será
improvisada y desordenada. Se hará más en función de la iniciativa de los
colonos que de un plan ideado por la Corona. Pero aún con este panorama se
pueden establecer dos modelos. Uno que se inicia en la colonia de Virginia,
donde se establecerán grandes plantaciones de tabaco, y más tarde algodón, y
otro, que se da en las colonias que conformaran la región de Nueva Inglaterra,
que buscaran ante todo crear una nueva sociedad autosuficiente.
El
nombre de Virginia, primera colonia inglesa en América, según algunas fuentes,
proviene de la primera niña nacida en este territorio, Virginia Dare, otras
fuentes atribuyen el nombre en honor de la reina Isabel I, la virgen.
Sea como sea, en 1606, tres buques ingleses (el Sara Constant, el Godspeed y el
Discovery) con 120 colonos se dirigen al continente americano y el 13 de mayo
de 1607 llegan a la bahía de Chesapeake.
Los
colonos dirigidos por John Smith mantienen enfrentamientos con los indios de la
tribu creek. Pero llegan a fundar la primera ciudad inglesa en el continente,
Jamestown, que no es más que una iglesia, un fuerte y unas cuantas chozas.
El
objetivo de los colonos era apoderarse del oro, solo más tarde se convierten en
agricultores. Estos primeros colonos eran nobles arruinados, segundones,
artesanos y aventureros. En 1612 John Rolfe descubre las hojas de tabaco que
sir Walter Raleigh había encontrado antes. El cultivo del tabaco será la
actividad principal de la colonia y su exportación será la principal fuente de
ingresos.
John
Rolfe el que descubrió las hojas de tabaco y se casó con la hija de un jefe
indio que se llamaba Pocahontas, en 1616 exporta a Inglaterra 2.500 libras de
tabaco. En 1617 la exportación es de 20.000 libras, y en 1618 llega a 50.000
libras.
En
la Jamestown del momento vivían 2.000 colonos que querían enriquecerse con el
cultivo de tabaco. Sin embargo Virginia era una tierra áspera, llena de mosquitos,
que no atraía ni a trabajadores ni a mujeres. Entonces es cuando recurren a la
esclavitud. En 1619 llegan los primeros 120 esclavos negros.
La
esclavitud será el origen de los grandes latifundios y de los terratenientes
que terminaran controlando la colonia. El sistema esclavista impuesto por los
ingleses en América será el más cruel y numeroso de todos los desarrollados en esos
territorios. La Compañía de Londres por cada colono ofrecía 50 acres de
tierras, y por cada 50 esclavos ofrecía 2.500 acres de tierra. La esclavitud se
abolirá en el año 1865 tras la guerra de secesión.
La
esclavitud afectará también a los blancos con la figura del siervo de
rescate. Estos siervos, que querían labrarse un futuro mejor en América,
debían trabajar gratuitamente durante 5 años a cuenta de quién les había pagado
el viaje. Este período de tiempo podía ampliarse 5 años más por mal
comportamiento. La figura del siervo de rescate se abolirá en el 1700.
Virginia,
gobernada por los representantes de las 11 plantaciones más importantes, ante
una mala cosecha será declarada por la Corona como colonia real. Y el tabaco,
fuente de ingresos de los colonos, pasará a ser monopolio real.
Frente
a este modelo de grandes plantaciones y terratenientes que se fue formando en
Virginia, y que en un futuro constituirá el sur de los Estados Unidos, en el
norte se irán formando una serie de colonias, en lo que se conoce como la
región de Nueva Inglaterra, en donde la autosuficiencia y la creación de una
nueva sociedad será lo fundamental.
Esta
colonización fue llevada a cabo por unos colonos, los que luego se conocerán
bajo el nombre de Padres Peregrinos, que habían dejado Inglaterra y otros
países de Europa por cuestiones religiosas. La Inglaterra del siglo XVII se
había separado de Roma pero la Reforma, que instauró la Iglesia Anglicana, no
satisfacía a todos. Pues había personas que en lo ideológico, lo espiritual y
cultural que eran calvinistas. Se les conocerá como puritanos. Estos no querían
la nueva jerarquía eclesiástica porque consideraban que era una fuente de
corrupción. Hubo entonces persecuciones y los disidentes optaron por irse,
primero a Holanda y después a América.
Nueva
Inglaterra, constituida por Massachussets, Rhode Island, Connecticut, Nueva
Hampshire y el Maine, será pues otro modelo de colonización en América del
Norte.
"Peregrinos embarcados" (1857) por el pintor estadounidense Robert Walter Weir en el Museo de Brooklyn en Nueva York |
El
5 de agosto de 1620 de Plymouth salen hacia América a bordo del Mayflower 102
puritanos dirigidos por el conocido John Smith. Estos colonos llevaban, aparte
de los efectos personales y las armas, víveres, simientes, instrumentos de
trabajo y herramientas para construir viviendas.
El
11 de noviembre el Mayflower llega por error, pues su intención era llegar a
Jamestown, a una bahía desierta y desolada, a la que llamaran Plymouth. Desde
un principio celebran una asamblea y deciden que el voto de la mayoría se
impondrá siempre al grupo.
Estos
Padres Peregrinos, que en principio no buscaban oro, construyeron sólidas
cabañas y empezaron a arar. Se contentaban con obtener de la tierra lo
necesario para vivir bien. Establecen un pacto de amistad con los indios y
desde entonces ese pacto será conocido como el Thanksgiving, el Día de
Acción de Gracias (celebrado el cuarto jueves de noviembre).
En
1628 llegan más colonos y se funda el emplazamiento de Salem en la bahía de
Massachussets. Surgen los primeros simulacros de ciudad, pobres cabañas
agrupadas alrededor a una iglesia, una escuela y una biblioteca.
Con
la creación de Boston se establecerá una ciudad que guiará a las demás. Los
puritanos, que como quién dice habían sido expulsados de Inglaterra, desde un
principio querían ser independientes del rey y el Parlamento. Todos podían
participar en el gobierno de la colonia, todos eran miembros de ese gobierno.
No existían en teoría ni ricos ni pobres. Se eligió un gobernador y luego
diputados, representantes populares distribuidos en dos cámaras.
Esta
colonización de Nueva Inglaterra era ante todo de carácter religioso. Seguían
llegando perseguidos y fundaban nuevas ciudades. Todos poseían armas, incluidos
los niños, y en multitud de ocasiones se enfrentaron a los indios. Se
establecieron pastores, que sabían de teología, literatura, filosofía y
medicina. Había profesores y graduados en Oxford y Cambridge.
Todos
sabían leer porque su deber era conocer la Biblia. Así los padres educaban a
sus hijos y en todas las ciudades había escuelas. Crearon también escuelas
superiores donde estudiaba el latín, el griego y la filosofía. De estas
escuelas pasaran a la primera universidad, Harward. Crearon una imprenta para
imprimir libros de catecismo, recopilaciones de sermones, textos poéticos,
relatos y odas místicas.
Las
ciudades se multiplicaron con el mismo molde social, económico y político. A
Massachussets se sumaran las colonias de Maine, Nueva Hampshire, Connecticut,
Rhode Island.
En
1681 la Corona le concede a William Penn un nuevo territorio en América del
Norte, la colonia de Pensilvania (la selva de Penn). William Penn se tomó las
cosas en serio seleccionando a su gente y organizando científicamente la nueva
colonia. El esfuerzo sería la máxima. Quería campesinos y artesanos no
aventureros. Ofrecía 50 acres a cada nuevo colono, otras tierras las arrendaba
o vendía.
William
Penn era un cuáquero. El término es despectivo y proviene de los juicios que se
hacían en Inglaterra contra esta comunidad en los que estos (quake) temblaban.
Los cuáqueros mantenían que la “luz divina ilumina a los verdaderos creyentes
en su propia alma”. Esta gente negaba la culpa predestinada y rechazaban las
leyes, así como la subordinación a un señor. Iban, pues, más allá del
puritanismo y por eso estuvieron perseguidos en Inglaterra. Los cuáqueros eran
contrarios a la violencia. La objeción de conciencia y la resistencia pasiva en
nuestros días viene en parte de ellos.
William
Penn tras una serie de acuerdos con los indios iroqueses creó la ciudad de
Filadelfia. Los colonos llegaron a centenares. Talaron los bosques y empezaron
a arar la tierra. Era una ciudad armoniosa y ordenada. Penn creó una ley de
tolerancia religiosa y un orden democrático. Mantenía que “el señor da
inteligencia y juicio para que los hombres se gobiernen por si solos”. Penn
eligió los mejores para preparar las leyes en una asamblea numerosa. Sin
embargo esta asamblea era solo consultiva, servía para confirmar sus opiniones
y podía disolverla. Esto provoco descontento. Penn entonces creó una Carta de
Privilegios y un Estatuto Constitucional. Filadelfia en 1683 tenía 10.000
habitantes.
William
Penn no quería ni esclavitud ni siervos de rescate. Mantenía que “todos los
hombres son libres y iguales”. Penn, en fin, quería una colonia con distintas
razas, religiones y lenguas conviviendo juntas.
Establecidas
ya la mayoría de colonias y siendo estas autosuficientes la Corona irrumpe
derogando Cartas de derechos, creando colonias reales y promulgando nuevas
leyes. Es el caso de las ‘Acts of Trade and Navigation’ que establecían
que todo el comercio de las colonias inglesas debía efectuarse sobre buques y
puertos ingleses. Pero las leyes no eran respetadas por todos.
Las
Acts, como las leyes españolas, obligaban a los colonos a comerciar los
frutos de su trabajo con la madre patria. Ellos fueron expulsados de Inglaterra
y ahora desde la madre patria querían lucrarse a su costa.
6.3. El imperio holandés
Los Países Bajos crearon un gran imperio colonial
entre los siglos XVII y XIX, Gracias a la fundación de las Compañías de las
Indias Orientales y Occidentales, los barcos holandeses fundaron colonias en
Asia (Ceilán, Indonesia), América (Nueva Ámsterdam, la Guayana) y Oceanía
(Nueva Holanda, en la actual Australia y Nueva Zelanda).
El sistema colonial holandés se basaba en una
economía de plantación para abastecer de productos tropicales a Holanda. El
desarrollo del sistema de plantación en estas colonias fue tan grande, que
condujo a una de las mayores concentraciones de esclavos en el siglo XVII y a
una feroz lucha de los esclavos por su libertad.
6.4. El imperio francés
La colonización francesa de América se
inició en el siglo XVI y prosiguió hasta el siglo XVIII. La
primera colonia viable de Francia en América fue la colonia de la Ciudad de
Quebec, fundada por Samuel de Champlain en
1608. Francia construyó su primer imperio
colonial en América del Norte, denominado Nueva Francia, el cual
se extendía desde el golfo de San Lorenzo hasta las Montañas Rocosas
al oeste y hasta el golfo de México por el sur. Los franceses
colonizaron igualmente las Antillas: Saint-Domingue, Santa
Lucía y la Dominica, así como Guadalupe y Martinica.
En América del Sur, los franceses intentaron establecer tres colonias, de
las cuales solo una ha sobrevivido hasta nuestros días: la Guayana
Francesa.
Durante este período de colonización, los franceses
fundaron varias ciudades, tales
como Montreal, Quebec en Canadá; Baton
Rouge, Detroit, Mobile, Nueva Orleans y San Luis, en
los Estados Unidos; y Puerto Príncipe y Cabo
Haitiano en Haití.
También establecieron factorías comerciales en África
(Seychelles, Senegal) y en la India.